Rosauro Varo: «Nuestro holding Gat prevé facturar 250 millones en 2020 y tener 2.500 empleados»

Tras vender Pepephone por 158 milones, la gran apuesta económica del empresario sevillano es liderar el mercado de las VTC en España

Rosauro Varo canaliza sus inversiones a través del holding Gat Inversiones JOSÉ RAMÓN LADRA
María Jesús Pereira

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Su padre es médico epidemiólogo y su madre diputada a Cortes por el PSOE pero Rosauro Varo (Sevilla, 1979) no optó ni por la medicina ni por la política. Acaba de cumplir 39 años de edad y 20 años en el mundo de los negocios. En su primera entrevista como empresario, Rosauro recuerda que en 2º de Bachillerato esperó a cumplir 18 años para crear con varios amigos su primera empresa de hostelería. De los bares de copas y discotecas pasó a la telefonía móvil y la construcción. En 2016, junto con Javier Hidalgo, hoy consejero delegado de Globalia, vendió por 158 millones la empresa Pepephone. Hoy es el presidente de Gat Inversiones, un holding a través del cual realiza inversiones en el sector financiero, la hostelería, el ocio , el turismo, la tecnología, las telecomunicaciones y la construcción. Ahora Gat apuesta fuerte por los coches de alquiler con conductor (VTC) a través de la empresa Vector, de la que él es vicepresidente. Su plan estratégico pasa por llegar a las 2.000 licencias de VTC en 2018, declara a ABC este empresario, que es además profesor del máster de Banca y Finanzas de la Universidad Pablo de Olavide.

-¿Cómo surgió la oportunidad de hacer negocios con Javier Hidalgo, hijo del propietario de Globalia y hoy consejero delegado de esa compañía?

-Cuando llegué a Madrid entablé amistad con Javier Hidalgo y a partir de ahí comenzamos a hablar de inquietudes profesionales y empresariales. En una de esas conversaciones surgió la oportunidad de adquirir Pepephone en 2011, cuando Globalia decidió centrarse en el turismo y desinvertir en otros negocios al producirse una crisis acentuada por la subida del petróleo. Javier creía firmemente en Pepephone y me propuso comprar una parte de la empresa.

-¿No fue una inversión arriesgada teniendo en cuenta que Pepephone perdía 2 millones de euros anuales?

-Bueno, era una empresa con una filosofía y un plan que chocaba con las empresas tradicionales pero vimos claramente una oportunidad. Gracias a la empresa Bosynet, con las que explotamos las tiendas de telefonía móvil, conocíamos el sector y finalmente decidimos que Gat comprara el 45% de Pepephone. Cuando uno invierte, el riesgo va intrínseco pero la compra de Pepephone no fue un salto al vacío porque el riesgo estaba muy medido. Conocíamos el sector y el proyecto, trabajamos previamente en una batería de acciones a realizar una vez se efectuara la adquisición...

-¿Apostó en Pepephone todo lo que tenía?

-Todo lo que teníamos y un poco más (risas). Pagamos parte en metálico y parte con financiación. Yo soy de los que cree que la financiación es importante pero no creo en las empresas y los proyectos súper apalancados porque tiene que haber un equilibrio muy prudente respecto a la financiación bancaria para no pasarlo mal. Una buena posición sería dos terceras partes de recursos propios y un tercio de apalancamiento.

-La jugada le salió bien porque en 2016 vendieron Javier Hidalgo y usted Pepephone por 158 millones a MassMovil. Hay quien le critica por haber dado un «pelotazo».

-Un pelotazo es cuando uno compra lotería y le toca, o cuando está en un proyecto especulativo. Este no lo fue porque entramos en una empresa que tenía 130.000 clientes y perdía 2 millones de euros. A los 4 años logramos multiplicar por cuatro sus ingresos, pusimos su Ebitda positivo en 13,5 millones y la dejamos con 480.000 clientes. Fue una buena gestión y no un pelotazo.

-¿Es verdad que al salir de Pepephone dieron una paga extra anual a cada trabajador?

-Sí, aunque en realidad dimos algo más de un año de retribución. Al salir del proyecto, los accionistas decidimos que gran parte del éxito de esa transacción debería tener repercusión en los empleados de Pepephone. En su momento nos dijeron que fuimos la única compañía que había hecho algo así. No lo hicimos para dar ejemplo, sino porque lo maduramos y vimos que era justo. Salió en Prensa porque lo comunicaron los trabajadores, no porque lo anunciáramos nosotros.

-Su holding Gat Inversiones gestiona activos por 100 millones de euros en sectores como la hostelería, el turismo, la tecnología, la promoción inmobiliaria o el sector financiero. Gat tiene comprometidas inversiones entre 2017 y 2019 por encima de 130 millones de euros. ¿No siente vértigo?

