Ciudad eutopía

Córdoba resulta ser la ciudad de los paraísos perdidos. Así luce al menos esta semana en la que acoge dos eventos que vienen a reivindicar las utopías del comunismo y del multiculturalismo.

Mañana mismo se va a celebrar la XXIII Gran Fiesta de Solidaridad con Cuba, evento en el que se glorifica el régimen de la isla que ha conseguido hacer perder el tren de la historia al pueblo cubano y sumirlo en la más brillante de las miserias.

Entre otros actos se organizará una mesa redonda sobre «El gobierno de la izquierda en América Latina: Retos, logros y dificultades» en la que participarán los embajadores de Venezuela, Cuba y Ecuador, países que se blasonan de haber entendido a la perfección qué es eso llamado democracia y que han conseguido alcanzar unos niveles de bienestar para sus ciudadanos que resultan la envidia de los países más avanzados.

Por no mencionar el profundo respeto a los derechos humanos que allí se profesa, miramiento que debería ser ejemplo para los caducos sistemas constitucionales de occidente que pierden el tiempo respetando la libertad de los ciudadanos a expresarse en lugar de acallarlos en frías celdas.

Que digo yo que para qué hay que someter a debate lo que resulta evidente: el comunismo no es sino un engendro delirante que nace de la «envidia igualitaria» y cuya materialización causa el empobrecimiento, cercena las libertades y sume en la desesperación a quien viva bajo su yugo. Ahórrense la mesa porque las conclusiones son claras.

Sigo afirmando que el comunismo debiera ser objeto de la psicopatología (en su apartado de trastornos del espectro psicótico) más que de valoraciones y análisis políticos o sociológicos.

A todo esto, el evento se celebrará en el Alcázar, espacio público que debería permanecer ajeno a este tipo de usos aunque, claro, estando de por medio el primer teniente de alcalde comunista de nuestra ciudad imagino que todo vale. Ojo que si Falange Española Auténtica solicita mañana el recinto para celebrar algún acto habrá que otorgárselo...

Pero también estamos en plena eclosión multiculturalista según se vienen celebrando en Córdoba las «Noches del Ramadán», para glorificar el islamismo y pretenderlo inserto hasta el tuétano en nuestras señas de identidad y hasta en el ADN de cada uno de nosotros (cuestión históricamente discutible en la que no habré de detenerme ahora).

La utopía del multiculturalismo lleva a la directora del Instituto Halal, con sede en Córdoba, a proferir que este ciclo demuestra que España es ya un país plenamente diverso porque cuenta con un ¡¡4%!! de población musulmana. Más que diverso diríamos que tiene una singularidad estadísticamente despreciable, señora Romero. Pero los utópicos, ya lo sabemos, se encuentran blindados frente a la realidad.

Delirios, utopías y la cara muy dura. Es lo que hay.