Por qué no deberías usar lavavajillas en el limpiaparabrisas del coche

Pasta de dientes para limpiar los faros y plásticos, bicarbonato para eliminar los malos olores, amoniaco para la tapicería, champú infantil para la carrocería, vinagre para las llantas o los cristales son algunos trucos que podemos emplear con elementos corrientes que podemos encontrar en nuestra cocina para limpiar el coche. Pero aunque el lavavajillas sea una buena opción, por ejemplo, para la chapa del coche o para dejar impolutos los cristales de unas gafas, no es precisamente recomendable para rellenar el depósito del limpiaparabrisas.

Aunque es una costumbre cada vez más extendida, lo cierto es que echar unas gotas de jabón para lavar los platos puede provocar más problemas que beneficios, siendo más eficaz utilizar limpia cristales, o productos específicos que podemos encontrar a un precio bastante asequible en los principales hipermercados o tiendas de recambios.

Según explica el experto de Autocasión Rubén Fidalgo, entre otros inconvenientes el lavavajillas no evita que el agua se congele en invierno, puede atacar a la pintura del coche y embellecedores, sus residuos pueden dejar manchas en la carrocería, y la espuma que forma puede obstruir los desagües de la base del parabrisas.

El principal problema de la espuma, que hace que sufra mucho la bomba eléctrica que aspira e l líquido limpiador para proyectarlo en el cristal. Con la espuma del lavavajillas esta bomba se calienta más de lo normal y también reduce su lubricación.

Esta misma espuma reduce la visibilidad cuando se pulveriza sobre el cristal, que no vuelve a estar despejado hasta que pasan las escobillas varias veces. Se trata de un tiempo crucial si estamos circulando, ya que en pocos segundos la falta de visibilidad puede hacer que provoquemos un accidente.