Contramiradas

María Ángeles López, empresaria: «Siempre me pongo en el lugar de mis trabajadores»

Hija de empresarios lucentinos, se formó en Fagor hasta que montó Docriluc

María Ángeles López en su despacho ABC
Aristóteles Moreno

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Se crió entre albaranes y pedidos, en el seno de una familia de empresarios natos . Quiere decirse que cuando nació tenía las cartas del destino marcadas. Amaba la medicina, pero acabó estudiando empresariales en ETEA . No eligió mal del todo. Y a las cifras nos remitimos. Hoy capitanea una compañía con casi 280 trabajadores y 30 millones de euros de facturación cada año. Es María Ángeles López, hija y hermana de empresarios lucentinos . Porque ser de Lucena, todo hay que decirlo, imprime carácter.

Nació en una conocida familia de empresarios del frío industrial. No tenía escapatoria.

No . Yo recuerdo desde niña a mi padre con sus planos trabajando y yo estudiando a su lado . Mis padres estaban absolutamente dedicados a la empresa. Y eso tenía un coste. Llegaban fiestas, Semana Santa o Navidad y nunca teníamos tiempo de disfrutar. Es un sacrificio importante . Pero, para mí, era una forma de vida normal. A mí me encantaba la medicina, pero veía que la carrera era de diez años y yo estaba muy apegada a mi familia. Estudié empresariales aunque, la verdad, nunca pensé en ser empresaria.

Cuando terminó sus estudios superiores, tenía las puertas abiertas de par en par de la empresa familiar . Pero María Ángeles López dudó. Tenía un impulso ingobernable por aprender y temía que la compañía de su padre la tratara entre algodones. «Me lo iban a poner todo muy fácil y yo no quería eso» , asegura al otro lado del teléfono. Dijo no.

¿Y qué dijo su padre?

Le encantó. Aceptó la decisión y le pareció muy valiente.

A la semana de licenciarse se incorporó en Fagofri , una filial del gigante del frío industrial vasco. En la planta empezó desde cero. Primero en el departamento de compras, luego en administración y, sucesivamente, pasó por un buen puñado de secciones diferentes de toda la compañía. Hasta que un día la empresa la llamó al despacho y le propuso trasladarse a Oñate (Guipuzcoa) , la sede central, con el objetivo de perfilar su formación como directiva.

Allí estuvo más de dos años. Fue una experiencia profesional definitiva. « Lo que yo aprendí en Fagor fue increíble . Mucho más que muchos másteres», declara María Ángeles López. «Me pusieron con cada directivo de la empresa: el departamento de marketing, fábrica, finanzas, recursos humanos. Pasé por todos los departamentos». En 2005 regresó. Y lo primero que recibió fue una propuesta de su padre. «¿Te vienes conmigo?», me preguntó. Y yo le dije: 'Ahora sí'. Ya tenía un bagaje».

«Lo que yo aprendí en Fagor fue increíble. Mucho más que muchos másteres»

María Ángeles López

Empresaria

O sea: Fagor la formó y usted voló.

No fue así. De hecho, yo seguí con ellos. Hay un dato importante: cuando se crea Fagofri, quisieron comprarle la empresa a mi padre. Fagofri se monta con el 51 por ciento de Fagor Industrial y el 49 por ciento de Coreco, la empresa de mi padre . Fagor me forma pero yo le aporto muchísimo. Por ejemplo, cuando recibieron la Q de Oro, era yo quien llevaba el departamento de compras.

Y en 2008 le dice adiós a su padre y monta su propia empresa. ¿Para hacerle la competencia?

No. Mi padre se dedica al frío de acero inoxidable, que va a los bares. Y yo empiezo a hacer vitrinas para supermercados. Es otra gama. No me interesa hacerle la competencia. Lo que hace mi padre no lo hago yo y lo que hago yo no lo hace mi padre.

Simplemente usted tiene alma de empresaria y necesita volar.

Exacto. Veo una oportunidad de negocio de una gama de vitrinas que no existía en el mercado. Las que había eran obsoletas y no se había innovado en 30 años. Vi un nicho de mercado . Mi idea era hacer cuatro vitrinas al día y tener una empresa pequeñita. No me imaginé la acogida tan grande que tuvimos. Hicimos una vitrina especializada en color en un plazo de entrega de siete días y a un precio de mil euros.

María Ángeles López ABC

Y pegó el pelotazo.

Rompí el mercado. Fue horroroso. Una bendición . Entraban pedidos y más pedidos cada día. Hice un despliegue a nivel nacional con delegados por España y abrí una oficina de exportación. Fue tremendo. La nave de 4.000 metros cuadrados me duró solamente un año . Ahora tenemos 60.000 metros cuadrados de planta en una parcela 106.000 metros.

