Los fámacos personalizados doblegan los cánceres más resistentes
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MEDICINA PERSONALIZADA

Los fármacos 'personalizados' a la genética del tumor pueden con el cáncer de próstata más resistente

Un nuevo medicamento, ya aprobado para el cáncer de ovario, ha demostrado ser eficaz en pacientes seleccionados: aquellos cuyo cáncer tiene defectos en la reparación del ADN

MADRID Actualizado: Guardar
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Los pacientes con cáncer de próstata que ya no responden a ningún tratamiento, es decir, que no tienen cura, tienen un importante motivo de alegría. Un nuevo medicamento, ya aprobado para el cáncer de ovario, ha demostrado ser eficaz en pacientes seleccionados: aquellos cuyo cáncer tiene defectos en la reparación del ADN. El estudio, que se publica en « The New England Journal of Medicine», supone un hito en el tratamiento del cáncer ya que es el primero en mostrar los beneficios de la ‘medicina de precisión' en el cáncer de próstata con un tratamiento adaptado a las características genéticas particulares del tumor de cada paciente.

La investigación, denominada TOPARP-B, ha valorado la eficacia de olaparib, un inhibidor de PARP, en 49 hombres con cáncer de próstata avanzado resistente al tratamiento recibido, y 16 de ellos (33%), respondieron.

Según el estudio, olaparib detuvo el crecimiento del cáncer de próstata, redujo la generación del antígeno prostático específico (PSA) y la cantidad de células tumorales en la sangre.

El estudio también ha servido para ver que hasta un 30% de los varones con cáncer de próstata avanzado tenían tumores con defectos en la reparación del ADN, que precisamente eran los que respondían particularmente bien a olaparib. Así, los 16 pacientes con mutaciones de reparación del ADN detectables, 14 respondieron muy bien a olaparib. Se sabe que los tumores con defectos en la reparación del ADN son más sensibles a los inhibidores de PARP, como el olaparib.

Se sabe que los tumores con defectos en la reparación del ADN son más sensibles a los inhibidores de PARP, como el olaparib

Los positivos resultados han conducido al inicio de una segunda fase del TOPARP-B, en el que solo participarán aquellos pacientes con tumores con mutaciones de reparación del ADN detectables. Si los resultados son exitosos, explica ABC Joaquín Mateo, del Institute of Cancer Research y de The Royal Marsden NHS Foundation Trust (Reino Unido), olaparib podría convertirse en una opción de tratamiento estándar para los pacientes con cáncer de próstata y mutaciones de reparación del ADN. Mateo es uno de los investigadores de este estudio que demuestra que la medicina personalizada ha llegado para quedarse.

«Hace diez años –señala- teníamos un problema con el cáncer de próstata resistente a castración -la forma avanzada de la enfermedad, no curable- porque no había buenos fármacos. Ahora tenemos 5 o 6 muy buenos, pero no hay herramientas para priorizar el mejor tratamiento para cada paciente. Los datos del TOPARP muestran el camino, por primera vez, hacia un nuevo tratamiento en esta enfermedad letal, pero sabiendo a qué pacientes en concreto va a ayudar y a quienes no».

20-30% de los pacientes

En cuanto a qué pacientes se podrían beneficiar de esta terapia, Mateo comenta que, según los datos sobre la prevalencia de estas mutaciones, «podrían ser entre el 20-30% de pacientes con cáncer de próstata resistente a castración».

Además, añade, si los resultados de la segunda fase de este trabajo son positivos, «empezaremos un ensayo en fases mas precoces de enfermedad porque, desde el punto de vista biológico, debería funcionar en aquellos pacientes que tengan mutaciones en estos genes, aunque la pregunta es cómo de frecuentes son estas mutaciones en fases más precoces?

Ya no solo se trata de fabricar mejores fármacos, sino de saber cuál es el mejor para cada paciente. ¡La medicina personalizada ha llegado para quedarse!
Joaquín Mateo

Lo importante es entonces identificar a los pacientes que sí se van a beneficiar de la terapia. Se sabe que la presencia de mutaciones en estos genes convierte a la célula tumoral es sensible a olaparib. Y, para identificar a los pacientes con estas mutaciones se han de hacer estudios de secuenciación, que cada vez son más asequibles por lo que irán incorporando en la practica clínica. Además, subraya, «ahora ya somos capaces de detectar estas mutaciones del tumor a través de muestras de sangre del paciente, sin necesidad de biopsias, lo que se puede hacer los tests más sencillos para los pacientes».

Mateo cree que los inhibidores de PARP serán una buena opción para el tratamiento de un subgrupo de pacientes con cáncer de próstata avanzado. Pero, añade, «ya no solo se trata de fabricar mejores fármacos, sino de saber cuál es el mejor para cada paciente. ¡La medicina personalizada ha llegado para quedarse!».

Tratamientos para todos

Además de avanzar en las nuevas terapias los oncólogos demandan el acceso de los pacientes a estos avances. En la presentación del XV Congreso de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) se ha denunciado que en España existe una heterogeneidad en el acceso a algunos de los fármacos dependiendo de la Comunidad Autónoma y/o centros hospitalarios. Son datos del Estudio SEOM, que ha analizado la situación actual del acceso de algunos fármacos oncológicos, los procedimientos necesarios para su aprobación tanto en términos de tiempo como de mecanismos y su trazabilidad.

El informe ha detectado que se están produciendo retrasos de hasta 74 meses entre la aprobación, por parte de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps), de algunos fármacos para tratar el cáncer y su prescripción al paciente.

El informe ha detectado que se están produciendo retrasos de hasta 74 meses entre la aprobación de algunos fármacos para tratar el cáncer y su prescripción al paciente

Una de las principales conclusiones de este estudio -realizado sobre 11 fármacos en 77 hospitales- advierte que, en función de las comunidades, los meses transcurridos entre la aprobación por parte de las autoridades sanitarias españolas de algunos fármacos hasta la primera prescripción oscila entre los 0 y 74 meses con una media de 24 meses. Los fármacos analizados que más tiempo tardan en llegar a los pacientes son nab-paclitaxel para el cáncer de mama (23 meses), abiraterona y cabazitaxel para el de próstata (21 meses) e ipilimumab para el melanoma (19 meses).

La SEOM, que ha trasladado los resultados de este estudio a las autoridades sanitarias, advierte de que esta heterogeneidad en el acceso a los fármacos afecta directamente al paciente, cuya accesibilidad a determinados medicamentos depende de la comunidades y centro donde sea tratado, lo que afecta a las condiciones de asistencia

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