Historia

La ruta de los íberos en el Sur de Córdoba: los últimos príncipes antes de Roma

Los principales yacimientos de la época están en Baena, Almedinilla y Cabra, mientras que los hallazgos casuales se han producido en Montemayor y La Rambla

Cabra inicia los trabajos para hacer visitable el yacimiento íbero del Cerro de la Merced

Acceso al templo íbero-romano de Torreparedones Rafael Carmona
Rafa Verdú

Rafa Verdú

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Los griegos dieron el nombre de íberos a los habitantes del Levante y el Sur de la Península Ibérica para diferenciarlos de los pueblos del interior, donde predominaban los celtas o gentes oriundas de las zonas montañosas. Tenían un idioma común -ya habían entrado en la Historia- y culturas parecidas y habían construido una sociedad que supo lidiar de forma relativamente pacífica, sobre todo a través del comercio, con los pueblos de la antigüedad clásica (fenicios primero; cartagineses y helenos después) al menos hasta la llegada de Roma.

Ávidos de las riquezas de la minería o la agricultura, pero también por su importancia estratégica para defender las fronteras occidentales de la República, las legiones romanas se lanzaron a la conquista de toda la península en un proceso que duró dos siglos y que terminó con los íberos como pueblo con identidad propia, asimilados a Roma de buen grado o por la fuerza. Para entonces, los pueblos íberos ya habían dejado un legado que hoy se aprecia en monumentales yacimientos arqueológicos y en obras de arte que nada tienen que envidiar a las esculturas clásicas. Las excepcionales damas de Elche o de Baza son sólo algunos ejemplos.

En la provincia de Córdoba existen tres importantes excavaciones con tipologías muy diferentes que revelan la destacada presencia íbera en la zona. También muestran que tal vez durante un tiempo Roma consintió la coexistencia de los últimos príncipes y nobles íberos con las grandes urbes republicanas. Son los yacimientos de Torreparedones en Baena y Castro y los cerros de la Cruz en Almedinilla y de la Merced en Cabra, todos ellos en el sur de la provincia.

Yacimiento de Torreparedones con sus imponentes vistas sobre la Campiña Rafael Carmona

Torreparedones es un enclave elevado y rodeado de olivos desde el que se domina gran parte de la campiña cordobesa. Ha sido un lugar de importancia estratégica no ya durante siglos, sino durante milenios , como lo demuestra que haya estado habitado de forma continuada desde la Edad del Cobre (en el II milenio antes de Cristo) hasta finales de la Edad Media (en torno al siglo XV). Durante 3.500 años allí han vivido pueblos prehistóricos, íberos, romanos, visigodos, musulmanes y cristianos.

Aunque en Torreparedones destacan las construcciones romanas, fue antes un pueblo fortificado íbero, con una muralla -visible en la actualidad- de un kilómetro protegida por torres interiores, que circundaba un recinto de más de 10 hectáreas de superficie . Se estima que se levantó en torno al año 600 antes de Cristo, mucho antes de que llegaran los primeros romanos. Allí se ha encontrado también un santuario íbero-romano dedicado a la diosa Caelestis.

Interior de una de las viviendas reconstruidas en Almedinilla Valerio Merino

Cerro de la Cruz

De tipología muy diferentes es el poblado hallado en el Cerro de la Cruz, en el término municipal de Almedinilla , en el Parque Natural de las Sierras Subbéticas. Es mucho más pequeño que Torreparedones (se han excavado unos 50.000 metros cuadrados) y no se han hallado restos de fortificaciones ni murallas .

Este yacimiento es uno de los pocos de la última etapa de los íberos que ha sido estudiado en profundidad. Se estima que estuvo habitado en torno a los siglos III-II a.C., es decir, ya con Roma -que terminó arrasando el poblado- asentada en el Valle del Guadalquivir.

El pueblo del Cerro de la Cruz nos habla de cómo vivían los íberos. Allí se han encontrado restos de la actividad económica que desarrollaron, centrada en la artesanía y la agricultura. Sus sencillas viviendas estaban formadas por un zócalo de piedra sobre el que se levantaba un muro de adobe y se aprecian incluso los huecos de las ventanas originales. En la actualidad se han reconstruido alguna viviendas para que el visitante pueda conocer mejor cómo vivían -y morían- los íberos.

El Cerro de la Merced en las excavaciones de 2020 Rafael Carmona

Cerro de la Merced

El último de los grandes yacimientos íberos que atesora la provincia de Córdoba también es muy diferente a los anteriores. Se trata del Cerro de la Merced a las afueras de Cabra , también en la Subbética, una elevación cónica del terreno sobre la que se construyó un colosal palacio.

No se trata de una construcción militar o defensiva , ya que desde esta colina no hay una buena visión de los alrededores. Sin embargo, aquel enorme edificio debió de verse desde kilómetros a la redonda , por lo que los investigadores piensan que debió tratarse de un símbolo de poder tal vez de alguno de los últimos aristócratas íberos.

Los muros de este edificio de época íbera tardía llegaron a tener hasta cuatro metros de grosor y contaban con un zócalo de piedra carniola de la zona. Llegó a tener dos plantas , unos 20 metros de lado y en su parte superior contaba con una azotea.

A diferencia de los anteriores, el yacimiento del Cerro de la Merced no es visitable, pero será así por poco tiempo . El Ayuntamiento de Cabra está finalizando las obras para hacer accesible la zona a los visitantes.

Clasificación de los restos del carro íbero de Montemayor ABC

Hallazgos casuales

Además de estos grandes yacimientos, en la provincia de Córdoba se han producido en los últimos años varios hallazgos íberos casuales que han tenido una gran repercusión mediática. El primero de ellos fueron los restos de un carro íbero en un excelente estado de conservación que apareció en el término municipal de Montemayor, cerca de Torreparedones.

Los arqueólogos estaban buscando en octubre de 2018 piezas sobre las campañas de Julio César en la comarca (en la zona se produjo probablemente la importante batalla de Munda) cuando dieron por sorpresa con este carro, que aún se está estudiando . Probablemente, el carro formaba parte del ajuar funerario de una persona importante.

La leona de La Rambla hallada en octubre de 2020 J. P.

Más llamativo aún si cabe fue la aparición en octubre de 2020 de la llamada «leona íbera» , que fue descubierta por casualidad por el propietario de una finca mientras realizaba trabajos agrícolas. Ocurrió en La Rambla, otra localidad de la campiña cordobesa -hoy muy conocida por su actividad alfarera- en la que sin embargo no había constancia de yacimientos arqueológicos de importancia. Es una pieza suelta sobre la que de momento existen más preguntas que respuestas.

La escultura muestra a una leona agazapada devorando algún otro animal, posiblemente un carnero. La pieza podría tener unos 2.500 años de antigüedad y, pese a ello, se encuentra en un excelente estado de conservación.

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