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El Gobierno plantea un «miniPIVE» de 50 millones para vehículos eficientes

El proyecto de Presupuestos Generales del Estado (PGE) para 2017 recoge una dotación para ayudas a los vehículos más eficientes y otra de 16,6 millones para el plan Movea de vehículos eléctricos, gas y pila de combustible

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No habrá PIVE, pero su testigo lo recoge un plan de ayudas al vehículo eficiente. Así lo prevé el proyecto de Presupuestos Generales del Estado 2017, presentado esta mañana por el ministro Luis de Guindos, que contempla una dotación de 50 millones de euros en concepto de ayudas al apoyo a la movilidad energéticamente eficiente y sostenible.

Esta ayuda podría materializarse en un apoyo financiero concreto a los compradores de vehículos, de forma similar al extinto PIVE. A diferencia de este, no obstante, el requisito tendría que ser que el vehículo sea «eficiente», sin que se conozcan por el momento detalles concretos de lo que esto significa.

Al igual que el PIVE, el nuevo programa se gestionaría a través del Instituto para la Diversificacion y Ahorro de la Energía (IDAE).

Sin embargo, a diferencia de éste, su dotación será sensiblemente menor. En su última edición, la octava, que se mantuvo hasta mediados del año pasado, el PIVE contaba con 225 millones de euros.

Desde que se agotó su cuantía las ventas en el canal de particulares han experimentado una ralentización. Esta semana, durante la presentación de los datos de matriculaciones del trimestre, fabricantes y concesionarios alertaron de que el peso del mercado de particulares ha vuelto a bajar del 50%. Por ello, pidieron «estímulos, en forma de exenciones fiscales o incentivos al cambio de coche, para que los conductores tengan las facilidades para achatarrar su coche antiguo», en palabras del presidente de Ganvam, Juan Antonio Sánchez Torres. Por su parte, Anfac, la asociación que agrupa a los fabricantes de automóviles, ve «positivo» este nuevo plan a la espera de ver cómo se materializará. «Aún está por ver qué condiciones se ponen para optar a él», explican

En total, los ocho planes PIVE sumaron una dotación pública de 1.115 millones de euros, que se complementó con la misma inversión por parte de las marcas de automóviles. Unas ayudas que posibilitaron la renovación de 1,1 millones de vehículos antiguos por otros nuevos más seguros y menos contaminantes.

Con lo que sí continuará el Gobierno es con el plan Movea, destinado a ayudar a la adquisición de vehículos eléctricos, gas (licuado, natural y GLP) y de pila de combustible, así como a la instalación de puestos de recarga. A este fin el Ejecutivo destinará 16,6 millones de euros, una cantidad idéntica a la que presupuestó para 2016.

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