El Madrid recupera la calidad para ganar la Liga

El Real Madrid se lo cree. «Podemos ser campeones». El retorno de James, Modric y Ramos al once ha supuesto que la calidad ocupe todas las zonas del campo. El Granada lo comprobó con dureza. Hay que decirlo con sinceridad. Sin ellos, el conjunto blanco acusó una carencia de clase que se notó frente al Atlético durante tres partidos y en los enfrentamientos con el Villarreal, el Athletic y el Schalke. Lucas Silva e Illarra no fueron soluciones en la media. Y a Varane y Nacho les vino grande el Calderón. Ahora, con James Rodríguez y Modric recuperados y en forma, el entrenador tiene el problema de exceso de nivel. Isco y el colombiano lucharán desde hoy por la titularidad.

Y serán un relevo ideal, el primero, en los segundos tiempos. Los dos pueden jugar en el centro del campo o en el ataque, en un cambio al 4-4-2 si sustituyen, por ejemplo, a Benzema. Ahora hay banquillo y opciones para que el Madrid no acuse las bajas. Ancelotti vuelve a contar con calidad de sobra para ganar la Liga. Porque Cristiano también ha reaparecido.

Hoy, conquistar la Liga es una idea razonable en el club. Y en el equipo. No es una quimera. «Fresco» es la palabra que el italiano ha utilizado para expresar el buen estado de forma del Real Madrid. Asegura que la remontada en el campeonato español es factible. Porque las lesiones de Ramos, James y Modric les han permitido regresar al esquema sin desgaste para atacar la etapa final de la campaña. «Parece que James no hubiera estado lesionado, ha jugado muy bien, con esa verticalidad que rompe», destacaba su jefe. La coordinación del triunvirato atacante, Bale, Benzema y Cristiano, también ha progresado. Ante el Granada marcaron los tres. El plantel se siente bien físicamente en abril. Eso es lo importante.

Hay otro dato importante para alimentar el optimismo del técnico. El Madrid ha recuperado su centro del campo estelar. Primero volvió Modric. «Es determinante, hace que juguemos más rápido», valoró Ancelotti. Y después ha reaparecido James. Los dos, junto a Kroos, dirigieron al Real Madrid de las veintidós victorias consecutivas, hasta que la baja de Luka dio entrada a Isco, que mantuvo el nivel. Fue la ausencia compartida de Modric y James la que abrió la crisis el 6 de febrero, tras vencer al Sevilla por 2-1 y sufrir la baja del colombiano. La recuperación de ambos, unida al retorno de Ramos y Pepe, son la base de una mejoría observada ya en el Camp Nou, donde la derrota no evitó la recuperación de la confianza. Actualmente, el equipo cree abiertamente que puede ser campeón. Eso es fundamental.

El debate inmediato del preparador es decidir a quien sentar en Vallecas el miércoles, a Isco o a James. Uno de los cuatro centrocampistas que han sido titulares esta temporada deberá ser recluido en el banquillo. «Eso lo decidiré el mismo día del partido». El dilema será trascendental en el duelo contra el Atlético en Champions, el día 14. Ahora mismo, Isco tiene ventaja. Se ha ganado el puesto. La puesta a punto de James acorta las distancias. «He trabajado duro durante cincuenta días para volver en plena forma», argumentaba el colombiano. Para Ancelotti, el duelo es idóneo. Mejor para el Madrid. Los dos se relevarán constantemente en el once ante las rotaciones planificadas por el entrenador para intentar conquistar los dos títulos con futbolistas siempre «frescos», palabra fundamental en el diccionario Ancelotti.

El plantel está «ilusionado con ganarlo todo», señala «Carlo». Piensa que serán campeones de Liga si consiguen los 27 puntos restantes. La experiencia madridista dicta que Capello lo fue sumando 25 de los últimos 30. Ya van tres. Faltan 22. El italiano solicitó a la afición que ayudara al equipo. Era su forma elegante, sutil, de pedir que se acabaran los pitos. Tipo listo este italiano. El público respondió al llamamiento con aplausos a los futbolistas, incluidos Casillas, Cristiano y Bale, otrora víctimas de los silbidos. De paso, tampoco los hubo contra el míster, que también ha recibido los suyos. No hay nada como pedir las cosas bien para que el fragor amaine. Con los seguidores a favor, sin debate interno, la Liga es posible.

En el seno del vestuario se respira autoconfianza. «Vamos a por la Liga», manifestaba Arbeloa en una muestra de reafirmación que Marcelo definió con la sinceridad que le define. «Hemos recuperado la fe en nosotros». Y Cristiano, la mirada asesina.