Las albóndigas, de carne de cerdo plato típico de los daneses, está en el centro del debate
Las albóndigas, de carne de cerdo plato típico de los daneses, está en el centro del debate - ABC

La guerra de las albóndigas estalla en Dinamarca

Los ayuntamientos debaten sobre sobre la conveniencia de incluir carne de cerdo en los menús

Corresponsal en Dinamarca Actualizado: Guardar
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Es una manifestación más del debate acerca de cómo Europa debe preservar sus tradiciones ante la multiculturalidad que, poco a poco, se va imponiendo en la mayoría de países. Tras la controversia sobre el uso del velo en edificios públicos o la construcción de mezquitas, llega a Dinamarca la «guerra de las albóndigas» (frikadellekrigen), llamada así por uno de los platos más típicos del país escandinavo, las frikadeller, unas bolas de carne cuya receta más tradicional mezcla carne de cerdo y de ternera.

En un país con 6 millones y medio de habitantes y 28 millones de cerdos, según datos del Consejo Danés de Agricultura y Alimentación, suprimir la carne de cerdo en los menús de las instituciones públicas para no herir las susceptibilidades de los creyentes musulmanes ha provocado encendidos debates políticos.

El principal argumento es que los valores daneses están amenazados por la multiculturalidad. Sin embargo, a pesar de que la polémica surgió hace dos años, se trata de una discusión más ficticia que real ya que, a falta de datos oficiales, se calcula que apenas 30 instituciones de las casi 2.000 que ofrecen menús han prohibido la carne de cerdo.

Eso no ha impedido que algunos ayuntamientos como el de Randers, en la región central de Dinamarca, hayan decretado leyes para que la carne de cerdo esté presente en los menús de residencias o escuelas, al igual que los platos vegetarianos o la comida halal. «Queremos asegurarnos de que los niños y jóvenes daneses van a tener cerdo en el futuro», explicó Frank Nørgaard, concejal de esta localidad a la prensa local. «La señal que queremos enviar es que si usted es musulmán y se plantea venir a Randers, no puede imponer hábitos alimentarios a los otros. El cerdo es aquí igual que cualquier otro alimento» añadió.

Perritos calientes

Para el concejal del Partido Radical, Kasper Fuhr Christensen, que se opuso a la ley, no hay constancia de que haya habido quejas de padres, por lo que la polémica es ficticia y no corresponde a la realidad. A su vez, el concejal del Partido Social Liberal, Mogens Nyholm, que también votó en contra, se pregunta qué quiere decir «cultura danesa de la comida» y comentó que no había un solo lugar en Randers donde no se sirvieran perritos calientes.

La «guerra de las albóndigas» tuvo su momento culminante cuando la ministra de Integración, Inger Støjberg, explicó una falsa anécdota sobre una familia de Aalborg que había decidido cambiar a su hijo de escuela porque estaba prohibido servir cerdo en el menú. Las autoridades de Aalborg y la propia institución negaron que existiera tal prohibición y la ministra tuvo que admitir que no había comprobado la veracidad de sus informaciones. Støjberg es la política que ha situado a Dinamarca en el ojo del huracán tras la aprobación el martes en el parlamento de la nueva ley de migración de la que es una firme defensora. La ley permite requisar los objetos de valor a los refugiados a fin de que paguen su manutención y pone numerosas trabas a la reunificación familiar.

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