-No, al contrario, siento muchísima ilusión por lo que está por venir. Entiendo que desde fuera pueda dar vértigo. Si comparo el momento en que empecé y el actual puedo pensar: ¡qué cambios! Pero realmente yo lo he vivido como una fotografía continua que comenzó hace veinte años, por lo que no siento vértigo porque los pasos que estoy dando están precedidos por otros pasos.

Rosauro Varo cree que el decreto aprobado por el Gobierno para regular las VTC ha venido a dar seguridad al sector de los coches de alquiler con conductor JOSÉ RAMÓN LADRA

-Gat ha entrado con 5 millones de euros en el capital de la plataforma Cabify. Además, ha comprometido una inversión de otros 30 millones de euros en la empresa Vector, participada por Cabify y Gat, para gestionar grandes flotas de vehículos de alquiler con conductor. Le veo como un Miura entrando en un sector con gran inseguridad jurídica.

-De esos 30 millones ya hemos invertido más de 50% en Vector. Por supuesto que para cualquier empresario lo más importante es la certidumbre de un marco regulatorio. En ese sentido, nosotros analizamos muy bien la regulación y, aunque había inquietudes, el Gobierno acaba de sacar un decreto ley que regula el marco de actuación de nuestra actividad y nosotros nos sentimos muy cómodos.

-¿Qué opina de que ese decreto obligue a empresas de VTC a inscribir en un registro público todos los servicios que contraten sus usuarios?

-Es algo que ya se venía haciendo Cabify. La única diferencia es que ahora hay que comunicarlo a un registro público y a mí me parece fenomenal.

-Hay quien piensa que ese decreto protege el monopolio del taxi.

-Hablar de monopolios en los tiempos que vivimos es absurdo. Cabify es un complemento más de la movilidad de las ciudades. En Madrid entran cada día 2,5 millones de coches particulares y tienen que convivir taxis, metro, autobuses, VTC.... porque todo son soluciones de movilidad. Todos somos complementarios y se está demostrando en otros países de Europa y el mundo.

-¿Qué opina del hecho que no podrán venderse las licencias VTC hasta dos años después de su adquisición?

-Es razonable porque se intenta evitar la especulación. Nosotros estamos encantados con esa medida porque hemos creando una empresa con vocación de permanencia, de desarrollar una actividad a muy largo plazo.

-Vector, participada por Cabify y su holding Gat, quiere ser el líder de España en la gestión de flotas de VTC. Ya tiene mil licencias, de las que están operativas 400. ¿A cuántas licencias esperan llegar?

-A las 1.500 antes del primer semestre de 2018 y a las 2.000 cuando acabe este año.

-¿Dónde se ve Rosauro Varo a medio y largo plazo?

-El holding Gat Inversiones tiene cuatro líneas de negocio: hostelería, ocio y turismo; inmobiliaria; telecomunicaciones y tecnologías; e inversiones financieras. La apuesta principal de Gat a día de hoy es Cabify. Gat hizo una desinversión muy fuerte en 2016 al vender Pepephone. Los años 2017 y 2018 serán de transición, de siembra. Ahora tenemos más de 400 trabajadores y terminaremos 2018 con más de 800. Nuestro plan estratégico prevé en 2020 una facturación de 250 millones de euros, un Ebitda de 50 millones y plantilla de más de 2.500 personas.

Licenciado en Derecho y profesor universitario, Rosauro Varo es también empresario y directivo J. R. L.

-Recomienda invertir en nuevas tecnologías porque están cambiando el mundo pero su holding hace también una apuesta segura por el ladrillo, algo muy conservador.

-Sí, por supuesto, apostamos también fuerte por el sector inmobiliario. En la parte inmobiliaria tenemos ahora tres proyectos en marcha, dos de ellos en Andalucía, en Marbella y Zahara de los Atunes, y otro en México, en Cancún. En Zahara estamos desarrollando un suelo de 18.000 metros cuadrados en el centro del pueblo para hacer estudios y viviendas. En Marbella, estamos haciendo dos villas en Guadalmina. En Cancún haremos unas torres con 116 viviendas.

-¿No teme otra burbuja inmobiliaria porque ni los bancos ni la Sareb han digerido aún sus activos tóxicos?

-No a corto plazo. Quiero pensar que hemos aprendido de situaciones pasadas y puede ser que dentro de décadas podamos incurrir en ese tipo de errores. Ahora hay una posición más conservadora en el sector inmobiliario.

-¿En cuántos proyectos hoteleros está inmerso ahora?

-Dentro de pocos meses vamos a inaugurar en Sevilla un hotel con 18 suites, justo encima de la discoteca Lobby.

-Su discoteca Lobby arrasa en la noche sevillana. Parece que todo lo que toca se convierte en oro.

-(risas) Uy, ¡qué va! Como decía un buen amigo mío, cada uno de mis éxitos esconde miles de fracasos.

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