El sarampión se atrinchera en países europeos como Portugal e Italia
El sarampión se atrinchera en países europeos como Portugal e Italia - FOTOLIA

Ingresada con sarampión la hermana de la joven fallecida en Lisboa por esta enfermedad

Ninguna de las dos menores estaba vacunada porque su madre se opone a esta medida

Corresponsal en Lisboa Actualizado: Guardar
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Una hermana de 12 años de la joven fallecida en Lisboa como consecuencia del sarampión ha tenido que ser ingresada con síntomas de padecer la misma enfermedad, lo que amplifica aún más el sufrimiento de la familia, residente en la vecina localidad de Cascais.

Inés Sampaio se ha convertido en el primer caso mortal del preocupante brote, que se salda con más casos registrados en lo que va de año que en la última década en Portugal. Además, hacía 23 años que no se censaba un deceso con este origen. Y ahora el estado de salud de la pequeña Beatriz es motivo de inquietud para los ciudadanos lusos, sorprendidos de que esta enfermedad casi erradicada reaparezca con semejante virulencia.

La niña no estaba vacunada y su contagio se produjo por el contacto con su hermana antes de que hubiera de ser trasladada al hospital Dona Estefânia de Lisboa, donde no pudo superar las complicaciones producidas no solo por el sarampión sino por la otra dolencia que le afectaba: neumonía bilateral. A su vez, Inés contrajo la enfermedad procedente de un bebé de 13 meses que la tenía en una habitación contigua en el hospital de Cascais y no podía recibir tratamiento de contención por haber desarrollado una elevada fiebre.

La madre de las dos menores, que aún tiene otra más, apuntó al equipo de doctores del centro como responsables de que Inés ya no figure entre los vivos, pero lo cierto es que ninguna de sus hijas ha tenido acceso a la vacunación, entre otras razones porque ella se oponía.

En efecto, esta mujer integra el colectivo de los «antivacunas», que rechaza recurrir a esta medida y mucho más que se decrete por ley. Igualmente, se muestra a favor de la homeopatía.

Ante la alarma provocada entre los habitantes lisboetas, el ministro de Salud, Adalberto Campos, realizó su segundo llamamiento a la calma en pocos días. Su primera intervención se produjo al confirmarse la muerte de Inés Sampaio, y ahora pide «confianza en la Sanidad pública» para mitigar los efectos de la epidemia. Apenas logra, de esta forma, contener los temores de la población.

Se trata de un brote que afecta a varios países europeos (Rumanía se lleva la peor parte, con más de 4.700 casos registrados actualmente), pero el estupor se esparce al otro lado de la frontera mientras el Ministerio de Salud se afana en contener las críticas.

Según las autoridades sanitarias de Lisboa, «no existen razones para temer una epidemia de gran magnitud». Eso sí, recomiendan las vacunas en los más pequeños, con dos fases de desarrollo: una a los 12 meses de vida y otra a los cinco años.

Por su parte, el comisario europeo de Salud y Seguridad Alimentaria, Vytenis Andriukatis, se declara partidario de que «ciertas vacunas, como la del sarampión, deben ser obligatorias», según manifestó a un diario portugués. De acuerdo con sus palabras, «las vacunas funcionan y decir lo contrario solo puede calificarse como irresponsable».

La muerte de Inés Sampaio se ha convertido en un símbolo de la lucha que siguen varias asociaciones para frenar a los denominados 'antivacunas', un frente que se despliega en Lisboa, Oporto, Braga y Coimbra con la premisa de no hacer caso de las recomendaciones del Programa Nacional de Vacunación. De hecho, la madre de la joven fallecida tampoco había consentido que le pusieran antídotos contra otras enfermedades.

Desde que se registró el deceso, la percepción de la gente de a pie ha variado de manera considerable. Tanto que las persistentes llamadas a la prudencia únicamente fueron tenidas en serio cuando Portugal se desayunó hace unos días con la noticia de su pérdida.

El caso es que ascienden a unos 95.000 los niños no vacunados a lo largo del territorio portugués, una cifra que el Gobierno socialista de António Costa califica como «demasiado alta».

Precisamente, este martes 25 de abril se cumplen 43 años de la Revolución de los Claveles, un acontecimiento histórico de vital importancia en lo que concierne a este asunto, en vista de que solo cuando se dejó atrás la dictadura pudo comenzar a instaurarse la vacunación gratuita, con un segundo periodo de regulación declarado a partir de 1990 debido a que se registraron 30 muertes por esta misma circunstancia.

Ahora se alzan las voces para que se inicie una tercera fase, con el objetivo de que desemboque en la opción esbozada por Andriukatis: la obligatoriedad de la vacuna. Incluso la concienciación puede ir más allá porque se hallan en estudio diversas fórmulas para que un futuro texto legal se haga eco de posibles sanciones destinadas a los padres que hagan caso omiso.

Si estuviese en vigor hoy una normativa de este tipo, la madre de Inés y Beatriz Sampaio podría ser castigada por «irresponsable», algo que sería visto con buenos ojos por parte de los sectores más ortodoxos de la defensa de los principios de la Ciencia.

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