P. S. O. E. chirigota de Cádiz

Uno de los grandes problemas que viene padeciendo la capital de Cádiz en los últimos lustros es el pésimo nivel político del Partido Socialista a nivel local. Mientras el PSOE ha arrasado históricamente en Andalucía y ha gobernado varias legislaturas en España, en Cádiz es una mera comparsa. Desde que hace más de 20 años Teófila Martínez arrebatara la alcaldía a Carlos Díaz, los socialistas han ido de ridículo en ridículo. Fermín Moral, María de la O Jiménez, Rafael Román, Marta Meléndez y una larga lista de nombres más han pasado por la política local con mucha pena. Ninguna gloria. Cosechando pésimos resultados elección tras elección.

Sin aportar nada más que cierta crispación en determinados momentos. Y la mayor parte del tiempo ni eso.

No han existido, simplemente. Y no lo han hecho, pese a estar bajo el paraguas de unas siglas tan fuertes, porque todos ellos han sido de una mediocridad política descorazonadora. El punto culminante de tan pésima trayectoria lo alcanzó su actual portavoz, Fran González, que se vio obligado a entregar la Alcaldía en bandeja de plata —por orden de Pedro Sánchez— a nuestro actual alcalde. La oportunidad de acabar con 20 años de ‘Teofilato’ era demasiado tentadora para dejarla escapar. Y regalaron el bastón de mando a quien es realmente su adversario, más que el Partido Popular.

Y ahora, en esta coyuntura, cuando parecía que no podían hacer peor las cosas para ellos mismos, a Fran González le sale un grupo opositor dentro de su propio partido que augura grandes tardes de gloria. O de tragedia. De tragicomedia. Lo primero que han hecho es declarar la guerra a Susana Díaz. La gestora que maneja desde la sombra en Sevilla, la lideresa socialista tiene prácticamente convencidos a todos los socialistas de España de que lo mejor para el país es desbloquear la parálisis en la que nos encontramos facilitando la investidura de Rajoy.

Los únicos que aún se resisten son los socialistas catalanes... y los de Cádiz. Con un par. Que ni pinchan ni cortan. Pero ahí están los tíos. Tratando de pescar en río revuelto, a ver si de todo este maremagnum sale un Congreso local para tratar de llevar a cabo aquello de ‘quítate tú pa ponerme yo’. Con la intención, para colmo, de apoyar e incluso de entrar a formar parte del gobierno de Kichi.

En fin, nada nuevo. Así llevan lustros. Peleándose entre ellos. Con sus luchas internas. Como si a los gaditanos les importasen. Y así se entiende que sean una chirigota política más que un partido. Lo cual, como decía al principio, es un drama para Cádiz, que necesita un Partido Socialista fuerte, con gente competente, preparada. No con cuatro ‘papafritas’ con calcetines de colores y ninguna talla política.