Desde mi rincón
Las personas, lo primero
Esta ciudad no merece una primera autoridad, alcalde o alcaldesa, que sólo sepa vivir «de la política»
Córdoba es una ciudad con un potencial de desarrollo enorme. ¡Lo digo y lo defiendo! Capital humano , universidad, suelo, historia y ubicación, son algunas de las fortalezas que esperan a un líder que sepa articularlas y ponerlas en funcionamiento. No es momento de comparaciones. Pero hay ciudades que con un potencial más débil de arranque, supieron ponerlo en valor y han progresado ejemplarmente en este tiempo. Dicho esto, dejemos de filosofar y busquemos el camino para iniciar la marcha.
Una ciudad como Córdoba se merece una primera autoridad , alcalde o alcaldesa, dispuesta a vivir «para la política». Que tenga como objetivo principal servir a las mujeres, hombres y ciudad que representa. Capaz de identificarse con sus representados y compartir sus sentimientos. Persona que nunca olvide que se debe a todos sin exclusión alguna. Repito, ¡a todos! Capaz de unir e ilusionar y nunca dividir o generar desilusión. Con el coraje y disposición suficiente para hacer o exigir cuantas cosas necesitan sus representados, sin que nada ni nadie frene esa su decisión.
También digo que Córdoba no merece políticos que sólo saben vivir «de la política». Personas mediocres a las que importan poco las personas y ciudad que representa. Esta especie de políticos tan frecuente en la actualidad lo único que buscan, recordando las palabras del filósofo José Luis López Aranguren , es permanecer contra viento y marea en el ejercicio del poder. Personajes de naturaleza corrupta que sólo buscan su oportunidad. Porque creo en el gran potencial de Córdoba, esta ciudad no merece una primera autoridad, alcalde o alcaldesa, que sólo sepa vivir «de la política».
Espero coincidir con mis lectores que va a depender de quienes tenemos el derecho democrático a nombrar a nuestros representantes, el que las cosas sucedan de una u otra manera. Por eso los ciudadanos deberíamos iniciar una particular campaña electoral . No esperar a que sean ellos, los políticos, los que en vísperas de elecciones vengan a vendernos su producto. Adelantémonos para decir a los partidos el producto principal e inexcusable que queremos y sin el cual no van a contar con nuestra confianza. A estas alturas de la democracia todos sabemos que las promesas electorales están para no cumplirse. Sin embargo, si conseguimos poner al frente de la ciudad a una persona que como el vino de Montilla , mi pueblo, tenga garantía de calidad reconocida, habremos puesto a Córdoba en el camino correcto para alcanzar el progreso que todos soñamos.
Córdoba demanda en estos momentos una primera autoridad con capacidad y decisión para exigir y cumplir aquello que con todo derecho merece. Estamos cansados de promesas y objetivos que terminan convirtiéndose en humo. ¡ No más decepciones ! ¡No más atrasos!
