Los padres de la niña fallecida junto a las vías del tren en Pizarra siguen aferrados a una duda capital

La familia de Lucía Vivar , la niña de tres años que fue hallada muerta junto a una vía del tren en Málaga el pasado mes de julio, sigue resistiéndose a aceptar la hipótesis del accidente y ha encargado varios informes para refutarla. Según la Guardia Civil, la niña de tres años se marchó de la estación de Pizarra sobre su propio pie y, tras caminar 4,2 kilómetros junto a las vías del tren de cercanías, se acurrucó entre los raíles. La versión oficial del fallecimiento, que no ha sido contradicha por la Justicia en ningún momento hasta ahora, apunta a que fue golpeada por el primer tren de la mañana del pasado 27 de julio, que circulaba sobre las 6.34 horas -según los peritajes-. Sin embargo, los familiares de la pequeña Lucía no aceptan este relato de los hechos y buscan nuevas evidencias que les den la razón.

La familia se ha puesto en manos de varios profesionales, que han elaborado informes sobre los hechos que contradicen la muerte accidental. Los nuevos datos fueron registrados en el Juzgado de Instrucción número 10 de Málaga y otorgan, según los abogados de los Vivar, «herramientas que cuestionan o discreparían en distintos puntos con la hipótesis oficial» pero que «hasta ser correctamente aseverados no formarán parte de una postura oficial de la familia». La abogada Ana Belén Ordóñez, del despacho Ley 57, incorporó en su escrito testigos y los citados documentos. «Existen dudas más que razonables de la realización, por parte de la menor en solitario, de un trayecto de más de cuatro kilómetros en las condiciones que de sobra se conocen», reseña el despacho en un comunicado.

Entre los documentos presentados está el elaborado por el criminólogo Lluís Duque, que cuestiona la hora de la muerte y también el accidente . «La hora del fallecimiento puede tener un desfase de entre tres y cinco horas, por lo que cuando falleció la pequeña Lucía no pasarían trenes por la zona», explica a ABC, Lluís Duque, que señala que a Lucía Vivar la data del deceso se hizo en base a la temperatura corporal y que para ser viable debía haberse hecho en el momento y el sitio donde se encontró el cuerpo. «No se tomó la temperatura ambiente y la del cuerpo se hizo en el Instituto Médico Forense, donde el cuerpo podría haber pasado por refrigeración. Según esto, la hora de la muerte no sería real, sino de tres a cinco horas anterior a la que se ha fijado», remarca Duque.

El informe del criminólogo asegura que cuando se produjo la muerte, según sus pesquisas, no pasarían trenes por la zona . «El golpe del tren podría ser posterior a la muerte de la niña», concluye el criminólogo.

En base a esa documentación, la jueza que instruye el caso ha ordenado a la Guardia Civil revisar las cámaras de seguridad de las zonas aledañas donde la pequeña Lucía se encontraba jugando aquella noche. También las de una gasolinera que se encuentra en la ruta por donde habría salido la pequeña y la de un almacén de construcción cerca del inicio de las vías. Hasta el momento, la única imagen de la pequeña es de una cámara que Adif tiene en la estación de Pizarra. En ella se ve a la pequeña correr y luego andar hasta desparecer tras la estación eléctrica. La magistrada también ha pedido que intente mejorar la calidad de ese video.

Los informes presentados piden que se siga la pista del chupete, encontrado en un banco de la estación . Según declaró la familia a la Guardia Civil, la pequeña siempre lo llevaba y es improbable que se marchara sin este objeto. Se apunta a las cámaras de una expendedora de billetes para saber cómo llegó el chupete hasta allí. No son las únicas evidencias que busca la familia. Se han detectado tres posibles testigos que se han puesto en contacto con la familia y a los que se va a tomar declaración. La familia pide que también se interrogue a un hombre que vive junto a las vías por si vio o escuchó algo esa noche.