AL NORTE DEL SUR

Tres en uno

Rafael Gómez entra en prisión. El frío seco, intenso y antipático hiela la calle. La iluminación navideña es una luz menor

Rafael Aguilar

Esta funcionalidad es sólo para registrados

1. El trullo . La marabunta no le esperaba con carteles ni con abrazos en la puerta de la cárcel. El hombre hecho a sí mismo por la vía expeditiva de pasearse por el alambre duerme en la trena desde comienzos de esta semana atormentado por los golpes y por los giros de la vida. Hasta ayer, como quien dice, lo era todo en la ciudad en la que nació, un ejemplo para miles de personas que le hacían reverencias a su paso , que se descubrían ante su talento para fabricar dinero más allá de las leyes y sin haber leído un libro en su vida . Aquí nadie conoce a nadie: los distinguidos invitados a sus ágapes serranos por su onomástica, los afortunados que recibieron una tarjeta para asistir a la boda de su prole cuando él era aún él, los beneficiarios de sus favores y de sus prebendas han leído en el periódico las noticias sobre el ingreso en prisión como quien asiste a la caída en desgracia de un extraño. ¿ Dónde están los políticos que les rieron las gracias a él y su familia? ¿Dónde los aduladores y los oportunistas? ¿Dónde ha ido a parar, en suma, esa cierta Córdoba que ya es del pasado en la que se hizo fuerte, poderoso y tan admirado como temido este hombre que paga hoy sus excesos entre rejas?

2. El frío . La ciudad de los contrastes los tiene hasta en la meteorología. Que en Córdoba no existe el entretiempo, ese periodo intermedio que diferencia los guardarropas menesterosos de los opulentos, no supone ninguna novedad. Pero en este tramo de final del otoño está batiendo el récord. Ni el sol del mediodía, que lo está habiendo, calma la punzada del termómetro que merodea por la parte baja de la tabla y cuando ya alcanza o casi los cero grados, bien a última hora de la noche o en la primera madrugada, la calle, las aceras, los soportales hacen las veces de unos lugares inhóspitos, intransitables, de los que hay que huir. No llueve, el frío es seco y antipático , los pantanos se acercan a la línea roja, los analistas de los fenómenos meteorológicos buscan algún precedente en sus archivos. Y, entretanto, en las salas de estar se emplean a fondo los aparatos de aire acondicionado y los mayores echan en falta las faldillas con el brasero de picón.

3. La oscuridad . El puente de la Constitución y de la Inmaculada marca el inicio oficioso de la Navidad desde mucho antes de que hubiera una Constitución. Córdoba hace lo que puede, que es menos de lo que debería. El modesto alumbrado navideño del Centro y de los barrios no le aguanta ni un asalto a las desconexiones territoriales de las televisiones que meten el agravio en cada bar y en cada casa: esto no es Málaga , de acuerdo, pero a ver quién no se retuerce de la envidia -¿sana?- por cómo luce la calle Larios ; esto no es Sevilla ni falta que hace -vade retro-, si bien esas bolas gigantes en la plaza de San Francisco, en la trasera de la plaza Nueva, resucitan el agravio eterno con la capital en la que está la sede de la tele que no cuenta ni de lejos, y que si lo hace es poco y mal, que aquí hace más frío que allí y que en la cárcel pena un empresario ahora maldito y no hace tanto idolatrado.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación