El exauditor del Vaticano fue obligado a dimitir por espiar a altos cargos de la Santa Sede

Libero Milone, nombrado por el Papa para dar transparencia a las cuentas, se defiende y dice que estaba buscando pruebas de posibles irregularidades

El Papa Francisco y Milone EFE

EFE

Las historias que mezclan dinero y Vaticano, siempre acaban mal. Cuando en junio el revisor general de la Santa Sede , un cargo creado como parte de la reforma para impulsar la transparencia en las finanzas, dimitió «de común acuerdo» con el Vaticano , ninguna de las partes dio mayores explicaciones.

Pero tres meses después, el ahora ex revisor general, Libero Milone ha convocado a un grupo de periodistas en el despacho de sus abogados para asegurar que fue forzado a dimitir tras reunir pruebas de posibles irregularidades . Tras sus largas declaraciones, el Vaticano «da por roto el acuerdo de mantener reservados los motivos de la dimisión» y revela que Milone se fue «más allá de sus competencias y encargó a una sociedad externa actividades investigativas sobre la vida privada de personas de la Santa Sede, un delito que ha dañado la confianza depositada en él».

El comunicado del Vaticano explica que el revisor general se encarga sólo de «analizar los balances y las cuentas de la Santa Sede y de los entes que dependen de ella».

Según la reconstrucción del Vaticano, Libero Milone «aceptó libremente presentar su dimisión» cuando se le mostraron las pruebas que lo incriminaban. Sin embargo, Milone, ex presidente de Deloitte Italia, asegura que le amenazaron con arrestarlo si no firmaba una carta de dimisión previamente escrita.

Encuentro con la prensa

Durante el encuentro con «Corriere della Sera», «Wall Street Journal», «Reuters» y «Sky news Italia», el ex revisor general narró que después de 6 meses de trabajo, y durante un año y medio, sintió que le impedían ver al Papa para darle cuentas de su trabajo. El 19 de junio pasado le llegaron las primeras explicaciones de esta frialdad: «La relación se ha estropeado, el Papa pide su dimisión», le dijo el número tres de la Santa Sede, el sustituto de la Secretaria de Estado Giovanni Angelo Becciu. Además, le explicó que sabían que había ordenado espiar la vida privada de altos cargos vaticanos. «Respondí que eran acusaciones falsas construidas para engañarle a él y al Papa», asegura Milone.

Milone asegura que l as acusaciones son falsas, «construidas para engañar al Papa» , y subraya que el estatuto del revisor general le otorga total autonomía e independencia, y permite hacer controles para detectar formas de corrupción y lavado de dinero. Detrás de esta operación, el ex revisor general ve una maniobra para ralentizar o bloquear la reforma financiera emprendida por el Papa Francisco y lamenta demás que la Gendarmería Vaticana haya secuestrado los documentos que había en su oficina.

Acusaciones falsas

Interrogado por Reuters, Giovanni Angelo Becciu dice que «si no hubiera dimitido habríamos tenido que denunciarlo y con la dimisión protegimos su reputación» y añade que sus acusaciones son «falsas e injustificadas».

En sus declaraciones Libero Milone dice que el Papa «comenzó con muy buenas intenciones . Pero temo que esté bloqueado por el viejo poder , que se ha sentido amenazado por lo que vi en las cuentas. Tengo buena memoria. Espero que los documentos secuestrados el 19 de junio salgan del Vaticano».

La prensa italiana ve ya en el horizonte un nuevo caso de filtración de documentos reservados.

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