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11.000 misiles en el primer minuto

El mando militar alardea de su capacidad de reacción ante un posible ataque

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«De acuerdo a nuestros planes y estadísticas, 11.000 misiles serán lanzados contra las bases de nuestros enemigos en el primer minuto de una posible invasión. El ritmo de lanzamientos y el número de cohetes se mantendría durante el tiempo que durase la agresión». El general Mahmud Chahar Baghi, responsable de la Unidad de Artillería y Misiles de la Guardia Revolucionaria, detalló a la agencia no oficial Fars la capacidad de respuesta ante un hipotético ataque y aseguró contar «con las lanzaderas de misiles más modernas del mundo».

La Guardia Revolucionaria es el cuerpo paramilitar de élite creado por Jomeini para la defensa de los valores de la revolución. Su poder y capacidad operativa está muy por encima del Ejército regular y los misiles del país están bajo su entera responsabilidad. EE. UU. incluye a esta organización, que depende del líder supremo, no del jefe del Ejecutivo, en la lista de organizaciones terroristas por sus vínculos con milicias chiíes de Irak.

«Disponemos de armas y escudos antimisiles inteligentes y todo está ahora fabricado en Irán; somos autosuficientes», destacó el general, quien informó de que las bases de misiles están situadas a lo largo de todo el país y que ya han localizado las enemigas para poder ser efectivos en la respuesta en caso de agresión.

Las declaraciones del mando de la Guardia Revolucionaria completan una semana en la que Irán ha conseguido un compromiso para no ser atacado desde los países ribereños del mar Caspio. Según uno de los puntos acordados en la Declaración de Teherán, firmada por los cinco países con salida a este mar (Rusia, Irán, Turkmenistán, Azerbaiyán y Kazajstán), ninguno cederá su suelo para posibles acciones contra la República Islámica.

Mantener la paz

Los dirigentes persas insisten en que su deseo es mantener la paz, pero alardean de la capacidad militar de reacción en caso de agresión. Tras la llegada de Saeed Jalili, seguidor de las tesis ultraconservadoras de Ahmadineyad, el diálogo se antoja cada vez más complicado y Teherán quiere hacer ver a la comunidad internacional que está listo para lo peor.