José Carlos Gómez Villamandos: «La Universidad de Córdoba no está ya crispada ni la promoción profesional frenada»

Francisco Poyato

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08/05/2022
Actualizado 09/05/2022 a las 11:59h.

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Ocho años al frente de la Universidad de Córdoba y cuatro como cabeza visible de los rectores en España. Tiempo y funciones suficientes para conocer las tripas universitarias como nadie. José Carlos Gómez Villamandos alega que la UCO se ha convertido en un «socio fiable» , haciendo encaje de bolillos con la financiación y la investigación, y con resultados. Llegan elecciones en unos días.

¿Qué nota se pone rector?

La nota me la tiene que poner la comunidad universitaria y la sociedad cordobesa, lo que hemos hecho durante estos ocho años es un trabajo volcado totalmente en la gestión universitaria , en exclusiva.

¿Su nota será el resultado que obtenga una de las candidaturas al Rectorado que proviene de su equipo?

No creo. Aquí no hay continuidad en el gobierno de la Universidad. Llega un equipo nuevo, una cabeza nueva que lidera ese equipo con sus propios planteamientos con lo que no hay esa continuidad que se podría pensar. Si lo que hay es una afinidad dentro de un equipo, eso puede ser negativo y positivo, pero hay otros factores.

Dígame algunos de esos «otros factores» a los que usted alude...

Sabe que en este país se vota más por rechazo que por afecto. Me gustaría que el voto fuera pensando qué es mejor para la UCO, ver cuál de los dos equipos puede hacer una mejor labor en los tiempos actuales, con un marco normativo diferente y cuál tiene más solvencia para seguir mejorando. Me preocuparía ese voto fácil por amistad.

¿Hasta qué punto puede influir el componente puramente político? Es objetivo que hay un candidato con una participación en esa esfera este tiempo atrás...

Siempre hemos intentado desligar la Universidad de la política y que el único interés a primar sea el del sistema universitario y eso creo que es lo que tiene que hacer cualquier candidato. Si un candidato tiene otro tipo de compromiso, la comunidad universitaria tendrá que valorarlo. Nunca ha habido un candidato afiliado a un partido político , es la primera vez; pero que defienda la independencia y sólo los intereses de la UCO.

¿Qué Universidad se encontró hace ocho años y qué deja?

Hace ocho años teníamos una Universidad sumida en un alto grado de crispación y gran tensión. Donde los procesos de promoción y renovación generacional estaban frenados. Se habían creado una serie de normas internas que limitaban el desarrollo de carreras profesionales y todo eso es lo que hemos ido intentando cambiar estos años. Las normas internas tienen que ser favorables a las personas y a su carrera profesional. Luego, a nivel estatal, hemos conseguido que la tasa de reposición fuese aumentando. Hemos sacado 800 plazas en una promoción ágil. En el personal de administración los compromisos de estabilización se han ido cumpliendo más lentamente. Hoy no hay esa crispación.

Las infraestructuras siempre han sido un tema complicado por la falta de financiación. ¿Qué actuaciones se deja sin resolver?

Nos encontramos con una financiación bastante precaria. Los dos primeros años no nos llegaba a pagar las nóminas y optamos por la investigación y las personas. Las infraestructuras quedaron en un segundo plano. Por suerte, ya en este último periodo, ha habido una mejora con remanentes que antes no se podían usar. Así está llegando la ampliación de Derecho , la licitación del proyecto del Vial Norte para ampliar Ciencias del Trabajo y un nuevo aulario para Derecho, el arreglo de los Colegios Mayores de la Asunción y estamos en negociaciones con la Junta para la cesión de la Biblioteca Provincial cuando se mude a los Jardines de Agricultura . Y por otro lado, con Defensa para la adquisición de la Zona de Reclutamiento, en fase de negociación. En ambos casos sería para Filosofía y Letras , aunque en la Zona dejaríamos una reserva de futuro.

El campus de Rabanales tiene pendiente la urbanización y dotarla de un área de servicios más potente...

