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El féretro de Pablo Ráez sale de la Iglesia de la Encarnación / J.J.M.
PABLO RÁEZ

Marbella despide a Pablo Ráez al grito de «Siempre Fuerte»

Más de un millar de personas se concentran en la Iglesia de la Encarnación para dar el último adiós al joven que se hizo viral por su lucha contra la leucemia

MARBELLA Actualizado: Guardar
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El féretro avanzó entre la multitud por el pasillo central de la Iglesia de la Encarnación de Marbella a hombros de los monaguillos. Sus amigos más cercanos fueron los encargados de llevarlo al Altar. En su último tránsito por el templo que frecuentó por la amistad con el párroco José López, fue cuando más de un millar de personas estallaron en aplausos. El silencio se rompió y acabaron por florecer las lágrimas en cientos de los congregados. Avanzaba despacio y la ovación era ensordecedora. Los que no aplaudían levantaron sus brazos haciendo el gesto de «Siempre Fuerte», que se ha grabado en la memoria de todos los españoles como símbolo de la petición de Pablo Ráez para llegar a un millón de médulas donadas.

Gritaron un «Fuerza Pablo» y se exclamó «estás entre nosotros». Arreció la ovación, las lágrimas y las promesas de un recuerdo imborrable. Marbella despidió en la tarde del domingo con cariño a su héroe en la lucha contra el cáncer.

El pasado sábado, sobre las 18.30 horas de la tarde, la familia anunciaba el fallecimiento de Pablo Ráez. Miles de españoles lanzaron mensajes de cariño y respeto. Su último adiós fue multitudinario. «Venimos a darle gracias», explicó el padre José López, que relató pasajes de sus vivencias con Pablo. «Ha sido feliz y se ha sentido dichoso. Era amable, incluso zalamero. Besaba a las viejecillas en la sacristía», recordó el párroco, quien rememoró su bautismo «hace casi cuatro años». «Dejó su huella en el mundo. Sólo queremos decirle gracias», apuntó el sacerdote. Pablo marchó hacia el cementerio Virgen del Carmen, donde ha sido incinerado.

Marbella demostró su agradecimiento, el mismo que todos los estamentos de la sociedad española exhibieron a un legado basado en «donar vida». Pablo emprendió una campaña en las redes sociales, cuando le diagnosticaron leucemia por segunda vez, para llegar al millón de donaciones de médula. Sólo en Málaga las extracciones se dispararon en un mil por cien. Por eso será recordado. La leucemia ha segado su vida con tan solo 20 años, pero «ha sido revelado a la gente sencilla» –rememoró Don José López en la lectura del Evangelio según San Mateo–.

«Sigamos nosotros de esa manera callada y silenciosa», indicó el padre José López, quien añadió que ahora «Pablo descansa». Pero con su marcha no acaba todo. «Nos toca ahora a nosotros coger el testigo. El querría que nuestra presencia sea con el compromiso de hacer algo», apostilló el párroco. Marbella le otorgará en la jornada del 28 de febrero la Medalla de la Ciudad y una petición en charge.org pide que el Consistorio le dedique una calle. Dos iniciativas en su localidad natal que se suman a las muestras de cariño que ya ha recibido la familia desde todos los estamentos de la sociedad.

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