¿No ha sentido vértigo?

No me ha dado tiempo para el vértigo . Nunca le puse freno a la empresa y a mi equipo le encantan los retos.

¿Su padre lloró por usted cuando se fue?

Al principio yo estaba en Coreco mientras montaba la empresa. Y, cuando empezó, el crecimiento fue tan grande que me fui a mi empresa. Mi padre es mi consejero y mi asesor. Tenga en cuenta de que yo monté Docriluc con tan solo 37 años . Era muy joven.

Su padre es un factor clave en su desarrollo personal y profesional . María Ángeles Luna lo reconoce una y otra vez a lo largo de la entrevista. Joaquín López trabajó durante años en la cooperativa Tecnicontrol, donde ejercía la función de presidente y director de la planta. En 1985, decidió cambiar el rumbo, abandonó la empresa y fundó su propia firma: Coreco . Su acreditada trayectoria empresarial fue reconocida en 2018 con el Premio Empresa Familiar, que otorga la Cátedra BBVA del Instituto Internacional San Telmo.

Abrió la empresa en el año 2009 en pleno crack financiero planetario. ¿Audacia o temeridad?

Yo creo que audacia , aunque muchas personas me dicen que soy muy temeraria. Yo creía tanto en el proyecto que llegué a una entidad financiera y me dijeron que estaba loca . La segunda vez llevé a mi padre. Y la tercera me apoyaron el proyecto. Lo defendía con tanta pasión que la gente se quedaba alucinada cuando me escuchaba. Y yo nunca he dejado de formarme. Me ha gustado siempre aprender. Me hice ‘coach ontológico’ para llevar equipos y me fui al mejor sitio que había entonces: con Rafael Echevarría, en Colombia, México y Costa Rica. También hice un curso en el Instituto San Telmo de alta dirección.

«Llegué a una entidad bancaria y me dijeron que estaba loca»

María Ángeles López

Empresaria

¿Qué tenemos que aprender de los empresarios vascos?

Tienen una constancia increíble . La parte profesional es vital para ellos, como para nosotros lo es estar bien con nuestra familia. Son muy trabajadores.

¿Y qué tiene que aprender la empresa vasca de la empresa lucentina?

Hay que tener en cuenta que yo trabajé en Fagor, que era una multinacional. No conozco más empresas vascas . Si me voy al factor humano, ellos son más herméticos y más rígidos. No hay tantas relaciones sociales en el equipo. Y aquí la calidad humana es fundamental. El equipo está más unido.

¿Con qué modelo se queda?

Con el de aquí. Por supuesto.

Lucena es un islote de emprendimiento en Andalucía desde hace décadas. ¿Dónde está el secreto?

No lo sé. Puede ser la temeridad, como dice usted. La gente de Lucena siempre ha sido gente a la que le ha gustado correr riesgos . Dicen que por ser judíos o por una tradición ancestral. No le puedo decir. Cuando mi padre estaba en la cooperativa Tecnicontrol de allí empezaron a salir muchos pequeños negocios.

El año pasado recibió usted el Premio Mujer Empresaria CaixaBank por su visión estratégica y su liderazgo transformador. ¿Los premios le alimentan?

Los premios significan que estoy haciendo bien mi trabajo . No por eso trabajo más ni lo hago mejor. Yo trabajo porque me gusta y quiero aportar. El premio me dice que voy por buen camino.

¿Qué hay que tener para ser una buena jefa?

Empatía. Es fundamental. Yo siempre me pongo en el lugar de la otra persona . Me ha hecho bien tener tantos jefes como he tenido y haber pasado por tantos departamentos. Me ha dado una visión muy global sobre cómo te puedes sentir en cada momento.

Y usted se pone en el lugar de sus trabajadores.

Siempre .

¿Mujer y empresaria es una carrera de obstáculos?

Para mí, no. Ser empresario es una carrera de obstáculos , seas hombre o mujer. Como todo en la vida. ¿Qué es fácil? Nada. El hecho de ser mujer no me ha afectado nunca. Siempre he creído en lo que he hecho y he ido para adelante. No sé si es por mi carácter.

Solo el 5% de las mujeres en España están al frente de una empresa. ¿Qué dice el dato de nuestro país?

Dice que tenemos todavía mucho camino por andar . No hay que irse tan lejos. Hace tan solo unos años la mujer se dedicaba a la casa y el hombre trabajaba. Ese camino hay que hacerlo. Es un dato negativo que estoy segura de que se va a solucionar. Y yo creo que, al final, se invertirán los porcentajes.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación