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Koke y Otamendi pelean por el balón - efe
Atlético-Valencia

El Valencia atrapa el empate

Los rojiblancos exponen más, pero los levantinos logran un punto en la fase final (1-1)

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En un choque de trenes presenciado por un Calderón lleno, Atlético y Valencia empataron a un gol y siguen sin despejar la tercera plaza del torneo. Con dificultades, los rojiblancos aún pueden permitirse mirar hacia arriba. Fue una discusión tensa entre dos equipos que se han cogido la matrícula hace tiempo, con cuentas pendientes desde que se vieron en Mestalla en la primera vuelta. Los rojiblancos expusieron más argumentos en un partido escaso de ellos, pero los levantinos atraparon un gol inesperado en el tramo final.

[Así hemos contado el Atlético-Valencia]

Si la suplencia de Mandzukic es un aviso más serio que la indirecta de Simeone hace una semana en Sevilla señalando, precisamente, al croata, el tiempo lo dirá.

Por mucho que el técnico lo alabara en la previa, el caso es que en un partido crucial ante el enemigo de su particular Liga, el delantero centro titular durante dos tercios de la temporada no fue de la partida. Lo fue Fernando Torres, que juega con la ilusión del novillero. Entusiasmo es la palabra que el Cholo grapa al hijo pródigo. Y con ese equipaje se peleó hasta quedar vacío con tipos de la solvencia de Otamendi y Mustafi. En realidad, todo el Valencia es un equipo solvente y trabajadísimo, un equipo de autor. Nuno no solo conoce su oficio en la pizarra, sino que ha devuelto el orgullo al que fue el tercero en discordia del fútbol español durante casi una década. Este Valencia no se arredra en ninguna circunstancia. Aunque arrancó el encuentro con el Atlético queriendo dominar la situación, fueron los visitantes los que disfrutaron de la primera gran oportunidad: un centro de Gayá por la izquierda que remató Negredo de chilena; el balón golpeó en Feghouli y llegó manso a las manos de Moyá. Negredo, después de esta aparición, desapareció del mapa.

Apretaron los rojiblancos con jugadas a balón parado, una suerte en la que el Valencia también ha demostrado su fortaleza, y con asistencias largas a Torres, que en un salto con Otamendi soltó el codo y vio la tarjeta amarilla. En cada pelota llovida sobre los dominios de Alves saltaron chispas. Durante la primera media hora el fútbol vivió en un atasco permanente, con abundancia de faltas, pero con más intención del Atlético, que desatascó el choque en una jugada de laboratorio: Gabi sacó para Torres, que ganó el balón en el área, Tiago cedió con el hombro a Koke y el canterano, desde la frontal, empalmó a la red entre un bosque de piernas. El Valencia no digirió nada bien el contratiempo y llegaron unos buenos minutos de los locales, que alcanzaron el descanso embotellando a su rival y cargándole de amonestaciones.

El encuentro se encanalló mucho más en la reanudación, donde los minutos se fueron consumiendo sin apenas más noticias que las patadas de unos y otros. El colegiado tuvo trabajo extra y, sin fluidez en el tráfico del balón, el único peligro llegó en el lanzamiento de faltas. Salió Mandzukic por un trabajador Torres y hubo ovación para ambos, sin duda porque el público recuerda los goles y los sacrificios defensivos del croata a lo largo del curso. No habrá debate en Cornellá el próximo fin de semana, ya que Mandzukic vio enseguida una tarjeta y cumple ciclo.

Otra asistencia de Gabi pudo dar al Atlético una ventaja definitiva: puso el balón en el segundo palo, donde Godin cabeceó al área pequeña; allí, Tiago, totalmente solo, remató al larguero. El portugués no mató y el partido dio un vuelco. El Valencia no había tirado entre los tres palos hasta que llegó el minuto 78 de partido. Parejo sacó una falta y el balón se envenenó hacia la portería de Moyá, que se confió en exceso. La pelota dio en el larguero y el rechace lo recogió Mustafi ante la pasividad de la defensa.

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