La Mamá Noel de España vive en Granada: «Para mí esto es una pasión muy grande»

Ubicada en la localidad granadina de Atarfe, más de 6.5000 accesorios navideños pueblan la casa de esta granadina que junto a su marido lleva casi cuatro décadas creando este templo de la decoración de Navidad

Inmaculada Herrera, la Mamá Noel de España ABC

Álvaro Holgado

El coronavirus ha convertido la Nochebuena de 2021 en una fecha extraña. Con buena parte de la población confinada o mirando el móvil con desconfianza por si llama algún conocido con una repentina tos bronca, las tradicionales fiestas serán como mínimo, algo menos tradicionales.

Mirando un poco alrededor, se podría decir que el 'espíritu' navideño queda casi como un clavo ardiendo para no perder la sonrisa estos días. De ese espíritu, de ese agarrarse a la «ilusión» del día especial, Inmaculada Herrera , conocida ni más ni menos que como la Mamá Noel de España , podría hacer una tesis.

Viral, en el buen sentido de la palabra, desde España «hasta Nueva York», su casa en Atarfe (Granada) es todo un templo de la decoración navideña desde hace casi 37 años . «Desde el día que me casé con mi marido, un 23 de diciembre», apunta Herrera.

En aquel ya lejano momento, empezaron «poco a poco» a acumular entre regalos y adquisiciones, un sinfín de peluches, muñecos, cuadros, luces, calcetines... «Para mí, para nosotros, esto una pasión muy grande» apunta. Tras casi cuatro décadas, los más de 6.500 motivos navideños que engalanan su salón lo atestiguan.

Detalle de la casa de Mamá Noel de España Antonio L. Juárez

Quizás cueste entender para el común de los mortales cómo se llega a ese punto en el que la Navidad no es solo una fiesta, sino un eje fundamental de la vida de uno. Para ella, la llama, como todo lo importante, se prendió en la infancia . «Cuando yo era pequeña, esta época del año no era igual. Sí, era una fiesta, pero no era lo mismo, no se le daba esa importancia. Por ejemplo, mi madre ponía un Belén, pero no nos ponían Reyes ... no era como ahora».

La ilusión, mientras tanto, le iba naciendo. «Siempre lo tenía grabado en la cabeza y cuando ya fui adulta, fíjate» . En 2006, sin ir más lejos, cogería el título de Mamá Noel de España tras saltar su trabajo a la luz pública. «La tengo registrada como marca» remarca Herrera orgullosa.

Junto a su marido, Manolo, a quien Inmaculada nombra una y otra vez como el principal sostén para mantener esa ilusión conjunta por lo navideño, abren al público su casa cada diciembre . En su puerta, esperando, visitas constantes. Ya sean de vecinos o de curiosos. Los principales protagonistas, los niños , claro. «Cada año añadimos cosas nuevas. Hace tiempo pusimos un buzón para que puedan dejar ahí las cartas para Papá Noel «, explica.

Detalle de la decoración de la casa de la Mamá Noel de España Antonio L. Juárez

Pero, si algo llama la atención, es la iluminación exterior de la casa . Ni siquiera el precio de la subida de la luz echa atrás la tradición. No en vano, cuenta Inmaculada que fueron pioneros cuando hace más de 20 años la moda de las luces de Navidad por fuera de los domicilios no es que no se estilara, es que no existía. «En principio parecía raro. Fuimos de los primeros en España. De a poco pensamos en que se hicieran visitas, para que la gente pudiera verlo. Ha llegado un momento en que empezamos a decorar en octubre, si no no da tiempo ».

Su marido, al igual que ella, sufre de artritis desde hace décadas y brindarle desinteresadamente a los demás su ilusión navideña, señala, «es una forma que hemos tenido de sobrellevarla mejor» . Ello no quita, eso sí, que se empleen a fondo para darle una nueva pátina con la que sorprender hasta a los visitantes ya conocidos. «Hay periodistas que vienen cada año y no se lo explican» apunta riéndose.

El tradicional Belén, de tres metros de largo, impresiona. 1.700 piezas. Por mucho Papá Noel que haya, algunas cosas son innegociables. «La tradición se está perdiendo y eso es lo que queremos mantener para nuestros hijos y para nuestros nietos cuando tengamos«. Todo, eso sí, con apertura de miras, como relata acto seguido. «Ponemos todo tipo de figuras de todas las culturas. Aceptamos todo lo que sea navideño en esta casa«.

Una buena causa

Inmaculada Herrera posa junto a una de la mesas repleta de figuras navideñas Antonio L. Juárez

El compromiso social de la familia, a la que se suman sus dos hijos, es evidente por otro lado. De hecho, Inmaculada y Manolo, ya prejubilados y rozando casi los 60 , tienen cuerda para rato en esto del entusiasmo navideño, pero piensan a futuro.

«Cuando deje todo esto y nos hagamos más mayores, quiero dejar todos nuestros accesorios a una ONG para niños con cáncer. Es una forma de devolver el cariño que nos da la gente « insiste la Mamá Noel patria. Al tiempo, eso sí, realza su idea fija de seguir en este incansable esfuerzo, «más ahora que, con el paso de los años, cada vez me parezco más al personaje», celebra divertida.

En su árbol de Navidad, explica , inventa cada año un motivo nuevo de colores, representando una u otra causa. «En 2020 lo pusimos de azul, por las personas que se habían ido al cielo por el virus . Esta vez queríamos hacer un homenaje con el morado, por la violencia de género, y con el rosa, por las enfermas de cáncer« .

El auge de la sexta ola , con todo, ha dejado para otro momento los toques a la puerta para conocer este enclave navideño . Las llamadas se agolpan, pero los contagios suben y la precaución impera. «Nos da mucha pena, pero no se puede» lamenta Inmaculada.

«Han sido muy pocos los que han podido disfrutar de esto este año. El día de Navidad que siempre venía muchísima gente lo tendremos que pasar sin visitas, aunque en familia que es lo que importa«.

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