Consuelo Flecha, catedrática de Historia de la Educación y medalla de Sevilla
Consuelo Flecha, catedrática de Historia de la Educación y medalla de Sevilla - JUAN JOSÉ ÚBEDA

Consuelo Flecha: «Los lobbies masculinos siguen existiendo; los vemos en las empresas y la política»

«No nos engañemos, la Ley de Conciliación se ha hecho para los hombres. Las mujeres llevan toda la vida conciliando»

«Las mujeres saben que necesitan tener más currículum que sus compañeros para llegar al mismo lugar que ellos»

«Creo que había personas que conocían el acoso sexual a profesoras de la Facultad de Educación y callaron»

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El Ayuntamiento de Sevilla entregará el próximo martes a la catedrática de Historia de la Educación Consuelo Flecha García (Bilbao, 1948), licenciada en Filosofía y Letras en la rama de Pedagogía, la medalla de la ciudad por su aportación a la igualdad de género. Autora o coautora de más de 200 libros y artículos, Consuelo es miembro de numerosos comités científicos de revistas nacionales e internacionales. Además, ha recibido el premio CEU Fernando III a la Innovación Educativa y el premio Meridiana de la Junta por sus iniciativas en favor del desarrollo de valores para la igualdad entre jóvenes. A sus 69 años continúa impartiendo clases en la Facultad de Educación de la Universidad Hispalense, donde el caso de tres profesoras acosadas sexualmente por el decano ha sido noticia a nivel nacional.

«Ha sido un mazazo, es algo -reconoce- que nos ha llenado de estupor y vergüenza. Que pase algo así es algo impensable en cualquier espacio pero aún más en una facultad de Educación».

-Usted pertenece a la Asociación de Mujeres Investigadores y Tecnólogas. ¿Por qué hay tan pocas mujeres investigadoras y tecnólogas?

-Hay muchas, quizás menos de las que tendrían que existir, pero la imagen que se proyecta de ellas es escasa. Una de las razones para crear esta asociación era que tuvieran mas reconocimiento de cara al exterior y, sobre todo, favorecer que las niñas que quieren ser científicas y tecnólogas tengan referentes femeninos. Se conocen numerosos casos de científicas que trabajaban con sus maridos pero después quienes se llevaban el mérito eran ellos porque firmaban en solitario los trabajos de investigación.

-¿Ha pasado eso también en España?

-El caso más claro es el de Menéndez Pidal y María Goiri. El reconocía su trabajo pero él no tiene nada publicado con su mujer. ¡Nada!.

-¿Qué científicas podrían nombres rápidamente otras mujeres?

-Muy pocas. Apenas se conoce a la científica española Margarita Salas y eso que a ella los medios de comunicación la han visibilizado muchas veces.

-¿Por qué han permanecido casi en el anonimato científicas que han hecho importantes aportaciones a las matemáticas, la medicina, la astrofísica.... tales como Hipatia de Alejandría, Marie-Sophie Germain, Amalie Emmy Noether, Ada Lovelace, Susan Jocelyn Bell Burnell, Rosalind Franklin...?

-Porque hay una transmisión del conocimiento que es androcéntrica, es decir, centrada en el punto de vista masculino. Cuando en la educación tenemos que transmitir física, química, filosofía, literatura... seleccionamos científicos porque hay más documentación sobre ellos y parecen más emblemáticos. El conocimiento tiene que ver con la capacidad de poder influir y el patriarcado está ahí y éste no acepta fácilmente fisuras. Hay patriarcas que no desconsideran a la mujer pero no quieren compartir el poder con ellas.

-Las mujeres inundan las universidades y destacan en nota pero después en los trabajos apenas promocionan. ¿Qué está pasando?

-Las mujeres son hoy el 55% del alumnado de la Universidad. Es verdad que sacan de media las mejores calificaciones y tardan menos años en terminar la carrera. Educamos a una generación convencidas de que la igualdad llegaba y que, por tanto, las educamos para que pudieran gestionar su propia vida, decidieran su proyecto personal y profesional, para que tuvieran un compañero con el que compartir todo... Esa generación se lo creyó pero para que una persona pueda moverse en un espacio que está ocupado por otro, el otro también se tiene que mover. El problema es que educamos a las mujeres para la igualdad pero no socializamos a las hombres adecuadamente y éstos seguían pensando en una mujer que se ocupaba de la intendencia familiar. Hay muchos hombres que todavía siguen en esa dinámica.

