Pole dance: la sensualidad hecha fuerza y resistencia

Sandra Palacios

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27/01/2022
Actualizado a las 01:34h.

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Blanca Caturla volvió de Erasmus y se encontró con que su equipo de atletismo se había disuelto. En cualquier deporte al que intentaba inscribirse le pedían una experiencia previa que no tenía y cuando unos amigos de la universidad le hablaron del pole dance no dudó en apuntarse y probarlo. Esto ocurrió hace cuatro años y la experiencia fue tan buena que hoy día todos siguen practicando esta disciplina.

El pole dance es una práctica deportiva y un tipo de danza que consiste en realizar giros y figuras sujetándose a una barra . «Muchas personas lo emplean para ponerse en forma y optan por el pole técnico y deportivo, mientras que otras se decantan por las coreografías con música y experimentan con sus aspectos más artísticos», explica Marina Díaz, directora de Central de Pole .

Lo bueno de este deporte –expone Caturla– es que combina todas las disciplinas: «Desarrollas la fuerza para mantenerte en la barra y realizar los trucos; flexibilidad para adaptarte a la barra; resistencia para las transiciones de unos combos a otros…». Es una práctica muy completa que con disciplina y constancia puedes mejorar con rapidez. «Es cierto que al inicio puede ser algo más dura, ya que tu cuerpo no está acostumbrado a la barra, pero una vez lo practicas varias veces, van saliendo las cosas, y eso da mucha satisfacción y ánimos para seguir aprendiendo».

Díaz indica que el pole dance exige utilizar todo el cuerpo , aunque el esfuerzo principal se concentra sobre todo en la cintura escapular . «Esta debe calentarse bien antes de la práctica», señala. «Los agarres son muy variados: los hay de corvas, ingles, axilas, parte interna de codos y, combinando varios miembros, podemos llegar a implicar cuello u hombros. Constantemente surgen nuevas ideas que desafían a profesores y alumnos a usar nuestra imaginación y capacidades».

Se empieza aprendiendo giros y figuras básicos , comparte Díaz: caminatas, 'hooks', inversiones y figuras como Géminis y Mariposa. «Poco a poco se hacen pequeñas secuencias en el suelo o en altura, para que el alumno practique uniendo dos o tres movimientos. En cuestión de meses es posible realizar secuencias básicas y hay alumnos que, si están en forma, empiezan a realizar ejercicios de fuerza, inversiones más complicadas, secuencias más largas… todo depende de los objetivos y características de cada uno».

Díaz manifiesta que, en general, el primer año los alumnos se especializan más en giros o figuras y, a partir del año y medio, la capacidad de asociación y técnica se desarrollan y permiten jugar con una mayor variedad de ejercicios. «La sensación de haber derribado barreras en ese momento es tremendamente satisfactoria».

Con el pole dance, Caturla ha ganado mucha fuerza, sobre todo, en el tren superior, pues al venir de atletismo las piernas ya las tenía desarrolladas. En cambio, no era capaz de hacer una flexión y ahora puedes hacerlas sin ningún problema. También ha ganado mayor flexibilidad, aunque señala que esto es algo que se tarda más en conseguir y requiere de una mayor constancia. Y ha ganado en equilibrio , pues antes el pino y las acrobacias eran algo que se le resistía y poco a poco le van saliendo mejor.

Lo que enganchó a Caturla fue el hecho de superarse cada día e ir consiguiendo cada vez un poco más. Además, la relación con sus compañeros y el ánimo que se dan los unos a los otros, así como el desarrollar todas las capacidades físicas mencionadas a lo largo de este artículo han conseguido convertirla en una apasionada de este deporte.