ENTREVISTA

Francisco Camas, en Córdoba: «La participación en estas elecciones será la más baja de la historia»

Analista de Metroscopia, este doctor en Ciencias Sociales ha dirigido y es coautor del libro «La cocina electoral en España: estimar votos en tiempos de incertidumbre»

Francisco Camas, durante su estancia ayer en Córdoba Álvaro Carmona

Davinia Delgado

Criticadas cuando sus resultados no convencen, y ensalzadas si por el contrario otorgan la victoria, las encuestas electorales suponen una de las principales herramientas para pulsar a la opinión pública. Siempre polémicas, siempre denostadas, pero imprescindibles, estos sondeos y la interpretación de los mismos centran el libro «La cocina electoral en España: estimar votos en tiempos de incertidumbre» , dirigido y coescrito por el doctor en Ciencias Sociales y analista de Metroscopia Francisco Camas García , en colaboración con otros trece autores, y que se ha presentado en Córdoba.

-Defina «cocina» electoral

-Es básicamente un tratamiento de la materia prima, de los datos electorales obtenidos en las encuestas. Es decir, tratar de hacerlos más representativos de lo que pueda suceder a partir de esa información. Y para ello se aplican técnicas, métodos e hipótesis.

-¿Existe una metodología única o más fiable a la hora de analizar esos datos?

-No existe una única manera de «cocinar» los datos. Hay múltiples formas de hacerlo y cada «cocinero» tiene su sistema. Unos prefieren una «cocina» más compleja, extensa e innovadora; mientras que otros hacen una «cocina» más básica. Ninguna metodología es mejor que otra, ni hay una fórmula mágica para realizar una estimación electoral.

-Algunos consideran que esa «cocina» se utiliza en determinadas ocasiones para tergiversar los resultados, sobre todo, cuando se trata de encuestas políticas...

-Es normal que cuando un partido piensa que los resultados de una encuesta les puede perjudicar, trate de minimizarlos y cuando esos datos les beneficia, los sobredimensiona. Pero todo esto forma parte del juego político y hay que entenderlo en ese contexto. Pero lo que se pretende con la «cocina» electoral no es falsear los resultados, sino justo lo contrario: que los datos sean más representativos de la realidad y que, por lo tanto, podamos acercarnos más a un pronóstico o a unos resultados en unas elecciones.

-¿Hasta qué punto sirven las encuestas para predecir un resultado electoral? ¿Cuánto nos podemos fiar?

-Las encuestas no están diseñadas para predecir comportamientos, sino que están pensadas para tratar de detectar tendencias de opinión pública en un momento concreto, los fenómenos sociales que ocurren. Sin embargo, desde el inicio sí se utilizaron para pronosticar esos comportamientos electorales y, aunque siempre se han desviado, también han sido bastante útiles y se han acercado a los resultados. No son una ciencia exacta.

-¿Una muestra lo más representativa posible es la clave para acercarse a los resultados de unas elecciones?

-Es una condición necesaria para que se pueda hacer una buena estimación de voto. Intentamos que esa muestra sea como una España en miniatura. Si la que se ha seleccionado no es representativa o contiene sesgos importantes, la estimación no se acercará a la realidad. Aunque tengo que decir que incluso teniendo una muestra muy bien diseñada, eso no te garantiza en ningún caso que puedas hacer un buen pronóstico, porque eso es tarea del analista. La encuesta recoge las opiniones de la gente, pero la estimación es una especie de «spin-off» de los datos.

-¿Es más complicado acertar en el contexto actual, con la existencia de varios partidos?

-Totalmente. Ahora hay más incertidumbre, más indecisión a la hora de votar, ergo para una encuesta es más difícil pronosticar qué va a suceder, porque evidentemente, la encuesta al final es un espejo, un reflejo de la realidad. Es muchísimo más difícil aventurarse a decir qué podría suceder.

-Entonces, ¿estamos ante una incertidumbre total? ¿Cómo valorar entonces, las ultimas encuestas realizadas hasta la fecha, que dan como partido ganador para las generales al PSOE?

-No, hay algunos factores que son muy claros, porque la indecisión no se reparte por igual. En el caso del PSOE, su electorado está más convencido de ir a votarlo. Y parece que será la primera fuerza porque sus seguidores están más convencidos que nunca y porque está logrando atraer a votantes de Podemos y porque hay una fragmentación que no había ocurrido antes en la derecha. Pero una cosa es que quede primero y otra, que gobierne.

También está muy clara la tendencia de VOX. Son votantes muy convencidos, que se han marchado del PP y en parte también de Ciudadanos, y están deseando de emitir sus papeletas. Y, aunque todo puede pasar, pero parece muy claro que entrará en el Parlamento español y con un porcentaje muy importante.

La incertidumbre sobrevuela, por otro lado, a una parte del electorado de la izquierda, que está indeciso y que no sabe ni siquiera si irá o no a votar, lo que puede perjudicar al PSOE a la hora de formar gobierno; y también se detecta una gran indecisión entre el electorado de Ciudadanos, cuya horquilla de voto es amplia y abarca desde el PSOE a VOX.

-¿Y qué hay de la participación? ¿Qué estimación hay?

-Estimamos que la participación va a ser menor que la de 2016, hay un cierto desgaste del electorado. De cómo eso se traduzca en unas mayorías u otras, ya se verá, pero parece que probablemente estemos en la participación más baja de la historia democrática de España.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación