Coronavirus en Córdoba

El Covid ha dejado durante 2020 a cerca de 21.000 cordobeses cada mes en el alambre de los ERTE

El SEPE tilda las cifras del pasado año de «históricas», con 516 millones de euros en prestaciones

Ciudadanos a las puertas de una oficina de empleo en Córdoba Valerio Merino
Baltasar López

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El brutal impacto de la crisis tiene uno de sus termómetros en los expedientes de regulación temporal de empleo ( ERTE ), instrumento con el que las empresas, con ayuda económica del Gobierno central , buscan capear el temporal sin despidos. Según los datos facilitados a ABC por el Servicio Público de Empleo Estatal ( SEPE ), entre abril (cuando se empezaron a formalizar) y noviembre (último dato definitivo), la provincia registró de media mensual 20.745 trabajadores inmersos en este mecanismo de regulación de empleo, que supusieron un promedio de desembolso del Ejecutivo central de 15,4 millones.

Cruzando ambos guarismos, se obtiene que cada empleado recibió del Estado 742 euros de media . Además, en esos ocho meses, los importes abonados ascendieron a 123,1 millones.Tras estas cifras, hay muchísimos cordobeses que han vivido, o aún lo hacen, en el alambre con los expedientes de regulación temporal de empleo, por perder ingresos, por los retrasos en los abonos por el Estado o por la incertidumbre de su futuro laboral .

El director provincial del SEPE, Antonio Bracero , señala a ABC, tras matizar que lleva «48 años» en este ente público, que las cifras de los expedientes en 2020 en Córdoba son « totalmente históricas ». El pico se alcanzó en mayo, con 41.844 cordobeses inmersos en ellos a su conclusión. Ese mes comenzó la desescalada , pero la actividad económica era reducida y hubo negocios que retrasaron su apertura.

La factura de las prestaciones del Estado creció un 50 por ciento respecto al año anterior

A partir de ahí, empezó un fuerte descenso , que se prolongó hasta octubre (8.812 empleados en ERTE). En noviembre, hubo un aumento: se subió a 9.286 (+5,4%). Pero Bracero advierte de que después siguió bajando su número. A la espera de que los datos sean definitivos, prevén que a 31 de diciembre hubiera en la provincia «entre 6.200 y 6.300» cordobeses fuera de su puesto. Bracero matiza que la tendencia es descendente a día de hoy, pero recuerda que medidas de limitación de la actividad que se adopten pueden subir la cifra de afectados de regulación de las plantillas.

El responsable del Servicio de Empleo apunta que «nos hemos hartado de ver ERTE de tres, cuatro o cinco trabajadores ». Lo que encaja, reflexiona, con la tipología de « pequeña, pequeña, empresa » tan abundante en la provincia. Bracero añade que los sectores que tiran de este fenómeno son comercio, excluido el de alimentación -no tuvo que cerrar durante el confinamiento ni ha sufrido los recortes horarios - y hostelería, incluyendo ahí a bares, restaurantes y alojamientos, así como el ocio.

Bracero incide en el «esfuerzo» que ha hecho el personal del organismo laboral desde el estallido de la crisis. «Ni en el peor de los sueños, podíamos imaginar este volumen tremendo de expedientes y en medio de una situación de pandemia », expone. «Y debíamos actuar de inmediato. Si no, a los inmersos en el ERTE no les llegaba el dinero para que pudieran subsistir [el Estado asume una parte de lo que perciben y puede llegar a ser el cien por cien]. Hemos trabajado festivos, domingos... Además, seguimos tramitando el resto de prestaciones», añade. Y sobre esta última materia, aporta un dato rotundo. En todo 2020, las prestaciones por desempleo (incluyen las de los ERTE) en la provincia ascendieron a 515,9 millones. Son 170,3 más que en 2019 (345,6), con lo que el estirón fue del 49,3% .

El SEPE indica que los afectados por ERTE siguen en descenso; al cierre de 2020 había unos 6.200

Respecto a las quejas de retrasos en los últimos meses de los pagos, defiende que «en nuestra provincia no ha habido excesivos casos de este tipo». Considera que «pueden ser debidos» a que las empresas tienen la potestad para comunicar al Servicio de Empleo los periodos de actividad de su plantilla en el mismo mes, con lo que el trabajador cobra puntualmente , o a mes vencido -en este segundo caso, sí se demora el abono 30 días-.

Asegura que en el arranque de la pandemia sí tuvieron muchísimos problemas. «Todo esto se ha ido atemperando, pero entonces había errores en las cuentas corrientes , en los DNI o en las bases reguladoras. Y había que controlarlo, llamando a las empresas. Aquí hay controles. No sólo tenemos que proteger al ciudadano, sino hacerlo correctamente », finaliza.

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