Los jugadores del Córdoba se lamentan ayer tras caer ante el Albacete
Los jugadores del Córdoba se lamentan ayer tras caer ante el Albacete - V. MERINO
Carencias defensivas

La peor defensa de la Liga

El Córdoba, con 48, ya iguala al Albacete como el equipo que más goles recibe

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Lejos de solucionarse, el problema se agrava. El Córdoba volvió a encajar goles contra el Albacete. Tres. En casa. Y van 12 jornadas sin dejar la puerta a cero. Ya ni siquiera queda el mal de muchos. Porque el equipo de José Luis Oltra se ha convertido en el peor de la Liga en este apartado. Sólo el Albacete iguala al blanquiverde en la lista de equipos más goleados. Han recibido 46.

Las cifras cordobesistas son propias de un equipo llamado al descenso. No encuentra Oltra la fórmula que ponga fin a la sangría de puntos que ha costado al Córdoba su puesto de play-off. Ni los cambios de defensas, ni los de sistema, ni los de portero...

Nada funciona. Como tampoco funciona el intercambio de golpes. El Córdoba ya ha demostrado que marcar, como ante el Albacete, dos goles no es sinónimo de puntuar. Tampoco sirvió para ganar anotar 4 en el campo del Nástic.

Quedan nueve partidos y, si el equipo blanquiverde aún quiere soñar con el ascenso, tendrá que sellar cuanto antes una zaga que hace aguas. Oltra lamentó en rueda de prensa que «con un soplido» a su equipo le marcan goles. Los soplidos del Albacete fueron un par de contragolpes (uno, propiciado por un mal pase atrás de Abel Moreno) y una falta mal defendida.

Los errores no son nuevos. Los equipos rivales apenas necesitan generar fútbol para acercarse a la meta de Razak o de Falcón. Pero menos aún necesitan para hacer chirriar unos engranajes defensivos en los que nada encaja. Muy atrás quedan ya los meses en los que la solvencia defensiva y la experiencia de los Cisma y compañía convertían los escasos goles a favor en puntos.

Ahora toda la defensa se encuentra cuestionada. Se mira con lupa desde el principio a Stankevicius. Su teórico suplente, Dalmau, ni siquira se contempla como alternativa. En el centro, donde sí parecía haber alguna garantía, ya nada vale. Deivid, el otrora garante de la estabilidad, incluso ha llegado a jugar en el pivote. Rodas se rehizo tras fallar en el 0-1 ante el Albacete, pero dista mucho últimamente del nivel de un central fichado para subir.

Bijimine ha llegado desde el filial para tapar, sin éxito, las carencias de una plantilla tan corta como mal diseñada. Y Abel Moreno, canterano que se ha revelado como un interesante descubrimiento por su aportación en ataque, ha cometido fallos que, en plena crisis, le hacen un daño especial. Cisma, más defensivo, vuelve a ganar adeptos desde el banquillo. Sin jugar. Una señal que sólo se explica con números: los de la peor defensa de la Liga.

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