EFE | FERMÍN CABANILLAS
El Rincón de...

Pepe Morales: «El vídeo es una absoluta falsedad y espero oír a Maloma declarar libremente»

Un vídeo de su hija adoptiva realizado, previsiblemente, en los campos de refugiados de Tinduf, ha vuelto a colocar a Maloma en el ojo de un polémico huracán de mentidos y desmentidos. Esta es la versión de su padre sevillano

SEVILLA Actualizado: Guardar
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El padre adoptivo de Maloma, Pepe Morales, es un sevillano sencillo, camarero de profesión y con la infancia vivida en el Tiro de Línea. Dice que si le tocara la Primitiva lo que primero haría, sin dudarlo, es comprarse una casa en el barrio de Santa Cruz, uno de los rincones favoritos de la ciudad para este inagotable padre que no entrega la cuchara y sigue reclamando a su hija adoptiva de lo que considera un secuestro. Ha pasado media vida en Mairena del Aljarafe pero no olvida los ratos que pasaba con los de su bandera en la Peña Bética del Tiro. Dice que si fuera alcalde, Sevilla tendría su metro. Y que lo que menos le gusta de la ciudad es la permanente colonización por la marginación de El Vacie.

Sueña con reencontrarse con su hija y tiene pensado celebrarlo de tantas formas que duda puedan cumplirse.

—¿Qué le pareció el video?

—Una falsedad absoluta.

—Usted cree que Maloma no opinaría igual en Algeciras…

—No tengo ninguna duda de que opinaría absolutamente lo contrario.

—En el video ella asegura que no está secuestrada…

—Así es. En el video dice que está allí «libremente». Porque ella quiere estar allí con su familia. Para mí todo eso es mentira.

—¿Las que aparecen a su lado en el video quiénes son?

—Son sus primas y hablan perfectamente castellano.

—La acompañan y… ¿ algo más?

—La vigilan, la controlan y la acompañan.

—¿La familia biológica de Maloma alguna vez fue sensible a doctrinas islámicas radicalizadas?

—En absoluto. Es una familia normal y corriente y apegada a sus tradiciones culturales. Pero no son extremistas en nada.

—Entonces, ¿qué cree que está pasando?

—El resumen que puedo hacer es que la mujer, allí, está para quedarse en casa, tener hijos y servir a la familia. Por eso no la dejan salir. Los hombres en cambio pueden salir cuando les dé la gana.

—Si es así como usted dice, ¿cómo es que el feminismo andaluz y nacional no ha dicho ni mu?

—Me ha extrañado muchísimo que con este tema no se hayan pronunciado. Realmente no se por qué ese silencio. No es solo Maloma. Hay 50 más.

—¿Pero esos 50 casos son de chicas saharauis con pasaporte y nacionalidad española?

—No, han estado aquí hasta los 20 ó 21 años. Después no las han dejado volver a España por las razones que antes les expliqué.

—Porque Maloma es española, ¿o no?

—Sí. Nos pidió que la adoptáramos cuando alcanzó la mayoría de edad. Por lo tanto tiene pasaporte español y es española.

—Si sabían que a partir de una determinada edad no las dejan regresar, ¿por qué Maloma volvió en diciembre de 2015?

—Porque Maloma no pensaba que la iban a secuestrar y hacía más de diez años que no veía a su familia. Era lo más lógico hacer lo que hizo.

—Este Polisario no es el mismo de los años 90. Parece que la ola de radicalismo islámico también lo ha alcanzado, al decir de algunos especialistas.

—Parece que sí.

—¿Y eso tiene algo que ver con lo que está pasando?

—Cuando la liberaron el pasado 21 de abril en los llamados territorios liberados, la llevaron a Rabuni, la capital del Polisario, y allí en menos de seis horas la devolvieron a la familia biológica por la presión de la propia tribu.

—¿Entonces quién se ha radicalizado, el Polisario o su tribu?

—Claramente su tribu.

—Usted estuvo el pasado jueves todo el día en Madrid. En el Ministerio. ¿Qué conclusión sacó de su entrevista?

—Veo que Exteriores aprieta y la conclusión que saco es que no le da validez alguna al video y que se sigue trabajando para que Maloma declare en España.

—¿Trabaja el Ministerio y su familia en los máximos niveles de prudencia que requiere el caso?

—El tiempo de la prudencia pasó. Las cartas están boca arriba y vamos a jugar hasta el final.

—¿Cuándo fue la última vez que vio cara a cara a su hija?

—El 3 ó 4 de octubre pasado. Fuimos hasta su campamento mi mujer, yo y el cónsul de España en Argel.

—¿La chica exteriorizó algún sentimiento o se limitó a ser hospitalaria y cortés?

—Con su madre de adopción, con mi mujer, estuvo abrazada más de cinco minutos.

—¿En algún momento lo llamó papá?

—No. Ni pudo tampoco estar sola en ningún momento.

—¿Hasta dónde está dispuesto a seguir la pelea?

—Hasta que declare libremente en España

—Eso significa que no se resigna a no volverla a ver.

—No, jamás.

—En algún momento le pasó por su cabeza la idea de que Maloma no quiera regresar…

—Si Maloma declara libremente que no quiere regresar a Sevilla, nosotros respetaríamos su decisión y la seguiríamos amando como siempre.

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