Cádiz C.F.

Entretiempo

Estamos en la época de las dudas, del lío gordo, del que si sí, que si no. Uno no sabe ni qué ponerse. Bajar a la calle es encontrarse con todas las tendencias, con todas las estaciones del año en un momento.

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Bajar a desayunar y entrar en el bar es un choque emocional. Uno se puede encontrar con Chano El Quemao, que es de esos que se bañan todo el año en La Caleta y está negro como un grillo y va en pantalón corto y chándal. A Salva El Novelero, que cuando caen dos gotas ya tiene puesta toda la ropa de invierno. O a Pepe El No sé, que va como los guiris, con pantalón corto, calcetines y chubasquero. Todos queriendo demostrar que son hombres del tiempo en potencia y diciendo: «Este viento es de agua». «No hombre, no, esto es una nube pasajera». «Ya ha entrado el invierno sin avisar», etc... Y claro, si los hombres del tiempo profesionales no dan ni una, los aficionados ya te lo puedes imaginar. Y lo mismo ves al del chaquetón sudando a chorros que al que va en chándal con los pies encharcaos de la que acaba de caer.

Pero el que lo lleva peor es José Juan El Sastre, que tiene una tienda de ropa de esas de barrio enfrente del bar. Y cuyo nombre La Boutique del pantalón acampanado, demuestra que tuvo tiempos de gloria. Pues el pobre hombre tiene un lío monumental y no sabe como vestir el maniquí del escaparate. Unos días lo pone que parece que va a Alaska a cazar osos, y otros que va a Cancún. Él, que no aguanta mucho el cachondeito, ha decidido dejar el maniquí en pelotas y colocar un cartel que dice: «Desde que murió Romanones, cada uno viste como le sale de los cojones» ¿¿Tengo de to!! Vista comercial, la del tío.

Así que la semanita ha estado graciosa, indecisa, nadie se aclara, como vestirse; si hay que cambiar el gazpacho por el puchero o no; si la plaza de abastos provisional está bien o está más apretá que los tornillos de un submarino; que si el Rey es Rey o florero; que si hay que ponerle letra al himno nacional o vale el la, la, la. Y por supuesto, si el Cádiz es bueno o no vale un duro.

Lo curioso es que nadie discute, nadie se atreve a fallar y que después se le eche en cara. Así que uno escucha cosas como que Fleurquin y Bezares no pueden jugar juntos, que ya está bien, pero que con los dos jugando es como más puntos hemos ganado. ¿¿No, pero sí!! Que si Parri debe jugar más arriba o más abajo, que si con dos delanteros o con uno, que si Lobos en banda o en el centro ¿¿Un lío!! Cuando uno da una opinión diferente a otro, los dos terminan dándose la razón. Nadie lo tiene claro. ¿Es verano o es invierno? Estamos en esas calmas que presagian una levantera de cuatro flechas. Entretiempo.

Esta indecisión se ve agravada porque la prensa, los periodistas, los profesionales, los entendidos, tampoco se aclaran. Y claro como todos discutimos apoyando la postura de tal periodista, o la del otro, al ser todas las mismas, no hay discusión. Lo mismo que nosotros a esta indecisión ambiental la hemos llamado entretiempo, ellos a la situación del Cádiz la llaman algo así como Post-pretemporada. Pues la teoría no descabellada que nos ofrecen es que el equipo se ha terminado de perfilar demasiado tarde por culpa del embrollo de la venta del club. Y es que se está acoplando sobre la marcha. El problema es que estos partidos no son amistosos y ya vamos a rebufo. Además mis amigos, los más mal pensados, creen que esta postura es para no ser el primero en criticar a la nueva directiva y así perder su amistad. Porque si no ya le estaríamos moviendo la silla al entrenador. Aunque yo creo que por mucho que se diga, a García Remón, ¿¿ni con agua caliente!!

Bueno, hoy viene el Eibar. Un pueblo que alimentaba mi fantasía cuando niño. Pues aparte de construir no sé qué tipo de armas, fabricaban los famosos timbres de bicicletas. Este equipo es el máximo exponente de lo que es un equipo de Segunda. Y su objetivo no es otro que ese, dar todo el por culo posible y mantenerse. Y los tíos lo consiguen. Así que esperemos que éste sea el primer partido oficial del Cádiz, que se haya acabado la pretemporada porque lo vamos a pasar chungo ¿¿pero chungo!! Y aunque en las gradas seguirá la duda del «¿qué me pongo?» y se vivirá la indecisión del entretiempo, nadie tendrá duda de que esto es la liga, y que las pruebas terminaron, y como tal voy a animar, pues se sabe que esto no es fácil. Y además, teniendo claro que otra derrota tornaría una situación preocupante en peligrosa. Hoy pueden acabar las dudas. O poco a poco vamos hacía donde todos esperamos y queremos, o nos metemos en pleno invierno con nubarrones negros y chaparrones que no habrá paraguas que los aguante. Así que vamos a ganar, que yo voy a ir con una rebequita.