Las células tumorales sobreviven al estrés gracias a un ‘interruptor’ común a todas las células

La proteína Brf2 actúa como sensor del estrés y podría utilizarse como diana para nuevos tratamientos

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Las células cancerígenas tienen un ‘interruptor’ que les permite anular la respuesta normal al estrés y, de esta manera, sobrevivir en unas condiciones que resultan letales para las células sanas. Un ‘interruptor’ juega un papel fundamental en el cáncer de pulmón y de mama y que podría ser una nueva diana para futuros tratamientos. Así lo muestran los resultados de un estudio llevado a cabo por investigadores del Instituto para la Investigación del Cáncer de Londres (Reino Unido) y publicado en la revista « Cell».

Concretamente, el estudio identifica la proteína Brf2 como un sensor químico que interrumpe la división en las células normales cuando éstas son sometidas a situaciones de estrés metabólico. No en vano, el estrés conlleva un mayor riesgo de que se produzcan mutaciones nocivas en la célula, por lo que el ‘interruptor’ –la proteína Brf2– se mantendría en posición de ‘apagado’ para inducir la muerte de las células.

Sin embargo, y para evitar su muerte, las células tumorales incrementan la producción de Brf2, lo que les permite sobrevivir y acumular mutaciones incluso en situaciones de gran estrés metabólico.

Así se explicaría por qué las células cancerígenas, pero no las células sanas, sobreviven cuando se dividen de forma incontrolada. Y es que para ello necesitan que su metabolismo se dispare, lo que les genera un gran estrés metabólico.

En el estudio, y tras analizar la estructura tridimensional de la proteína Brf2, los investigadores detectaron la presencia de un ‘sensor’ de los niveles de estrés oxidativo.

Cuando este ‘sensor’ se somete a condiciones de estrés, Brf2 no puede interactuar con otras proteínas y se previene la activación de la ARN polimerasa III, enzima fundamental para la división del ADN y, por tanto de la célula. Es más; cuando el interruptor o sensor se mantiene ‘apagado’ se evita la activación de genes específicos y se fuerza a la célula a la apoptosis –o muerte celular.

En el caso de las células cancerígenas, los niveles elevados de Brf2 permiten su supervivencia en situaciones de gran estrés oxidativo. Pero cuando los investigadores reducían los niveles de la proteína, las células tumorales acababan muriendo.

La proteína Brf2 es un sensor de estrés metabólico celular y actúa como un ‘interruptor maestro’ que enciendo o apaga la actividad genética y determina qué células viven o muerenAlessandro Vannini

En palabras de Alessandro Vannini, «la proteína Brf2 nos tenía intrigados porque se encuentra en niveles elevados en ciertos tipos de cáncer, como el de mama o el de pulmón. Pero no sabíamos por qué. Y lo que hemos observado en este estudio nos ha sorprendido: la proteína Brf2 es un sensor de estrés metabólico celular y actúa como un ‘interruptor maestro’ que enciendo o apaga la actividad genética y determina qué células viven o mueren».

En consecuencia, «las células tumorales prosperan aun en situaciones de estrés, y creemos que es porque producen más proteína Brf2. Y esto no solo les permite dividirse, sino que incrementa su probabilidad de acumular más mutaciones cancerígenas».

Algunos tumores tienen una dependencia mucho mayor de la proteína Brf2 que las células normales. Es el caso, como ya se ha referido, del cáncer de mama o pulmón, en los que la proteína Brf2 podría utilizarse como diana para nuevos tratamientos.

Como concluye el profesor Paul Workman, director ejecutivo del Instituto para la Investigación del Cáncer de Londres, «este estudio es fundamental porque nos revela la estructura y función de una proteína fascinante que parece jugar un papel crítico en la supervivencia de las células tumorales. Y dado que algunas células cancerígenas parecen tener una mayor dependencia de esta proteína, esto podría ser utilizado como diana para los tratamientos oncológicos del futuro».

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