Muñoz Morán, el adiós de la última tienda clásica

En la época de las franquicias y la decoración minimalista, cuando parece que todos los establecimientos no dejan de cambiar y siguen pareciendo unos a otros, había una tienda que mantenía su aire de comercio antiguo. Era Manuel Muñoz Morán, Encajes y Confecciones, que se mantenía abierta en la calle Claudio Marcelo, frente al Templo Romano.

Y lo era porque el pasado jueves abrió sus puertas por última vez. Rafael Muñoz Rodríguez se jubió ese 31 de marzo y con este hecho pasó a la historia también un establecimiento con 132 años de historia que ha mantenido su fisonomía. Se fundó en 1884, aunque no fue hasta principios del siglo XX, cuando Manuel Muñoz Morán lo adquirió y le dio el nombre que ha tenido hasta ahora.

Después pasó a sus hijos, Manuel y Rafael Muñoz Rodríguez, que habían mantenido el negocio hasta hoy. El primero se jubiló hace dos años y Rafael acaba de hacerlo, con lo que se pone fin a la historia de una tienda de gran sabor. Su mostrador de nogal de una sola pieza es un clásico, como también los cajones con botones, hilos y todos los artículos propios de una mercería, que en los últimos años se había abierto también a perfumes y ropa de bebé. La caja registradora antigua y muchos de sus muebles eran originales, lo que le daba un valor añadido.

La historia hizo mella en esta tienda, que conserva las muescas de la metralla de los primeros días de la Guerra Civil, y que obligó a cambiar el escaparate. Es un punto y aparte, ya que Rafael y Manuel Muñoz, propietarios tanto del local como de la casa situada arriba, esperan alquilarlo, y que la nueva tienda conserve el aire que ha conservado intacto la que presumía de ser la tienda más veterana de Córdoba.