Los deberes hechos, y bien contados

No basta con hacerlo. Hay que saber contarlo. El nombramiento del nuevo portavoz popular en el Congreso fue ayer la excusa para que Mariano Rajoy reuniera a los diputados de su grupo y les marcara la línea de actuación para recuperar el apoyo de los votantes. Ensimismado en la gestión de la crisis, el Gobierno ha descuidado la tarea de comunicar sus logros y de transmitir a la sociedad una esperanza que se ha visto superada por la desconfianza que, con notable éxito, cultiva y despacha la izquierda. Sin renunciar al optimismo que ha exhibido en las últimas semanas, y avalado por los indicadores macroeconómicos y las excelentes previsiones para 2015, Rajoy está convencido de que el PP puede recuperar el terreno perdido con un esfuerzo en el campo de la comunicación.

Con las cifras en la mano, la mejoría económica resulta incontestable, pero la propaganda de la frustración y el descontento sigue calando entre unos votantes a los que Mariano Rajoy quiere recuperar. Además de aplaudir a su líder, la bancada popular está invitada, y obligada, a movilizarse para frenar una corriente de opinión que, de manera torrencial, ha fluido hasta ahora sin encontrar apenas respuesta.