-¿Qué diferencias encuentra hoy en día entre los universitarios y las universitarias?

-Ellas son más constantes, son conscientes de que o se esfuerzan y tienen buenos curriculum vitae o tendrán menos oportunidades porque saben que tienen que tener más currículum para llegar al mismo lugar que sus compañeros. Ellos son más dispersos en el ejercicio de sus intereses, quizá porque piensan que ser hombres les da ya una ventaja. Ellos parten de que ser hombres les pone en mejor puesto de salida.

-¿Una mujer en España tiene menos posibilidades de triunfar profesionalmente que un hombre?

-Hoy todavía la mujer tiene menos oportunidades para triunfar profesionalmente porque encuentra tantos obstáculos que a veces se cansa en el camino. A veces se dice de una mujer que no ha querido ser directiva pero habría que preguntarse por qué no ha querido. A lo mejor es que la han agotado o no ha querido adoptar patrones masculinos para triunfar. ¿Por qué las reuniones más importantes son a partir de las 7 de la tarde? Ellas se van a casa con los niños y ellos se toman una cerveza. Al día siguiente se encuentra con que ellos han cambiado una decisión de la empresa la noche anterior tomando una cerveza.

-¿Eso me suena a lobby masculino?

-Por supuesto. Las mujeres queremos protagonismos, estar donde se toman decisiones... pero los lobbies masculinos siguen existiendo y eso lo podemos ver en la empresa, la política, los clubes sociales... Se trata de lobbies que se organizan para que, en unos casos, las mujeres no lleguen y en otros casos para que salga su candidato masculino. Los hombres tienden a elegir a sus iguales porque actúan como ellos y a veces la lógica de las mujeres les descoloca.

-Ha hecho trabajos sobre la conciliación familiar y ha estudiado nuestra normativa. ¿Qué propone para mejorar la conciliación?

-No nos confundamos, la Ley de Conciliación de la vida familiar, personal y laboral es para los hombres. Las mujeres llevan toda la vida conciliando. Las mujeres han tenido que conciliar siempre, mientras que la mayoría de los hombres todavía no concilian y eso explica que las mujeres estén tan estresadas.

Consuelo Flecha forma parte del grupo de investigación «Mujeres, Bienestar y Ciudadanía», del departamento de Psicología Experimental
Consuelo Flecha forma parte del grupo de investigación «Mujeres, Bienestar y Ciudadanía», del departamento de Psicología Experimental - JUAN JOSÉ ÚBEDA

-Hay directivos de departamentos de internacional de empresas que no contratan a mujeres porque dicen que ponen muchas pegas para viajar.

-El problema no es de las mujeres, sino de los hombres. Un hombre que tiene que viajar al día siguiente no tiene ningún problema porque la mujer se ocupa de la intendencia de la casa. Una mujer que tiene que viajar tiene que organizar esa intendencia el día anterior.

-¿Con los horarios españoles es posible conciliar familia y trabajo?

-Los horarios laborales españoles tienen que ver con el origen de la revolución industrial. Entonces los hombres tenían disponibles 24 horas durante 365 días porque la intendencia familiar la tenían cubierta con las mujeres. Ahora esa situación ha cambiado y el mundo laboral no ha cambiado el horario.

-¿Deberíamos adoptar el horario anglosajón para estar en casa a las 5 de la tarde?

-Habría que ir a un horario que tenga en cuenta que hoy ya no sólo trabajan hombres, sino también mujeres. No se trata de fijar un horario fijo porque cada familia o cada persona tiene unas necesidades. Tiene que haber posibilidades de adaptación porque las necesidades de un trabajador también cambian a lo largo de su vida.

-La jueza Alaya se queja de que algunos medios edios se fijen más en el color de sus bolsos y zapatos que en sus sentencias. ¿A las mujeres profesionales se les juzgado por su aspecto?

-Exactamente. Su imagen es un factor de mérito o demérito.

