«Paper Mario: Color Splash»: aventuras y rol de papel

La saga «Paper Mario» ha oscilado siempre entre sus dos almas, rol y aventura, dejándose caer en cada edición hacia uno u otro lado, con la estética de papel como principal elemento vertebrador. En ocasiones más cerca de las plataformas, el desplazamiento lateral y lucha directa; a veces más próximo al rol, el de combates por turnos, desarrollo de personajes y la búsqueda. La nueva entrega, «Paper Mario: Color Splash» (WiiU), guarda un equilibrio medido con tendencia a la aventura sin salirse del marco clásico.

En la aventura, Mario, el protagonista, viaja acompañado de la princesa Peach y de Toad para salvar al mundo de los Toad. La dirección artística trasciende del diseño audiovisual. El uso del color no solo tiene una función estética.

La pintura es el centro de la historia: en la narración, porque el mundo ha sido desposeído de los pigmentos y hay que recuperarlos; en la jugabilidad, porque los botes son la fuente de energía del combate. La gestión de la tinta es fundamental para la consecución de objetivos. Las luchas, por turnos, se realizan mediante cartas cuya potencia de golpeo y defensa depende de la cantidad de pintura utilizada, impresa a martillazos. El sistema es fácil de dominar, con un variado taco de cartas con sus correspondientes opciones. Los enemigos, clásicos de Mario, nunca llegarán a ser un obstáculo complicado.

La exploración, las recompensan en monedas y puzles diversos completan la aventura, enmarcada en una historia cargada de sentido del humor. Lugares por desbloquear, escenarios ocultos, elementos escondidos. Unos escenarios, grandes, llenos de detalles y personaje con quienes dialogar.

Los mundos no son tan estrictos como habitualmente en el universo Mario, el icono de Nintendo. La entrada y salida una vez superada no depende del nivel temático en el mapa como de un calculado azar, en un juego con gran capacidad para entretener.