Rafael González - La cera que arde

A mí la legión

Ole por los testimonios de fe públicos frente a aquellos que pretenden encerrar la fe en el ámbito de lo privado

Rafael González
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HA dicho José María Bellido, portavoz popular en el Ayuntamiento cordobés, que si le prohíben salir en una procesión que lo detenga la Guardia Civil. Es un gesto valiente; los políticos hoy no deberían mentar a la bicha no vaya a ser que en efecto, venga el benemérito cuerpo y acaben como Rodrigo Rato después de tocar la campana de la salida a Bolsa. He puesto este ejemplo porque también esta pasada semana hemos vivido un nuevo capítulo de los ERE pero es difícil ver según a quién esposado y con un gorila empujándole la cabeza de camino al coche, como a don Rodrigo le sucedió en pleno Telediario en una de esas casualidades mediáticas de la vida. Está todo como muy revuelto y sin gobierno.

Y para algunos gobiernos que tenemos, los municipales, se nos ponen a marear la perdiz o a subirnos el IBI. Disculpen por cierto los vigilantes del animalismo por haber utilizado la expresión de la perdiz, ya que no está en mi ánimo que ninguna patirroja sufra. Iba a escribir aquello de que «cuando el demonio se aburre mata moscas con el rabo» pero me lo he pensado mejor, ya que aquí puedo ser depurado por los animalistas defensores de las moscas y la policía del Género, que no quieren que nombre el rabo del demonio porque es un claro ejemplo de heteropatriarcado paremiológico y le puede dar un jama a las almas sensibles como los ganemitas que tenemos en el Ayuntamiento o a los nuevos ponentes en los plenos, que abogan por el transgénero, la transmutación y la efebización de la política para que todos seamos más felices de bragueta para abajo. Y es ahí donde entraban lo de las procesiones y los festivos religiosos, que la policía de lo laico he presentado con elevada exposición intelectual al pleno del ayuntamiento que empieza discutiendo los principios de la Revolución Francesa y acaba mangándonos 15 euros más al año en el IBI. Qué cosas.

Y a Bellido llamando a la Guardia Civil: «Que vengan a por mí, que hay un español cofrade aquí plantándole cara a los laicistas», ha venido en decir. Ole por los testimonios de fe públicos frente a aquellos que pretenden encerrar la fe en el ámbito de lo privado. Si fueran inteligentes los laicistas ni se molestarían, porque es precisamente en lo privado donde la fe se diluye, sobre todo de mano de los que la muestran públicamente con sus golpecitos en el pecho y tal. Lo cual no quiere decir que el gesto de nuestro querido edil no le honre porque le planta cara a aquellos que quieren imponernos su manera de vivir desde el Estado o la Administración, o sea, que si esto significa un giro liberal, bienvenido sea. Al final el PSOE se abstuvo, hubo sus más y su menos para ver quién se colgaba la medalla de la hermandad y el titular de prensa y nos subieron el IBI un 3% y nos aseguraron que podremos ser heterogayerlesbicostransmutados siempre y cuando paguemos el IBI en su plazo. Si no, te aplican un recargo sostenible, como sabes.

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