Entrevista

José María Bellido: «Bajar los impuestos con esta situación sería irresponsable»

El alcalde de Córdoba subraya la atención temprana a la crisis del Covid-19

José María Bellido, en su despacho Vídeo: Álvaro Carmona/Fotos: Valerio Merino

Rafael Ruiz

José María Bellido Roche (Córdoba, 1977) ha cumplido el primer año desde la jornada electoral (y las subsiguientes negociaciones) que lo colocó en la Alcaldía de la ciudad. Desde entonces, se ha convertido en inseparable del traje y la corbata, le han salido algunas canas y afronta la mayor alerta sanitaria conocida por varias generaciones. De negro riguroso, esta entrevista se realiza un rato antes de la misa por los difuntos del Covid-19 en la sala de la Alcaldía que, presidida por dos grabados de Picasso, sirve de zona de reuniones. La primera entrevista como candidato electo se desarrolló en el patio de un hotel. Ésta, guardando las distancias y con las mascarillas sobre la mesa.

Anda, que quién se lo iba a decir cuando ganó las elecciones.

Pues sí, impensable e inimaginable . La vida va poniéndonos en el camino que tenemos que seguir. Yo lo siento por la ciudad, por los vecinos, pero, si se me ha puesto esta prueba por delante, a superarlo sin lamentos. Hay que mirar para delante.

Esta nueva situación parece una gran oportunidad para dejar el programa electoral y el acuerdo de gobierno en la papelera más cercana.

No tanto. Hay que distinguir ámbitos y plazos . Es verdad que ha cambiado todo desde el 13 y 14 de marzo. La situación ha dado la vuelta. El marco social de la ciudad y el financiero nos ha cambiado. No aceptar la realidad sería como meter la cabeza debajo de la tierra. Pero hay que distinguir entre corto plazo, donde tenemos que luchar para que el impacto sea el menor posible, pero sin triturar el programa electoral. Hay medidas que ahora mismo no se pueden tomar como bajar impuestos. Sería irresponsable por mi parte. Si ya la bajada actual iba a costar trabajo, con la nueva realidad es insostenible. Hay otras, proyectos a largo plazo de ciudad, que no tienen por qué dar marcha atrás. Al contrario, hay que tratar de acelerarlos para que tenga un impacto positivo para la economía.

¿Qué lectura del contexto económico hace ahora mismo?

No soy experto y todo es nuevo. No tenemos un modelo que nos sirva de referencia. Sí observo, con preocupación, una dualidad. Esta crisis ha contribuido ha acentuar las diferencias sociales. Hay quien está superando esta situación con normalidad porque tiene empleo fijo, es funcionario, tiene una empresa que le permite aguantar. Y hay situaciones de personas que ya estaban mal y esto lo está poniendo peor. Mi temor es que la sociedad se polarice más desde un punto de vista político sino una dualidad de quien sigue normal y quien cae en bolsas de desempleo de pobreza, que ya existían y que ahora se incrementan. El factor diferencial sobre la anterior crisis es que las familias, las empresas y el Ayuntamiento están menos endeudados. En la crisis de 2008, donde tuve un papel en Hacienda, el Ayuntamiento no podía ayudar. Primero tenía que arreglar su casa. La deuda y el déficit estaban disparados. Ahora estamos en condiciones de ser un motor de recuperación. Y eso me hace albergar esperanzas de que para 2022 podamos estar en circunstancias parecidas a lo que había antes del coronavirus. La meta es volver a lo que había antes del Covid. En términos de empleo, hemos perdido cuatro años de empleo. Y en septiembre todo puede ser peor.

Supongo que el panorama no estará claro hasta que decaigan los ERTE.

Con datos fríos, objetivos, estamos igual que hace cuatro años por el drama de la destrucción de empleo. Esperemos a la vuelta del verano para ver si se recupera todo ese empleo o esos ERTE, que están teniendo un efecto amortiguador, desgraciadamente se convierten en despidos. La situación sería infinitamente más grave.

Más que un plan de choque, el Ayuntamiento ha aprobado un plan de golpe. Inversiones previstas se pretenden concentrar en menos tiempo. ¿Es viable gastar cien millones en los plazos previstos?

