Agustín de Foxá, el viajero romántico en medio de la Europa desangrada

El investigador Cristóbal Villalobos recupera en «A las orillas del Ladoga» las hazañas del escritor falangista en Finlandia

Cristóbal Villalobos con su libro «A las orillas del Ladoga» ABC

Isabel Ruiz

«Vasto, gordo, exquisito, dandi, cínico, culto y brillante». Así era Agustín de Foxá, escritor falangista , en palabras del periodista y poeta Francisco Umbral. Sus historias y obras quedaron en la sombra de la generación del 27 hasta que Andrés Trapiello recuperó al personaje al completo en 1994. Ahora, el investigador Cristóbal Villalobos recopila en «A las orillas del Ladoga» las letras de Foxá durante su estancia en Finlandia en 1934. Un total de 26 artículos, nueve poemas y un epistolario arrojan luz al perfil del «viajero romántico, autor de la mejor novela sobre la Guerra Civil española».

Sus frases ingeniosas le jugaron malas pasadas. Carismático y atrevido . Foxá destacó por sus palabras, tanto escritas como habladas, llegando a afirmar que tenía «el puesto ideal. Embajador de una dictadura en una democracia. Disfruto de ambos sistemas». Entonces no pasó desapercibido, se codeaba entre grandes de las letras como Manuel Altolaguirre, Edgar Neville, Ramón Gómez de la Serna o María Zambrano. También con la «corte literaria» de José Antonio Primo de Rivera, participando en tertulias como «La ballena alegre» o contribuyendo en la letra de «Cara al sol» .

Los escritores de ambos bandos andaban «mezclados», aunque Foxá enfriaría la amistad con los miembros de la Generación del 27 al afirmar que eran «tristes Homeros de una ilíada de derrotas» en su artículo «Los homeros rojos » . Años después el conde de Foxá desganado ante el régimen mantuvo que «todas las revoluciones han tenido como lema una trilogía: libertad, igualdad, fraternidad fue de la Revolución francesa; en mis años mozos yo me adherí a la trilogía falangista que hablaba de patria, pan y justicia. Ahora, instalado en mi madurez, proclamo otra: café, copa y puro».

Cuernos, un reto a duelo y un nuevo destino

Recorrió el mundo ostentando diversos cargos en representación del Gobierno de Franco , «acrecentando su fama». Cuando la Guerra Civil terminó, fue destinado a Roma -en plena II Guerra Mundial-, donde tuvo un encontronazo con el ministro de Asuntos Exteriores de Mussolini, Galeazzo Ciano . Ciano le echó en cara que la bebida acabaría matándolo a lo que Foxá respondió: «al menos a mí no me matará Marcial Lalanda -un torero de la época-».

El italiano «tenía fama de cornudo» en su país y Foxá aprovechó para hacer un símil con el toreo. Cuando se le tradujo la ocurrencia del español, Ciano «entró en cólera y le retó a duelo ». De nuevo el escritor falangista se jugó el tipo por una gracieta de las suyas, tanto es así que el ministro de Asuntos Exteriores de Mussolini no desistió hasta que el conde español abandó Italia, acusándolo de espía de los aliados.

El Gobierno español terminó por destinarlo a Finlandia. Desembarcó en Helsinki , capital de un país aliado de la Alemania de Hitler. Allí se libraba un conflicto bélico del que Foxá fue testigo, la Operación Barbarroja. «Sus aventuras allí son la parte más desconocida de su historia» mantiene el investigador Cristóbal Villalobos, quien ha centrado su publicación en este fragmento de la vida de Foxá.

Helsinki, la ciudad que sacó al «hombre de acción»

Allí conocería al italiano Curzio Malaparte , corresponsal de guerra que convertiría a Foxá en uno de los personajes de su novela «Kaputt». Precisamente, leyendo esta publicación Villalobos comenzó a investigar sobre el conde español, para saber «qué parte había de verdad» en lo que se contaba. Despertó pasión en él y terminó recopilando los artículos que Foxá había publicando durante su estancia en el país nórdico, que vieron la luz bajo las cabeceras de ABC y Arriba .

«Las cartas también se han incluído, pese a ser familiares, pues dan muchos detalles de su vida allí pero también hace descripciones políticas, culturales y paisajísticas», subraya Villalobos, quien presentará este miércoles 1 de mayo «A las orillas de Ladoga» en la feria del libro de Málaga. Una publicación que tiene contenido inédito . Unos informes del Ministerio de Asuntos Exteriores que avalan la historia de quince jóvenes exiliados españoles durante la Guerra Civil, que habían sido obligados a combatir a favor del Ejército Rojo.

La situación de estos chicos sacó «la faceta de hombre de acción» . Se enfundó en un traje blanco y fue en busca de los jóvenes españoles recluidos. Los termómetros marcaban 20 grados bajo cero y su salud ya no era la que fue, explica el investigador, que desvela que termina rescatando a los niños y repatriándolos a España tal y como queda reflejado en los informes del Ministerio, recopilados en su publicación.

Portada del libro

Para Villalobos, los escritos de Foxá «no son propios de un corresponsal de guerra, sino que son artículos de un viajero romántico » que salen a la luz. Al igual que «la relación con Malaparte, uno de los escritores más importantes de Italia, de la cual no se había hecho ningún estudio». En parte, este libro se compone de artículos, poemas y cartas que «muestran la mirada nostálgica, culta, romántica al fin y al cabo, de un conde en medio de una Europa que se desangraba. Foxá, a las orillas del Ladoga, contemplando el cerco de Leningrado» resume el investigador.

«El falangista que menos antipático caía a los progres»

El investigador recuerda a las palabras de Luis Carandell, en un artículo publicado en El País, en el que se refería a Foxá como «el escritor franquista que menos antipático caía a los progres». Agustín de Foxá (Madrid, 1903-1959 ), Conde de Foxá. Poeta, novelista, periodista y diplomático ingresó en la carrera diplomática en 1930 y después de Sofía y Bucarest ocupó cargos en diversos países. Edgar Neville, diplomático también, fue una de sus primeras amistades literarias.

Empezó su producción literaria con un libro de poemas de tono entre modernista y vanguardista, «La niña del caracol» (Madrid, Héroe, 1933), con prólogo del editor Manuel Altolaguirre. En 1936 publicó «El toro, la muerte y el agua», con prólogo de Manuel Machado. Entre 1940 y 1943 dirigió la revista hispanoitaliana «Legiones y Falanges», y publicó la antología «El almendro y la espada: poemas de paz y guerra» (San Sebastián, Librería Internacional), mientras que en 1948 vió la luz «El gallo y la muerte».

Además de su poesía, merecen destacarse sus obras teatrales: «Cui-Ping-Sing» (1940), «Baile en Capitanía» (1944), ambientada en la segunda Guerra Carlista y «El beso de la Bella Durmiente» (1948). Es autor del libro de viajes «Por la otra orilla. Crónicas e impresiones de viajes por América» (1961) y como narrador, publicó una importante novela de corte histórico, entre Galdós y Valle-Inclán, «Madrid de corte a cheka» (1938) y un libro de relatos, «Misión en Bucarest» (1965). En 1956 ingresó en la Real Academia Española .

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