Una mujer sale de la residencia de mayores de Parque Figueroa
Una mujer sale de la residencia de mayores de Parque Figueroa - ARCHIVO
Geriátrico afectado

La Junta ocultó que había legionela en las tuberías de la residencia del Parque Figueroa de Córdoba

Salud supo del brote bacteriano, que no ha producido enfermos, en diciembre de 2015

Córdoba Actualizado: Guardar
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La Junta ocultó en febrero que el corte del agua caliente en la residencia de mayores del Parque Figueroa no era por una avería normal, debido a una rotura o a una situación de deterioro de las instalaciones, sino que se debió también a un problema sanitario. Y grave, además. Tanto, que ha tenido que reconocerlo pasados los meses oficialmente. La red de distribución de agua presentaba una contaminación bacteriana por legionela y eso fue lo que obligó a cerrar los grifos del agua caliente.

El dato no se facilitó nunca públicamente aunque fuentes de la plantilla de la residencia de ancianos reconocieron ayer que sí se les hizo llegar que no había avería alguna y que todo se debía a un problema sanitario no especificado de la red de agua.

Básicamente, las normas de seguridad y salud obligan a contarle a los trabajadores de un centro concreto cuáles son los posibles riesgos que pueden encontrarse en su quehacer diario. Si los cortes se conocieron en febrero, Salud reconoció ayer que el examen que halló una concentración de legionela data de principios de diciembre de 2015.

La Junta reconoció ayer la presencia de la bacteria en las dañadas tuberías cuando el Consejo de Gobierno abordó la declaración de emergencia de las obras a desarrollar para paliar la situación generada. El comunicado remitido la Oficina del Portavoz asegura que la legionelosis es la única fuente del problema. Es decir, existió un problema potencial de salud pública en una residencia que acoge a personas que, por su edad y salud, son muy vulnerables a la infección de una enfermedad que puede llegar a ser fatal. En el centro hay un centenar de residentes y una plantilla que ronda las cuarenta personas.

La Junta afirma haber sido transparente

La Junta nunca utilizó la palabra «legionela» cuando ABC hizo pública la situación del centro, que «se quedó» -ahora se sabe por qué- sin agua caliente en pleno invierno obligando a los residentes a peregrinar a las zonas que sí disponían de baños hábiles. De hecho, aseguró en un comunicado que todo se debía a la situación de antigüedad de la red. Sin embargo, el comunidado de la Oficina del Portavoz reconoce que la legionelosis era algo más que una amenaza. En concreto, una realidad verificable. Ese texto dice expresamente que se llegó a detectar la presencia en la red de la bacteria aunque no concreta en qué grado. No se hace referencia a la presencia de ningún caso declarado por este motivo. Lo que sucedió sencillamente es que se omitió el dato, cosa que sería inviable si el equipamiento, en vez de ser de la Junta, hubiera sido, por ejemplo, propiedad de una empresa privada.

La delegada de Salud, María Ángeles Luna, aseguró ayer que se halló una concentración bacteriana ante la que se actuó de la forma más rápida posible en cuanto los técnicos de la institución informaron de este hecho. Luna negó repetidamente a preguntas de este diario que no se hubiera sido transparente en este aspecto. «Tanto las familias como los trabajadores estaban al corriente», explicó. Afirmó que la red era lo suficientemente antigua y daba ya problemas a raíz de los cuales se realizaron seguimientos. En ningún caso, explicó, ha habido personas enfermas por esta cuestión.

Es relativamente habitual la clausura de equipamientos completos o de algunas zonas cuando se encuentran brotes de la bacteria aún cuando no enferma nadie.

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