La detención del embajador de España en Tailandia es el punto de partida de este thriller con tintes políticos. Luis Salinas, que solo llevaba un año ejerciendo de diplomático en Bangkok, es detenido por blanqueo, prevaricación y tráfico de influencias.
Luis y Claudia investigan lo sucedido la noche anterior con la sospecha de que la detención de su hija es en realidad una trampa. Ester vive un infierno en la cárcel de Tailandia con el miedo a la cadena perpetua mientras en la embajada se mueven todos los hilos.
Claudia y Carlos analizan a fondo la documentación que les entregó el cónsul. El embajador quiere poner esta información cuanto antes en conocimiento del ministerio, pero Claudia le convence de que es mejor que investiguen por su cuenta, necesitan pruebas contundentes.
El cónsul es acosado por Luis, vigilado por Eduardo y cuestionado por su mujer. El embajador pone las cartas sobre la mesa y se enfrenta a Eduardo a cara descubierta, pero este no está dispuesto a que su negocio se derrumbe.
El suicidio de Bernardo causa profunda conmoción y Luis es señalado como responsable. Además, Eduardo se ve afectado por haber sido testigo del trágico suceso, cuyas imágenes le persiguen día y noche. Claudia registra el despacho del cónsul, en busca de información.
Claudia trata de poner en claro su matrimonio después de los últimos acontecimientos, aunque no será fácil. En el mismo avión de Luis, vuelve desde Madrid Olga, la viuda del cónsul, bien recibida por todos antes de que exponga los auténticos motivos de su viaje.
La extraña desaparición de Carlos coincide con la llegada a Bangkok de Verónica, la nueva cónsul, decidida a terminar con las investigaciones abiertas por el embajador.
Un mensaje cifrado en manos de Verónica hace que Luis ponga en marcha una investigación. Las pesquisas del periodista Javier Romero y la información que aporta Cadenas convencen a Luis y a Claudia de que el anterior embajador pudo ser asesinado.
En la residencia aparece casi un millón de dólares junto a unas grabaciones, que servirían como la prueba definitiva para destapar los delitos que se están cometiendo.
Después de que Luis haya averiguado el secreto de Claudia, la pareja se enfrenta a la verdad, sin dejar de colaborar para conseguir la liberación de Ester. Roberto, por su parte, realmente enamorado de ella propone trazar un plan de fuga por carretera.
Ante el juez, Luis evita defenderse y mucho menos incriminar a Eduardo. Sabe que de su posible condena depende la puesta en libertad de Ester, que permanece en prisión después de haber sido capturada a punto de cruzar la frontera.
