Práxedes García Cuadros, directora de la biblioteca municipal Miguel Hernández de Armilla
Práxedes García Cuadros, directora de la biblioteca municipal Miguel Hernández de Armilla - ALFREDO AGUILAR
ENTREVISTA

Práxedes García Cuadros, directora de la biblioteca de Armilla: «Un libro aburrido es un lector que se pierde»

La institución que dirige ha ganado el premio María Moliner de animación a la lectura

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La biblioteca municipal Miguel Hernández de la localidad granadina de Armilla ha sido galardonada con el premio María Moliner de animación a la lectura, al que concurrieron 604 proyectos, por el trabajo desarrollado en este campo. Su directora, Práxedes García Cuadros, destaca los excelentes resultados obtenidos, que se traducen en la constitución de seis clubes de lectores.

- Animar a la lectura es como animar a comer arroz con bogavante. ¿Entiende que a alguien no le guste?

- Me entristecen las estadísticas sobre el índice de lectura. Por eso, desde la biblioteca de Armilla trabajamos para que haya lectores. Y los hay. En la ciudad tenemos 6 clubes de lectura, cuyas reuniones son apoteósicas. Algunas lectoras me dicen que cuentan los días que faltan para reunirnos.

- ¿Quiere decir que en Armilla la gente acude a la biblioteca como en otras partes acude al bar?

- Aquí entran diariamente entre 180 y 200 personas sólo para leer. No incluyo las que lo hacen para utilizar la sala de estudios. En 2015 pasaron por la biblioteca más de 50.000 lectores, que se llevaron a casa más 16.000 libros. Es posible que España no lea, pero Armilla sí lee.

- ¿Un gran lector es tan importante como un gran escritor?

- Son complementarios. Un gran lector parte siempre de la lectura de un gran libro.

- ¿Por qué apenas se lee a los clásicos si nadie ha escrito igual de bien que ellos?

- Nunca se ha vuelto a escribir igual, es cierto. Tal vez sea eso, su riqueza lingüística, lo que explica que no se lean, ya que hay un claro empobrecimiento del lenguaje en la sociedad. Los profesores de literatura de instituto, que suelen ordenar a sus alumnos la lectura de los clásicos, están un poco desesperados. Yo les digo que tienen que enganchar al alumno con libros más fáciles de comprender para que después se conviertan en lectores de clásicos. Más que nada porque un libro que aburre es un lector que se pierde.

- Si la generación más preparada de la historia es también la menos lectora habrá que cuestionar el axioma ¿no cree?

- La juventud tiene ahora otras preocupaciones: acabar la carrera y trabajar. Pero sí, es preocupante ese desinterés por la lectura. Hace poco estuve reunida con un grupo de animadores socioculturales. Les pregunté sí leían y sólo contestaron que sí 3 ó 4.

- ¿Qué libro recomendaría a una persona adulta que no ha leído jamás?

- Hablaría antes con ella para saber los asuntos que le interesan. Si le apasiona la historia, hay muchos libros que le gustarían. Si es una persona romántica, también hay lecturas específicas para ella. Es preciso conocer al lector para acertar. No hay una receta que sirva para todos.

- ¿Y a un niño?

- Los niños son muy importantes. Cuando conseguimos que uno se enganche a un libro hemos ganado un lector para toda la vida. Desarrollamos un plan con los escolares durante el año. Lo primero que hacemos es programar visitas guiadas para que conozcan la biblioteca, donde llevamos a cabo una serie de actividades que no se limitan a la lectura. En una de ellas, por ejemplo, los convertimos en investigadores. Le damos un plano de la biblioteca para que busquen libros, periódicos, revistas o tomen apuntes. Otra actividad es la maleta viajera, que consiste en enviarla llena de libros a los colegios para que trabajen con ellos los escolares en clase.

La vida entre libros

Práxedes García Cuadros es directora de la biblioteca pública municipal de Armilla Miguel Hernández desde hace 37 años. En concreto, fue el 15 de mayo de 1980 cuando esta licenciada en Historia accedió a un trabajo que le apasiona. Lee una media de 15 libros al año. De entre todas sus lecturas destaca las de Yerma y Bodas de sangre. Y la del Quijote, por supuesto.

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