El plan tiene dos escenarios. Las medidas nuevas que encaran situaciones no previstas como la reapertura de engocios o incentivar el mantenimiento del empleo -que no estamos hablando de crear sino de mantener-. Incrementar las ayudas sociales, que se van a disparar en su cuantía. Otra parte es acelerarlo todo para reactivar la economía. Y se puede. Nosotros hemos aguantado sin cobrar el IBI en el mes de junio, 70 millones, a los que hemos renunciado en el periodo normal sin recurrir a operaciones de tesorería para pagar facturas, nóminas, proveedores, etcétera. La crisis nos ha cogido en una situación saneada. Podemos hacer ese esfuerzo de concentrar gasto y hay proyectos a punto de salir como el Centro de Convenciones, Ferias y Exposiciones, que se ha podido retomar en cuanto se ha levantado la suspensión de la Plataforma de Contratación. Están los fondos Edusi o la climatización de colegios, inversiones muy potentes. Y ojo, esto no es un plan E . No nos vamos a poner a hacer pistas de pádel, que yo no sé cuántas se hicieron en aquellos años. Son inversiones previstas en el plan de ciudad que, cuando se desarrollen, tendrán un doble efecto: el de la propia inversión y el que genera cuando se ponen en funcionamiento.

Bellido, en la puerta de Capitulares Valerio Merino

¿Tan difícil es firmar un plan de trabajo consensuado en una situación tan crítica?

Ha sido imposible, vamos a llamar a las cosas como son. Hemos hecho un esfuerzo muy importante de diálogo que quiero poner en valor. El nuestro, como gobierno, y el de los agentes sociales. No hemos negociado un plan de choque, lo hemos construido con los sindicatos y la Confederación de Empresarios. Sus propuestas han estado desde el inicio. El gobierno, de PP y Cs, se ha sumado. De la mano. Y se ha sumado Vox. ¿Por qué no ha estado la oposición? Hagamos memoria. Aquí hemos hecho pactos locales por el empleo en circunstancias no tan graves y mi partido se sumaba a lo que firmaba la entonces alcaldesa. En la Diputación, nos hemos sumado a lo que ha puesto en marcha Antonio Ruiz. ¿Por qué no lo hacen? Creo que aquí hay personas que buscan en la crisis una oportunidad de recuperar un papel político que habían perdido. Si han preferido ver los toros desde la barrera que arrimar el hombro, es decisión suya. Llegué al Ayuntamiento prometiendo que escucharíamos a todos . El plan de choque es un ejemplo de eso.

¿En qué momento de la negociación dice que el acuerdo es imposible?

En el momento en el que las propuestas que se hacen son imposibles. Aquí no se viene a pedir la carta a los Reyes Magos. En los presupuestos, nos plantean un paquete de modificaciones de veinte a treinta millones de euros . Un dineral, el diez por ciento del presupuesto de gasto. Y sin financiación. Cuando se negocia el plan de choque vuelven con lo mismo. Proponen un plan de empleo de siete millones de euros. Sobre el papel, fantástico. ¿De dónde sacamos el dinero, en qué consiste el plan de empleo? ¿Qué es? Cuando las propuestas que se hacen, buscan el efecto de cara la galería, es imposible llegar a un acuerdo. Entre la nada y algo no hay punto intermedio de acuerdo.

Se habla mucho de gasto público y poco de ahorro público. ¿La promesa del Gobierno de no tocar el sueldo de los funcionarios es precipitada?

Las cuentas públicas tienen que ser sostenibles. Esta crisis viene provocada por un agente externo, no es como la anterior que vino por un endeudamiento enorme. El agente externo nos ha cerrado la economía. Necesitamos medidas de estímulo para que esto se solvente en un plazo no demasiado largo para que vuelva el turismo, el comercio, la producción, la construcción. A corto plazo, el estímulo es necesario. Cuando yo era teniente de alcalde de Hacienda en 2011 , la tesorería necesitaba 33 millones de euros para funcionar, el déficit anual era de más de 40 millones y debíamos a los bancos el 115% de nuestro presupuesto anual. No había otro remedio. A día de hoy, pedimos que nos dejen usar el ahorro de 22 millones para tapar agujeros y hacer políticas -que necesitamos- , tenemos un superávit consolidado de 20 millones al año y debemos a la banca un 50% del presupuesto. El uso del remanente es lo que nos puede permitir equilibrar este año. Si no, se va a quedar ahí sin ayudar en nada. En 2021, vendrán curvas si no viene financiación extraordinaria. Esa inversión extraordinaria de hoy puede elevar la recaudación el año próximo. ¿Que los fondos europeos vienen con condiciones? Los que mejor estamos preparados para cumplirlas somos los ayuntamientos.

