¿Por qué hay tantos presos en España?

España cuenta con 133 presos por cada 100.000 habitantes, un 32% más que la media europea. Así se desprende del «Estudio de la Realidad Penal y Penitenciaria. Una visión desde las entidades sociales», presentado este jueves por Rosep, la Red de Organizaciones Sociales del Entorno Penitenciario, que aglutina a 55 organizaciones no gubernamentales, como Cáritas Española, Proyecto Hombre, Marillac o Solidarios para el Desarrollo.

Esta tasa de encarcelamiento es la segunda más alta de Europa, pese a que la tasa de delincuencia de nuestro país es de 44,7 delitos por cada 1.000 habitantes, un 27% menos que la media europea y está muy por debajo de países considerados muy seguros, como Suecia, Dinamarca o Finlandia. Además esta tasa está descendiendo de «forma reseñable desde el año 2009».

Los delitos más comunes (un 76%) son delitos contra el patrimonio (robos y hurtos), mientras que nuestra tasa de homicidios es la tercera más baja de Europa.

La población penitenciaria se ha multiplicado por ocho en los últimos 40 años y sólo en los últimos 20 años ha pasado de los 40.000 a las 60.000 personas encarceladas. Los autores de este estudio atribuyen la elevada población carcelaria a que la duración de las penas ha aumentado.

«Un hurto de más de 400 euros antes de 1995 podía acarrear una pena de un mes de prisión ahora son seis meses, mientras que un robo con fuerza ha pasado del año a los cinco años», explica el abogado Jorge Ollero Perán y uno de los autores de este informe y coordinador del Área Jurídica y de Justicia Restaurativa de la Federación Andaluza Enlace.

Incremento de las penas

Según el informe --que toma datos oficiales de Instituciones Penitenciarias, el INE, Ministerio del Interior y Eurostat-- el tiempo medio de condena en España está en 18 meses contra los 7,1 meses de la media europea o los 8,5 meses en Alemania. «Este aumento se ha debido a las continuas reformas del Código Penal que han incrementado la dureza del sistema punitivo», asegura Perán.

Estas organizaciones sociales plantean que la prisión sea el último recurso para castigar delitos extremadamente graves y que se creen alternativas para el resto de las conductas delictivas, como trabajo para la sociedad, la mediación o medidas preventivas para la población vulnerable.

«La insuficiencia de recursos para políticas preventivas y para tratamientos» en caso de adicciones o de exclusión social hacen que muchas de las personas que están en esas situaciones «encuentren en la prisión la única opción», afirmó Juan Carlos Jiménez, de la Fundación Adsis.

El jurista ha recordado que el perfil de un preso en España es una persona de entre 21 y 40 años, con una condena de 8 años por delitos contra la propiedad o tráfico de drogas y en un 49 por ciento con formación básica.

«Si tuviéramos una tasa de encarcelamiento acorde con nuestra tasa de criminalidad y a la media europea, nuestra población penitenciaria debería ser de 30.769 en vez de 61.614; un 50 por ciento de las personas encarceladas deberían estar en libertad», han destacado los coordinadores del informe.