Los propietarios de la Torre del Agua de Córdoba deciden reemprender las obras

Los cooperativistas de la Torre del Agua decidieron ayer continuar con las obras del edificio residencial más alto de Córdoba, con catorce plantas. El proyecto se encuentra detenido desde que la constructora que lo estaba realizando, Tenginser , entró en concurso de acreedores producto de su insuficiencia financiera dejando un reguero de impagos en un procedimiento judicial que se ventila en un juzgado de Madrid.

Por mayoría, que no por unanimidad , las 38 familias que han adquirido una vivienda en régimen de autopromoción establecieron que los albañiles acabarán el proyecto en cuanto se disponga de una empresa contratista. En la reunión, se pusieron los límites de los sobreprecios que se pudieran producir en la contratación de una nueva empresa. El asunto no es menor teniendo en cuenta que cada una de las viviendas sale por una media de 400.000 euros que se eleva con los gastos de adquisición de plazas de cochera e impuestos. Al ser en régimen de cooperativa, las familias y empresas interesadas tienen que abonar el 30 por ciento del precio de la vivienda en el momento de la entrega de las llaves.

La promoción consiste en tres edificios, la torre y dos edificios laterales, que son a su vez tres cooperativas distintas . Todos tienen intereses cruzados, sin embargo, porque el presupuesto de la torre abona también las zonas comunes de jardines y piscinas con las que cuenta el complejo. Las cantidades se encuentran avaladas por la financiación de Caixabank que, en su caso, se quedaría con las viviendas de las familias que decidiesen rescatar su dinero al no haberse entregado el proyecto de obras. Uno de los edificios ya está habitado, otro está pendiente de la licencia de primera ocupación y el tercero, la torre, junto a las zonas comunes es lo que se encuentra realizada al 80 por ciento.

La Torre del Agua es una promoción de lujo que se creó mediante la agrupación de la edificabilidad del sector en el que se encuentra en un solo punto y salvando las tradicionales reticencias del urbanismo cordobés de construir en altura. Cuenta con algunos elementos diferenciadores como el emplazamiento de una pequeña piscina en cada una de las terrazas. A cada piso que se sube, la vivienda se encarece en unos 10.000 euros, según fuentes del sector.