Silvia Gold, la mujer que se tomó en serio las enfermedades de la pobreza

Las enfermedades desatendidas afectas a 1.500 millones de personas en todo el mundo

Silvia Gold, presidenta de Mundo Sano. Silvia Gold

José A. González

Úlcera de Buruli; enfermedad de Chagas; micetoma o cromoblastomicosis «no son raras, tienen nombres raros», explica Silvia Gold (Argentina, 1948), presidenta de la Fundación Mundo Sano. Estos nombres son cuatro del catálogo de veinte enfermedades desatendidas y reconocidas por la Organización Mundial de la Salud. «Son dolencias de poblaciones, yo digo, desatendidas», apostilla Gold.

Una comunidad de 1.500 millones de ciudadanos, «una de cada seis personas en el mundo tiene una de estas enfermedades, sino dos o tres», avisa. Una problemática que siempre ha estado sobre la mesa de la familia Gold.

Hija de Roberto Gold, doctor en farmacia y emprendedor reconocido en la industria farmacéutica argentina, Silvia heredó de su padre la pasión por el sector, es bioquímica de profesión, y también su amor por la cooperación: «La constitución de Mundo Sano -la oenegé fundada por su padre- dice que nace para devolver a la sociedad parte de lo recibido y ahí sentí que había un claro legado», revela.

Una herencia que recogió en 1998, fecha en la que, entre sus prioridades, se asentó un enemigo que afecta a entre 6 y 7 millones de personas en todo el mundo. Una enfermedad potencialmente mortal causada por el parásito protozoo Trypanosoma cruzi y que tiene en Argentina su lugar 'preferido', ya que dos de cada diez afectados por esta dolencia son de este país.

Enemigo silencioso

Bajo un cuadro de fiebre, de malestar general, de dolores abdominales o problemas digestivos, el mal de Chagas se esconde como una dolencia que «puede provocar una enfermedad cardíaca muy severa que acabe con una muerte súbita», explica. Su transmisor es la «vinchuca o chinche» que te pica y «con tratamiento puede ser una enfermedad crónica».

Sin embargo, en 2010, el benznidazol, el medicamento usado para tratar esta enfermedad, comenzó a escasear. La primera línea de defensa ante este mal faltaba por una mala transferencia de patente entre laboratorios. Una situación que llevó a la presidenta de Mundo Sano a sacar su parte científica.

Durante su exilio en Barcelona en los años 70, Gold creó junto a su marido, Hugo Sigman, la empresa Chemo, un laboratorio para producir fármacos de calidad a un precio asequible. Esta experiencia se convirtió en su arma más poderosa para luchar contra esta enfermedad. Registro, materia prima y comprimidos terminaron saliendo de sus laboratorios y viajando por todo el planeta.

Una enfermedad global

Un mal endémico en el continente americano, en los países que se extienden desde el norte de México hasta el sur de Argentina y Chile, aunque no exclusivo. «En Estados Unidos hay 350.000 personas que la padecen y están desatendidas», recuerda Gold. «En España, hay 50.000 o 60.000 personas, pero se ha hecho un buen trabajo», añade. «Tenemos mucho trabajo por hacer en comunicación y acabar con el estigma, que es uno de los grandes problemas de la sociedad», explica.

En España, hay entre 50.000 y 60.000 personas que padecen la enfermedad de Chagas

A pesar de estar presente en todos los rincones del planeta, sus consecuencias pasan desapercibidas. «Este tipo de enfermedades no se las encuentra, porque no se las busca», advierte la presidenta de Mundo Sano. En el caso del mal de Chagas, Gold recuerda que «solo es necesario un análisis de sangre para detectarlo, pero, asegura, «que es complicado hacerlo, porque tienes que tratar a un paciente que no tiene síntomas y de una enfermedad de la que no le han hablado».

«Es fundamental que estas enfermedades se traten en primer nivel», denuncia Silvia Gold. Esta nueva década marca una nueva etapa en la lucha contra las enfermedades desatendidas con la hoja de ruta de la Organización Mundial de la Salud (OMS) «con una mejor gobernanza, con estrategia y con programas», añade.

«Es fundamental que las enfermedades desatendidas se traten a primer nivel»

Silvia gold

presidenta de Mundo Sano

Aprobada a principios de 2021, la OMS fija para 2030 que se haya reducido un 90% el número de personas que requiere atención médica por una o varias de estas dolencias. Un largo camino que va quemando etapas.

Una de los grandes logros de Mundo Sano es, con respecto al Chagas, haber ralentizado su expansión. «Se ha avanzado mucho en logros numéricos», destaca la presidenta de la fundación. «Por ejemplo, 42 países han eliminado al menos una de estas enfermedades, pero estos números no me dicen tanto, añade.

Su objetivo va más allá y se trabaja en que las mujeres en edad fértil accedan al diagnóstico y al tratamiento temprano, con la meta final de que para 2030, «no nazca ningún bebé con la enfermedad de Chagas», anuncia.

El tsunami de la Covid-19

Esta nueva hoja de ruta llega en un momento en que la pandemia de COVID-19 amenaza el progreso hacia el control y la eliminación de las enfermedades tropicales desatendidas. «Han quedado aparcadas durante meses, porque el sistema colapsó», destaca Gold. «Sin embargo, podemos sacar muchas lecciones».

Una de ellas es la «cooperación y el trabajo conjunto», destaca la bioquímica argentina. «Las aprobaciones rápidas y de emergencia con la Covid-19 también tienen que valer como concepto para esas 1,5 millones de personas desatendidas», reivindica.

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