Religión
Fervor en Málaga por la subida a los altares del padre Arnaiz
Once mil personas vivirán el Rito de Beatificación del Padre Arnaiz en la Catedral y calles aldeañas
La devoción por el Padre Arnaiz en Málaga no tiene límite . Son muchos los favores y hechos milagrosos que se atribuyen a su intercesión, y numerosas las personas que, cada día, visitan su sepultura, en la Iglesia Sagrado Corazón , confiándole sus sufrimientos y anhelos.
Devotos que mañana sábado contemplarán la beatificación del Padre Triburcio Arnaiz S. J. Una ceremonia que será presidida por el cardenal Giovanni Angelo Becciu , prefecto de la Sagrada Congregación para la Causa de los Santos y concelebrada por el obispo de Málaga, Mons. Jesús Catalá; el nuncio apostólico de Su Santidad en España, Renzo Fratini, así como arzobispos y obispos de diócesis, además de 170 sacerdotes, entre ellos el postulador general de la Compañía de Jesús, Pascual Cebollada, el provincial Antonio España y el vicepostulador de esta causa, el padre Vicente Luque.
El acontecimiento, que tendrá lugar en la Catedral de la ciudad, será seguido por una gran multitud de personas, ya que se espera que sean más de once mil las que acudan al templo y a las calles aldeañas, que estarán dotadas con diez pantallas gigantes para vivir este gran momento histórico para todos sus fieles, que acudirán desde toda la provincia de Málaga, Cádiz, Cáceres, Córdoba, Álava, Madrid, Almería, Sevilla, Ávila, Santa Cruz de Tenerife, Jaén, Castellón, Badajoz, Melilla, Ciudad Real, Toledo y Valladolid, ciudad natal del Padre Arnaiz.
Tan solo los devotos que se inscribieron entre el 8 de mayo y el 20 de septiembre, podrán vivir la Ceremonia dentro de la Catedral o en las calles adyacentes, donde se habilitarán sillas. Aquellos que por desconocimiento o por falta de plazas que quieran seguir el Rito de Beatificación podrán situarse en la Cortina del Muelle.
Rito de Beatificación
Durante la Celebración, que dará comienzo a las 11.00 horas, el Obispo diocesano pedirá al representante del sumo Pontífice la inscripción del Padre Arnaiz en el número de los santos . El Cardenal Becciu, por mandato del papa Francisco, da lectura al texto de la Carta Apostólica en la que Su Santidad inscribe en el Libro de los Beatos el Venerable Siervo de Dios Padre Tiburcio Anaiz Muñoz.
Las reliquias del nuevo Beato se procesionarán hasta colocarlas cerca del Altar , donde el Presidente las venera, incesándolas. El Rito de Beatificación concluirá con el canto del Gloria, y repicarán las campanas de todas las iglesias de Málaga. Acto seguido, continuará la celebración de la Eucaristía .
Este acontecimiento histórico contará con un acompañamiento musical dirigido por José Luis López Antón , en el que participará el organista primero de la Catedral, Adalberto Martínez, el Coro Pro-Beatificación; cuatro solistas, la Escolanía de San Estanislao de Kostka, la Escolanía Pueri Cantorum de Jesús de Nazareno de Almogía y la Orquesta Sinfónica Provincial de Málaga que interpretarán Aleluya lodate il signore de Marco Frisina, Misa de Angelis o el Himno del Padre Arnaiz, compuesto por Juan M. Montiel.
Además del solemne acto, el viernes 19 tendrá lugar una Vigilia a las 21.00 horas en la iglesia del Sagrado Corazón, donde se encuentran los restos del Padre Arnaiz. Asimismo, el domingo 21, se celebrará una Santa Misa de Acción de Gracias en la Catedral malagueña. Para ambos actos también es necesario estar acreditado.
El milagro que el Vaticano ratificó
En 1994 el malagueño Manuel Antonio Lucena sufrió un infarto de miocardio que durante diez minutos le mantuvo sin oxígeno. Su hermana le pidió a la familia que encomendaran su recuperación a la intercesión del Padre Arnaiz. Las pruebas revelaron daños cerebrales que debían haber desembocado en secuelas físicas o psíquicas, pero el equipo de cardiología del Hospital Carlos Haya de Málaga quedó «perplejo» y Manuel Antonio abandonó la UCI sin consecuencias graves para su salud.
Los facultativos del centro hospitalario asumieron que la recuperación del paciente «no tenía explicación científica» , y el caso se elevó a la comisión de médicos de la Congregación para la Causa de los Santo s y el veredicto coincidió. Por ello, a final del año pasado, el sumo Pontífice ratificó el milagro . Un hecho que ha servido para elevar al Padre Arnaiz a los altares con la consideración de beato el próximo sábado 20 de octubre.
Fue párroco en Villanueva de Duero (Valladolid) y Poyales del Hoyo (Ávila), pero tras fallecer su madre ingresó en la Compañía de Jesús en el Noviciado de Granada. Fue destinado a Málaga al terminar la Cuaresma de 1912 . Entre 1912 y 1916 comenzó sus Doctrinas en los corralones malagueños, ayudándose de un grupo de señoritas que colaboran en sus catequesis y misiones.
En 1917, tras pasar un año en Cádiz, regresó para las Doctrinas Rurales. La primera fue la de la Sierra de Gibralgalia. Sus catequistas pasaron meses en aldeas o cortijada s, donde no había llegado la cultura, enseñando a leer, escribir y la doctrina cristiana. A los niños los preparaban para la Primera Comunión. En aquella época se desplaza continuamente para alentar a sus colaboradoras y su labor fue reconocida por el Obispo San Manuel González.
Durante estos años, se entregó a la gente, especialmente a los más pobres con misiones, predicando novenas y triduos o retiros a toda clase de personas. La Diócesis de Málaga destaca su atención a los sacerdotes con ejercicios espirituales y a las religiosas, maestros, catequistas y colaboradores. Eran en aquella época continuas sus visitas a los hospitales y a la cárcel . En las misiones por las aldeas malagueñas dormía sentado en una silla o en el suelo y comía poco, «para no restarle tiempo a su trabajo de confesiones, predicación o atención a los enfermos».
Tras su fallecimiento, su cuerpo fue llevado en procesión por el recorrido del Sagrado Corazón , que cada año Don Tiburcio Arnáiz sacaba por las calles de Málaga. Está enterrado en la Iglesia del Sagrado Corazón de la capital, donde su fama de santidad ha perdurado y aumentado el número de devotos que acuden a su sepultura para rogarle que interceda desde el cielo ante el Señor, en socorro de sus tribulaciones o enfermedades.
