Manuel Contreras - PUNTADAS SIN HILO

Lapidación en Twitter

La combinación de radicalismo y redes sociales es un cóctel nefasto para la convivencia

Manuel Contreras
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SI alguien tiene alguna duda sobre la catadura moral y el espíritu democrático de Podemos sólo tiene que echar un vistazo a la cuenta de twitter @Hackbogado. El nick corresponde a un dirigente de esta formación, Juan Ignacio Moreno Acevedo de Yagüe, séptima generación de una familia de jueces y abogados, autor de la demanda presentada por «15MpaRato» contra Rodrigo Rato y otros 32 consejeros por el caso Bankia y dirigente destacado de Podemos. De hecho, Moreno Acevedo de Yagüe es vicepresidente tercero de la mesa del Parlamento andaluz, lo que le convierte en la más alta autoridad institucional de este partido en Andalucía. El dirigente podemita escribió el pasado sábado un escueto tweet acerca de la muerte de Fidel Castro: «Otro dictador que muere en la cama.

Uno menos». El texto es casi descriptivo, toda vez que objetivamente Castro era un dictador, ha muerto en la cama y supone un nombre menos en la relación de dirigentes de países sin democracia. El mensaje, sin embargo, le ha valido un linchamiento público a manos de sus propios camaradas, que en un memorable ejercicio de intolerancia le han llamado «payaso facista», «pijomierda», «rata», «ignorante», «gilipollas», «facha», «miserable» «mamarracho», «soplapollas» o «desgraciado». El actor Willy Toledo le espeta que «no eres más tonto porque no se puede, chaval», el secretario de organización de IU asegura que «no sabía que las ratas podían ser parlamentarias» y el excoordinador de IU en el Ayuntamiento de Sevilla augura que «cuando tú mueras diremos ¡un miserable menos!» Si éstos son los que vienen para regenerar la democracia, nos podemos ir despidiendo de la democracia.

El incidente con el tweet de Moreno es significativo porque demuestra varias cosas: en primer lugar, el izquierdismo más rancio que impera en Podemos, con la visión maniquea y simplista según la cual el dictador de izquierdas es bueno y el de derechas es malo, aunque ambos ignoren los derechos humanos. En segundo lugar, la incapacidad absoluta de autocrítica o debate interno, ya que se demuestra que cualquier cuestionamiento de la doctrina se percibe como una disidencia. Y, por último, el odio acumulado tras los trampantojos políticos de la formación. Si a un compañero y alto dirigente de la formación le cae esa lluvia de insultos, no es difícil imaginar las consideraciones a los que discrepamos abiertamente de sus postulados políticos.

La combinación de radicalismo y redes sociales es un cóctel nefasto para la convivencia. El fenómeno de Podemos no existiría sin la Sexta y sin internet, un altavoz social que los de Pablo Iglesias están explotando a la perfección. El populismo, ya sea de Perón o de Fidel Castro, necesita muchedumbre, y Podemos utiliza las redes para trabajar el concepto de manada. Manada de lobos: se señala a la víctima, se le aisla y se le lapida públicamente. Aunque sea de los suyos.

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