Estamos pendientes de sacar la primera fase del proyecto de urbanización que cuesta 12 millones de euros. Depende del reparto de fondos de la Junta de Andalucía. En cuanto al área de servicios se ha visto que tampoco era tan necesaria para la propia vida del campus. Con el desarrollo de Rabanales 21 y su futura residencia universitaria, sí tendría sentido.

Al final salvaron por la campana al parque tecnológico Rabanales 21...

No es la primera vez. Lo que hay que hacer ahora es planificar mejor para no volver a esa situación. Creo que la c apitalización de la deuda por la Junta total o parcial , y por nosotros, que podría ser total, sería una clave importante. El aumento de acciones por la Junta, que lo tome como un parque público desde su posición mayoritaria.

Siempre ha habido dudas jurídicas de esa herramienta...

Hay dudas de por qué tantas reservas por parte de la Agencia IDEA, que ha sido la más dudosa a diferencia de otros parques. Mi opinión es que el cambio de formato de entidad jurídica es obligado: pasar a ser una fundación en lugar de una sociedad.

¿Y ser menos tecnológicos?

Creo que es demasiado grande. Urbanismo ha hecho cambios normativas de parcelas. Bajar al suelo y saber lo que valen realmente y ofrecer más servicios de emprendimiento , de transferencia del conocimiento...; llevar por ejemplo allí la OTRI de la UCO. Hay muchas ideas a plasmar.

Los ránking de investigación se multiplican y es un elemento clave que vende cada Universidad. Pero si tuviera que explicarle a un cordobés de a pie cuál es el lugar que ocupa su Universidad, ¿qué le diría?

Le diría que la Universidad de Córdoba esá colaborando de un modo decidido a la mejora de su sociedad. Estamos contribuyendo a la mejora de la agricultura , de la salud, la calidad alimentaria, a crear pensamiento, al desarrollo de la cultura y el patrimonio... La investigación sólo tiene un gran fin, mejorar la sociedad. A veces se aprovecha de forma inmediata y otras dentro de un tiempo y no por eso es mejor o peor. Y además tenemos la calidad de la investigación. La UCO es la primera en Andalucía dentro de estos parámetros. En España entre las 10 ó 15 primeras. A pesar de haber tenido un presupuesto muy limitado , los recursos se han destinado a fomentar la investigación y ser más competitivos, consiguiendo más dinero externo y los resultados están ahí. Es una política que es fundamental que se mantenga. No se investiga para mayor gloria del investigador o de la propia Universidad, sino para mejorar la sociedad en que vivimos.

A veces se cuestiona la utilidad de la investigación frente a la realidad...

Se podría cuestionar eso, pero los GPS, por ejemplo, funcionan gracias a una fórmula que Einstein divulgó hace muchos años, que se guardó en un cajón y fue rescatada por ingenieros al cabo del tiempo. Así pasa con los leds, la base científica de las PCR, etcétera. La inmediatez de la investigación no tiene por qué ser lo mejor. Hay una parte de transferencia importante, y nosotros hemos aumentado los contratos con grandes empresas cordobesas de manera significativa en estos años; pero, insisto, la aplicación aparecerá en su momento.

Con la nueva Ley de Ciencia y el reciente acuerdo de financiación en Andalucía para las universidades, ¿puede haber un espaldarazo para esta política de investigación?

La financiación es clave. Pasamos de precariedad a una mayor disponibilidad de fondos y medidas para incentivar actividad investigadora y docente. Y, luego, la Ley de Ciencia nos da respuesta a cambios que veníamos pidiendo desde hace décadas. Le hemos pedido al Ministerio que no se quede aquí sino que siga trabajando en reformas . Queremos un pacto de Estado donde se dé respaldo a la investigación. Ahora hay fondos europeos, es momento de ejecutarlos pero cuándo se acaben, ¿volveremos atrás...?

¿Cree que el ministro Subirats le dará la vuelta al ministro Castells?

No sé si será bueno o malo que le dé la vuelta, podría ser hasta contraproducente. La ley tiene que ser una ley que nos dé a las universidades las normas para gestionarnos adecuadamente, no puede ser una ley que nos desregule, donde tengamos diecisiete modelos. Tiene que haber un marco general ; y junto a eso, permitirnos suficiente autonomía y financiación para ser competitivos. No queremos normas que caigan en populismos .