-Recientemente, un periódico publicó un reportaje sobre el largo de las faldas de políticas europeas como Theresa May o o Angel Merkel. ¿Imagina el mismo reportaje sobre cómo de ajustados llevan los pantalones los políticos europeos?

-En absoluto, eso es una discriminación hacia las mujeres. Tiene que ver con los estereotipos Ese tipo de reportajes tendrían que ser recurribles.

-¿Qué desequilibrios de género encuentra en la educación en la España contemporánea?

-Creo que en la educación de hoy falla que nos hemos contentado con tener colegios mixtos pero las niñas están en aulas con niños pero recibiendo una síntesis cultural que es androcéntrica, donde el centro son los hombres y los grandes personajes que estudian en historia, literatura, física... son hombres. No sólo no tienen referencias femeninas, sino que las que tiene son masculinas. Al final las mujeres ha asimilado que para lograr las cosas tienen que aprender habilidades masculinas porque es lo que han visto. Hay hombres que se preguntan para qué queremos a una directiva mujer si se comporta como un hombre. Yo les contesto que lo hacen porque se les ha enseñado que mientras no actuaran como hombres no llegarían a ser directivas.

-Intuyo que no está de acuerdo con la educación diferenciada.

-Yo hablaría más de educación segregada que diferencia. Hay que tener en cuenta la diferencia sexual femenina y masculina pero no en espacios separados. Una verdadera educación atiende a la diversidad y la diversidad en las aulas es de muchos tipos, y eso incluye que en una casa pueda haber niñas que han pegado el estirón psicológico y niños que no lo han hecho. Es una forma de aprender diversidad.

La catedrática de Historia de la Educación Consuelo Flecha es autora o coautora de más de 200 libros y artículos
La catedrática de Historia de la Educación Consuelo Flecha es autora o coautora de más de 200 libros y artículos - JUAN JOSÉ ÚBEDA

-Hay partidos que pensaron que la igualdad se lograba usando los términos «miembros y miembras», lo que sirvió para el chascarrillo.

-El lenguaje es fundamental y tiene que ver con la concepción que tenemos del mundo y de las cosas. ¿Por qué la tercera persona del plural incluye a las mujeres y, sin embargo, «ellas» no incluye a ellos? No tiene ningún sentido. Nos han dicho que el neutro existe pero es mentira, no existe. La gramática del siglo XIX decía que la concordancia entre palabras masculinas y femeninas se hace masculino por ser el género más noble.

-¿Cómo ha digerido que Santiago Romero, exdecano de la Facultad de Educación y catedrático de Ciencias del Deporte, haya sido condenado por abusar de dos profesoras y una becaria?

-Ha sido un mazazo, es algo que nos llena de estupor y vergüenza, algo impensable en cualquier espacio pero aún más en una facultad de Educación. No salimos de nuestro asombro. Todavía no se ha hecho justicia con las víctimas porque la facultad de Educación no ha acogido a las mujeres que han sufrido ese acoso.

-¿Por qué el claustro de profesores y la Universidad no supo nada ni reaccionó cuando lo supo?

-En esta facultad hay muchísimos trabajadores que no lo sabíamos. Yo me enteré por la Prensa porque esas profesores fueron a los órganos que tiene la Universidad para estos asuntos. Soy de la opinión de que sí han recibido apoyo por parte de la Universidad, pero no de la facultad de Educación.

-¿Qué falló?

-Éramos muchos los que no sabíamos nada pero sí creo que había personas que lo sabían y callaron. Es verdad que Santiago Romero era un profesor que tenía mucho poder en su departamento, como académico, como decano... y todo eso influyó. El profesorado de este centro sabía el poder que tenía. Al menos, el alumnado ha visto en este caso un castigo justo por lo que ha hecho. El problema es que la justicia es lenta, han pasado casi nueve años de estos hechos y aún está el caso por resolver.

-A pesar de la información que tienen las adolescentes, muchas de ellas reproducen estereotipos del siglo XX frente a su pareja.

-Los mismos no, peores. Me llama la atención la dependencia y la sumisión afectiva en que viven muchas jóvenes universitarias. He visto muchos noviazgos absolutamente enfermizos por el control que ellos tienen de ellas mediante las nuevas tecnologías. Falta educación emocional.

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