¿Qué tenía previsto para el primer año y se le ha frustrado?

Toda la inversión de obra pública. La suspensión del calendario nos ha partido por la mitad. Por ejemplo, en condiciones normales, el Centro de Convenciones estaría ya adjudicado. Tengo la sensación de que va a estar antes de agosto. Durante dos meses y medio, no se podía avanzar. Las obras de Infraestrucutras, el Plan Estratégico... Hay muchas cosas que se han resentido porque nos ha cogido en un trimestre clave, el que va de Semana Santa al verano, donde siempre se resuelven muchas cosas.

El turismo se va a llevar un palo gordo. Ha hablado del Centro de Convenciones pero el turismo de negocios se encamina a algo distinto.

En realidad, las noticias que nos llegan son muy buenas. El vicepresidente Juan Marín ha dicho que las reservas son del 70% y que somos la región del mundo con mejor comportamiento de demanda. Tenemos que hacer una campaña de promoción nacional muy potente, que ya está dotada, porque el cliente español siempre ha sido clave. Nosotros tenemos un 70% de turistas nacionales, lo que nos pone en buena situación. Es un segmento que va a crecer y que nos puede dar cifras de ocupción. Sobre el turismo de negocios, el Centro de Convenciones va a estar perfectamente adaptado para eventos virtuales. Varios empresarios cordobeses han hecho ya un congreso sobre Covid, virtual, para diez mil personas. Sobre todo, el mensaje tiene que ser de seguridad. Lamento mucho cada muerte que hemos padecido pero no hay ni punto de comparación con otros lugares. Otros alcaldes con los que hablo, de ciudades más pequeñas, han tenido más de mil víctimas. Aquí estamos hablando, y es una desgracia, de cuarenta personas. Somos un destino seguro, una idea que tenemos que trasladar a las rutas, a los monumentos. A largo plazo, mantengamos la línea de turismo de calidad, ligado al patrimonio. El sector volverá.

Bellido, durante la entrevista Valerio Merino

Decía que la cifra de víctimas ha sido menor pero las medidas han sido las mismas

Es complicado. ¿Dónde está el punto para acertar? En Andalucía nos supimos adelantar pero quiero hablar claro. Creo que se tendrían que haber tomado medidas antes y, en concreto, en Madrid. Más allá de polémicas, y con sentido común, desde una semana antes del cierre todos sabíamoslo que iba a llegar. Todos hablamos del tema, todos. Lo sabíamos. No hacía falta ser científico ni médico. Lo que pasó aquí es que tomamos medidas cuando apenas había casos. Nosotros cerramos centros cívicos, parques y dejamos la ciudad a medio gas con un caso. ¿Incidencia menor? Es que reaccionamos antes no por ser más listos sino porque lo vimos venir. Y estoy de acuerdo con la Junta: podríamos haber reabierto antes. Si se hubiera permitido una desescalada por zonas, que es lo que está pasando ahora, podríamos haber adelantado quince días la fase uno. Ojo, que cualquier paso atrás en un desastre. No quiero ni pensarlo. Pero reaccionamos pronto, bien y la pandemia no ha dado con tanta dureza.

¿Se le ha caído ya alguna inversión empresarial que estuviera en marcha?

Nadie me ha dicho «no podemos hacerlo» . Si me han dicho que «estamos estudiando si podemos hacerlo». Es normal, son decisiones empresariales. Las grandes empresas tienen que replantear sus inversiones. No han dicho ni sí ni no pero hay alguna en estudio. Estamos trabajando para que sigan.

Mucha gente ha abierto su negocio como puede mientras las administraciones lo están haciendo de una manera más lenta.

La Administración es más lenta. Ojalá no fuese así pero lo es. Pero con datos objetivos, nosotros tenemos al sesenta por ciento de la plantilla en presencial al incluir a servicios como p olicía, bomberos, Sadeco, Jardines . Falta el personal de oficina. Más de 500 de estos empleados están en teletrabajo. El objetivo lo hemos puesto en el 22 de junio para que la normalidad se vea. Tenemos algunos problemas puntuales como la segunda planta de Capitulares. No caben.

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