Todos los años al conocer las notas de corte de la Selectividad y la oferta de plazas de la Universidad caemos en los mismos lugares comunes: Medicina y otros grados de Ciencias de la Salud convertidas en embudos. Frente a ello, una pandemia que ha puesto en evidencia al sistema sanitario. ¿Qué solución tiene esto?

Con la pandemia ha habido una necesidad coyuntural pero no hay que olvidar que tenemos veinte mil médicos formados en España y que están fuera del país; habría que preguntarse por qué. Creo que lo importante no es formar a más, sino que a los que formemos, darles las condiciones laborales que les haga atractivo quedarse en Andalucía o Córdoba. La ratio de médicos y enfermeros por habitantes no está tan mal. Si formamos más médicos que los que se necesitan , precarizamos su situación. Si no se crean más plazas MIR, ¿qué hacemos con los que formamos de más...? Y luego, esas plazas de MIR están adaptadas a la estructura sanitaria que tiene España, si en un hospital no hay más salas de consulta , no caben más. Hay que hacer un análisis entre la Consejería de Salud y las universidades para ver capacidades del sistema provincia a provincia y ver si se pueden aumentar esas ratios hasta donde se pueda.

¿Y no hay un exceso de títulos?

Muchas veces se plantea que vamos a quitar aquellos con pocos alumnos. Hace unos años se decía que había que quitar Filosofía y Matemáticas porque no había alumnos, y hoy son dos de los grados más demandados por el sector productivo porque tienen una arquitectura mental y capacidad de resolución de problemas que otras no tienen. En una universidad privada con un balance y ánimo de lucro al final tienen que responder a unas cuentas, pero una universidad pública no sólo debe responder al sector productivo sino a la formación de la sociedad, con un equilibrio económico.

¿Y es sostenible este modelo?

No es tanto crear nuevas titulaciones , sino cambiar los contenidos y adaptarlos. Por ejemplo, si tenemos una ingeniería , la más avanzada, no tendría sentido crear una tecnología, mejor cambiar sus contenidos .

¿Qué parte de culpa ha tenido la UCO en el aterrizaje de la Base Logística del Ejército?

Participamos desde el minuto cero en colaboración con el Ayuntamiento. La Alcaldía depositó mucha confianza en nosotros para el diseño que se presentó en Defensa . Luego está la labor aglutinadora del alcalde que ha sido esencial. Nosotros tenemos una gran tradición de colaboración con el Ejército . Conocíamos tanto parte de sus necesidades como su idioma y eso facilitó mucho las cosas.

Con la certeza de que no es una multinacional que podría deslocalizarse, sino un proyecto de estrategia nacional, ¿en qué no debemos fallar?

Dentro de la dificultad hemos hecho lo fácil: ya tenemos el proyecto. Ahora viene desarrollarlo sin equivocarnos. Aquí la parte fundamental es que todas las administraciones agilicen trámites para impulsar el desarrollo. Una vez implantada la Base , se deben seguir facilitando las necesidades que tenga el Ejército como comunicaciones, habitabilidad... Y por nuestra parte, colaborar en la investigación o en la formación y especialización que puedan aprovechar Defensa .

Para concluir, ¿de qué se siente más satisfecho y más decepcionado?

Más satisfecho del relevo generacional que hemos hecho. Dar la oportunidad de promoción y estabilización a los diferentes sectores. También del salto de invesigación que hemos dado y de la confianza que hemos generado en la sociedad cordobesa. Hoy se nos ve como un socio fiable . Y la espinita que se nos queda es la falta de financiación. Toda esa infraestructura que la comunidad universitaria necesita y que no podemos acometer por falta de financiación.

¿Lo veremos dando clase o lo podremos ver en la política en los próximos meses?

Ahora mismo mi objetivo inmediato es volver a mi departamento, empezar a dar clase y ya está. No he recibido ninguna oferta tentadora que me haya hecho, por ahora, cambiar de opinión.

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