APUNTES AL MARGEN

«El plan Climalit», por Rafael Ruiz

Diez millones de euros para no colocar ni un mal «split». Los colegios parecen no ser parte de todos los edificios de uso común que han de funcionar a una temperatura correcta

Madres refrescando a sus hijos a la salida del colegio en Córdoba VALERIO MERINO

RAFAEL RUIZ

La alcaldesa de Córdoba, Isabel Ambrosio , ha lanzado con todos los honores el plan con el que el Ayuntamiento de Córdoba emprenderá la climatización de los colegios de la capital . El capital no es poco: se ha pedido una ayuda autonómica de cerca de diez millones de euros con los que realizar un plan de obras para que las criaturas que asisten de lunes a viernes a la red de centros públicos de educación básica no se nos torren de calor en los cada vez más frecuentes periodos en los que el sol aprieta. El proyecto se lanzó hace meses al amparo del plan Edusi , unos fondos europeos que están por gastarse, aunque se ha optado por liberarse de las negociaciones con los socios para que sea una iniciativa de la órbita del Partido Socialista en el Ayuntamiento .

El proyecto, pese a su cuantía, no prevé, al menos en su primera fase, la instalación de aparatos de aire acondicionado de forma general. Pese a que se trate de equipamientos usuales en centros sanitarios, oficinas y viviendas, la alcaldesa aseguró que no será lo relevante del programa. Incluso en los despachos municipales, donde puedo dar fe que hace un frío que pela en los días de mayor canícula. Con un rimbombante lenguaje técnico, el programa prevé cambiar ventanas y poner sombritas de forma que los niños se nos puedan poner calentitos a la sombra en verano y mantengan esa temperatura - y esos olores - que los escolares concentran cuando andan en grupillos de más de cuatro .

Tanto hablar del concepto y luego resulta que los primeros que andan en la pobreza energética son los chicos a los que mandamos a los colegios e instutos públicos de Andalucía . Vale que la arquitectura realizada con criterios climáticos puede ser y es de gran valor pese a lo cual ha sido ignorada durante muchas décadas. La construcción tradicional siempre fue mucho más respetuosa que la generada por la industria de la edificación. La facturación contemporánea de centros públicos -algunos de ellos copias exactas de un solo proyecto realizado por el Ministerio de Educación-, la ausencia de un mantenimiento correcto y el uso de materiales improcedentes para el entorno han convertido los colegios a los que llevamos a nuestros hijos en calderas.

La alcaldesa se ha propuesto liderar eso con un proyecto mayor -diez millones no es poco dinero- aunque la realidad es que el asunto sigue siendo un tanto electoralmente populista. Climatización, sí, pero poca. Ventanas estancas, sombras y poco más . Porque una parte del problema es que los colegios disponen de una tecnología eléctrica tan obsoleta , según han establecido los propios técnicos municipales, que colocarle maquinarias de frío, que es lo que correspondería, se encuentra fuera de las posibilidades. Si quieren que los niños estén fresquitos, tendrán que volver a pasar la gorra las asociaciones de padres y madres, que es justo lo que ha ocurrido hasta este momento. Porque, por increíble que parezca, la calefacción del invierno se considera en Córdoba un objeto de primera necesidad -buena parte de los equipamientos disponen de equipos alimentados por fuel- pero la refrigeración contra el calor se considera un dispendio . Con lo bien que funcionan los abanicos de papel, oiga.

Se me ocurre una propuesta para que todos estemos en las mismas circunstancias y oportunidades de socialdemócratas maneras. Cuando empiece a apretar el calorcillo, que en los edificios municipales donde se ha preparado el plan no se recurra al aire acondicionad o. Que se le coloque un candado a la habitación del cuadro de mandos y tiren las llaves. Como alternativa, que coloquen ventanas de aluminio, tres sombritas y un limonero . Ya puestos, que saquen una manguerita al patio del edificio de la calle Capitulares y les peguen un refrescón a políticos y funcionarios cuando empiecen a sudar la gota gorda . A ver qué les parece cómo es eso de aguantar esos días que tiene Córdoba con los criterios ecoclimáticos que se proponen para los escolares y sus maestros.

Por supuesto, ropa cómoda y a ser posible de colores claros. Que siempre es más cómodo que el negro.

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