Un minuto de silencio y una ovación cerrada en el pleno de Córdoba para despedir a Ocaña

Mucha tristeza en el salón de plenos del Ayuntamiento de Córdoba, que este viernes ha celebrado por primera vez en su historia una sesión extraordinaria para tributar a un alcalde democrático fallecido. El exregidor Andrés Ocaña Rabadán murió este jueves de un infarto y la corporación municipal al completo despidió con un minuto de silencio y con una cerrada ovación a quien dedicó dieciséis años de vida al Consistorio y llegó a lo más alto dentro de él.

En un acto breve, la alcaldesa, Isabel Ambrosio (PSOE), ha destacado que «él le puso pasión y bondad a lo que hizo por los cordobeses, que fue mucho, y por eso es de justicia que le demos todos las gracias». La regidora ha leído, además, una declaración institucional firmada por los portavoces de los seis grupos políticos con representación en el Consistorio.

La declaración dice que «con la muerte de Andrés Ocaña, la ciudad de Córdoba pierde un referente en lo que a la justicia social, la igualdad y la honestidad en el ejercicio de la función pública se refiere, cualidades demostradas en su vida profesional y en su dedicación política a este ayuntamiento como concejal primero y como Alcalde después». Y añade que «con él se va todo un ejemplo de cómo trabajar por esta ciudad desde la discreción y sin buscar otra recompensa que la mejora de la vida de la ciudadanía, a la que sirvió sin desmayo y con una dedicación ejemplar».

Al pleno extraordinario han acudido todos los alcaldes desde 1975 (Julio Anguita, Herminio Trigo, Manuel Pérez, Rafael Merino, Rosa Aguilar y José Antonio Nieto) y numerosas autoridades, como por ejemplo el subdelegado del Gobierno, Juan José Primo Jurado, y el rector de la Universidad de Córdoba, José Carlos Gómez Villamandos. El Ayuntamiento ha habilitado un libro de condolencias para que los ciudadanos despidan a Ocaña.

Por petición expresa de la familia, el funeral se ha celebrado en la tarde de este viernes en la intimidad.