Psicología

Diez objetivos que te ayudarán a vivir mejor

Frente a los clásicos, tener metas en la vida, cultivar el optimismo o frecuentar la naturaleza

Madrid Actualizado: Guardar
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  1. El clásico: hacer ejercicio

    Al inicio de cada año tenemos una lista, más o menos larga, de propósitos. Que lleguen o no a buen puerto depende en gran medida de nuestro cerebro. Allí reside nuestra voluntad, que a veces se ve menguada por la fuerza de la costumbre. Y es que nuestro órgano rector está «cableado» para prestar más atención a las cosas que nos producen placer.

    Por eso es tan difícil dejar atrás los viejos hábitos bien arraigados, aunque sean perjudiciales. Cualquier cosa relacionada con las antiguas costumbres, sin importar que sean buenas o malas, provocan una descarga de dopamina en el cerebro. Este neurotransmisor se encarga de recompensar la repetición de viejos hábitos y dirigir nuestra atención hacia ellos.

    Año nuevo, hábito (saludable) nuevo

    Crear hábitos nuevos supone un esfuerzo, porque en los viejos intervienen redes neuronales que funcionan «casi» automáticamente. Pero en ese casi, podemos intervenir, porque una parte de la corteza cerebral está vigilando... Y ahí reside nuestra voluntad y nuestra habilidad para recompensarnos cuando hemos dado un paso que se acerca hacia nuestros propósitos saludables. Al asociar algo placentero a las acciones que suponen esfuerzo, contrarrestamos el «boicot» del cerebro ante las nuevas costumbres.

    Encabezando la lista de propósitos está el ejercicio. y si lo seguimos nos ayudará con los otros: reduce el estrés, mejora el ánimo, activa el sistema de recompensa cerebral, distrae de malos hábitos y reduce factores de riesgo. Hay muy buenas razones para practicarlo ( leer más)

    No se desanime, los próximo items son mucho más cortos...

  2. Dieta sana

    El segundo en el ránking es proponerse hacer una dieta sana. Estamos de suerte, porue la dieta mediterránea ayuda a mantener sanos cuerpo y mente. Y es que quienes la siguen tienen tienen menos riesgo de cáncer y enfermedades cardiovasculares. Y también más volumen cerebral en la vejez, seguro para esquivar el alzhéimer. ( Diez alimentos buenos para el cerebro)

  3. Dejar el tabaco

    Aunque cada vez son más lo que pasan de este mal hábito, para algunos sigue siendo una de las asignaturas pendientes. El jadeo al subir las escaleras o caminar a buen paso indican que los pulmones no funcionan como deberían. El organismo recibe menos oxígeno y las neuronas y otros órganos se resienten. El tabaco se asocia directamente al cáncer de pulmón y a la enfermedad pulmonar obstructiva crónica ( Epoc, la enfermedad que roba el aire)

  4. Aprender un idioma

    No solemos relacionarlo con la salud, pero se ha demostrado que es importante para el cerebro. Enfrentarse a una lengua nueva ayuda a mantener el cerebro en forma. Aumenta la materia gris y la reserva cognitiva, que nos hace más resistentes frente al declive mental asociado a la edad. ( Aprender inglés aumenta la materia gris)

  5. Poner el cerebro a trabajar

    Este no es de los clásico, pero merece la pena incluirlo. Invertir en la «reserva cognitiva» es el mejor seguro frente a patologías como el alzhéimer, la principal causa de demencia asociada a la edad. La actividad intelectual (desde un crucigrama a la lectura) fortalece el cerebro: las neuronas establecen más conexiones y las redes neuronales funcionan mejor. Lo mismo ocurre con las relaciones sociales. Todo lo que estimule el cerebro, ayuda a mantenerlo en buen estado. ( Reserva cognitiva, un escudo para el cerebro)

  6. Liberarse del estrés

    Otro saludable propósito a incorporar, porque este mal de nuestro tiempo envejece (acorta los telómeros) y es el principal enemigo de las neuronas. Su acción continuada favorece dos de las patologías más frecuentes: el cáncer y las enfermedades neurodegenerativas. Las relaciones sociales, las aficiones o la meditación ayudan a combatirlo. Y hay estudios que indican que la meditación revierte los efectos del estrés ( La meditación permite regular nuestro propio envejecimiento)

  7. Dormir bien

    Tampoco es frecuente incluirlo en los propósitos de año nuevo, pero es esencial para cuidar la salud. Durante el sueño profundo se limpia el cerebro de los desechos acumulados, se consolida la memoria y se refuerza el sistema inmune. Por el contrario, dormir de más puede significar algún problema del sueño, como la apnea, que abrá que vigilar. (Ansiedad y depresión, diabetes, obesidad y deterioro de la memoria, algunas de las consecuencias de dormir mal)

  8. Fijarse metas

    Este propósito debería encabezar nuestra lista anual. Año nuevo, objetivo nuevo. Porque fijarse metas se asocia a la autorrealización y el crecimiento personal, nos mantiene motivados, aleja la depresión y reduce el riesgo de deterioro cognitivo y alzhéimer. ( Tener una meta en la vida protege el cerebro y el corazón)

  9. Disfrutar la naturaleza

    El contacto con la naturaleza nos ayuda a renovarnos. Es como volver al útero materno. Cada vez más estudios relacionan pasar tiempo en un entorno verde o vivir cerca de él con una mejor salud física y mental, porque disminuye la ansiedad. ( El cerebro es más vulnerable en una gran ciudad)

  10. Cultivar el optimismo

    Varios estudios apuntan a que las personas felices viven más. Y la felicidad depende de cómo encaramos la vida. No es lo que nos ocurre lo que nos hace sentir mal, sino la forma en que pensamos sobre ello y cómo lo afrontamos. El optimismo mejora el estado de ánimo, fortalece el sistema inmune y aumenta la creatividad.

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