UNIVERSIDAD

La Universidad de Málaga ante el momento decisivo para elegir a su nuevo rector

José Ángel Narváez y Ernesto Pimentel vuelven a concurrir a las urnas después de los resultados del pasado jueves

MÁLAGA Actualizado: Guardar
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La Universidad de Málaga (UMA) volverá a votar para elegir rector este jueves. Después de que nadie consiguiera más del 50 por ciento de los apoyos en la primera vuelta, celebrada el pasado jueves, ahora los dos candidatos más votados en aquel primer envite electoral volverán a concurrir para que la comunidad universitaria decida quién debe ser su máximo representante en los próximos cuatro años. José Ángel Narváez, rector en funciones tras la marcha de Adelaida de la Calle a la Consejería de Educación de Andalucía, y Ernesto Pimentel, director del Departamento de Informática, se juegan el gobierno de la UMA en un último mano a mano.

Los resultados de la primera vuelta hacen que Narváez parta con ventaja.

El actual rector en funciones obtuvo el 43,72 por ciento de los votos tras el escrutinio ponderado. Por su parte, Ernesto Pimentel, pese a llegar el último al trío inicial de candidaturas, contó con el 30,57 por ciento de los sufragios emitidos. Fuera de toda aspiración quedó Miguel de Aguilera, que en su segundo intento de asalto al Rectorado sólo cosechó un 25,70 por ciento de los apoyos y se vio eliminado de la carrera por el poder. Ahora habrá que ver qué hace ese casi 26 por ciento. La decisión de apoyar a un aspirante o a otro o simplemente de quedarse en casa puede hacer que la balanza gire para una lado u otro.

Pero este sistema de elección es caprichoso. Los diferentes pesos que tienen los diversos estamentos universitarios hacen que las campañas se compliquen y que los apoyos se busquen más en los despachos y en las afinidades personales que en el cuerpo a cuerpo electoral. El peso del profesorado es fundamental para la elección del rector ya que son el 55 por ciento de la ponderación. Por otro lado, el alumnado son el 25 por ciento y tanto el personal investigador, como el administrativo, suponen un 10 por ciento cada uno en la ponderación final.

Un reparto de porcentajes que hace que si obtiene el apoyo de los profesores titulares, las cuentas para la victoria salgan de una forma muy clara. Más aún se le suma el pasotismo en que está instalado de forma casi crónica el alumnado, que no ven las elecciones como suyas y que en la pasada vuelta apenas superó el 14 por ciento de participación. 

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