CÁDIZ

Desvalijan el interior del Mercado Central antes del inicio de las obras

Los chatarreros aprovecharon el cierre del recinto para llevarse todo tipo de utensilios, entre ellos, pesos, luces o puertas

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Numerosas personas aprovecharon el cierre de las instalaciones del Mercado Central que tuvo lugar hace varias semanas para llevarse todos los utensilios que los detallistas habían abandonado en sus puestos. Algunos chatarreros acudieron al recinto en busca de artículos que les pudieran servir para sus negocios y allí encontraron una gran variedad pues aún quedaban frigoríficos, pesos y otras herramientas que los minoristas dejaron pero que todavía funcionaban. Entre ellos, se llevaron luces, plomo e incluso una puerta de un frigorífico.

También visitaron las instalaciones los aficionados y coleccionistas de todo tipo, que se apropiaron de escudos y mosaicos que adornaban el Mercado y que eran muy antiguos.

Sin embargo, los más interesados fueron los que andaban buscando restos de alimentos entre los puestos y donde pudieron encontrar berenjenas, patatas, pimientos o cebollas que quedaron abandonadas cuando los minoristas ocuparon sus nuevas ubicaciones en la carpa. Incluso pudieron llevarse ristras de chorizos que quedaron colgadas en una carnicería y que despertaron el interés de los curiosos que se pasaron por el mercado antes de que se cerrase sus puertas para afrontar una importante remodelación.

El resto de desperdicios que quedaron por los suelos fueron recogidos por los propios operarios del servicio de limpieza que se encargaron de dejar el interior del mercado vacío para que la empresa constructora pueda trabajar con comodidad.

Limpieza

Estos trabajadores pudieron ver con gran asombro las vitrinas de los puestos totalmente vacías que dejaban ver el desvalijo que habían sufrido las instalaciones, al igual que los pasillos llenos de cajas y todo tipo de desperdicios. Lámparas arrancadas de cuajo y utensilios a medias hacían pensar a los operarios que se ocuparon de esta tarea de limpieza que se encontraban en otra época de la historia e incluso en otro país o en otro continente.

Esta misma situación se ha vivido también en otras instalaciones de la ciudad que han tenido que ser reformadas. Los colegios son también uno de los lugares preferidos por los coleccionistas de enseres ajenos, que aprovechan los materiales de este tipo de edificios para hacerse un patrimonio propio a costa de los demás. Esto es, se hacen regalos a cuenta de la ciudad.

nagrafojo@lavozdigital.es