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El coche en el que empezó la I Guerra Mundial

El asesinato del archiduque Francisco Fernando de Austria a bordo de un Gräf & Stift descapotable fue el desencadenante de un conflicto en el que murieron 16 millones de personas

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Podría decirse que el siglo XX comenzó a bordo de un coche. O más bien, con un brutal asesinato cometido a bordo de un coche: el de Francisco Fernando de Austria, heredero del Imperio Austrohúngaro, y su mujer, Sofía, a manos del nacionalista bosnio Gavrilo Princip el 28 de junio de 1914 en una calle de Sarajevo.

El archiduque Francisco Fernando había llegado a la capital bosnia aquella misma mañana, procedente de la cercana localidad de Ilidža. Allí, en la entonces capital de la provincia imperial de Bosnia y Herzegovina, se disponía a inaugurar, las instalaciones de un nuevo museo público y asistir a un acto en el Ayuntamiento. Un momento que el grupo independentista Bosnia Joven pretendía aprovechar para asesinar al heredero.

Repartidos por la ruta que iba a seguir Francisco Fernando, la organización colocó a seis jóvenes dispuestos a asestar un golpe que hiciera tambalearse a los cimientos del Imperio.

Tras apearse del tren la comitiva se repartió en seis coches. Francisco Fernando y su esposa subieron a un Gräf & Stift Double Phaeton descapotable, el último coche en el que montarían jamás y que, por sus características, primero les salvó la vida y después facilitó su asesinato, en dos atentados consecutivos sufridos durante la misma mañana.

A las 10, tras una rápida visita a un acuartelamiento militar, el pequeño grupo de automóviles se dirigió al Ayuntamiento de Sarajevo. Pocos minutos después vio interrumpido su recorrido por un ataque con bomba lanzado por varios miembros de Bosnia Joven. La bomba rebotó en la capota del vehículo, cayó en la calle y explotó bajo el coche siguiente de la comitiva, abriendo un agujero de 30 centímetros. El Archiduque y su esposa estaban a salvo, aunque por poco tiempo.

Tras el incidente, el grupo de terroristas que había lanzado la bomba fue rápidamente detenido, y los vehículos que quedaban se dirigieron al Ayuntamiento, donde Francisco Fernando tenía previsto pronunciar un discurso junto con el alcalde. Un discurso que tuvo que interrumpir en varias ocasiones, visiblemente nervioso. Fue entonces cuando el responsable de la comitiva, el gobernador provincial Oskar Potiorek, decidió acortar la ruta de vuelta, evitando las calles más estrechas de la ciudad. Sin embargo, se olvidó informar al conductor del automóvil del archiduque, un error que tendría consecuencias catastróficas.

Tras abandonar el Ayuntamiento, el coche que tansportaba al heredero de Austriahungría tenía que dirigirse por una ruta que bordeaba las afueras de la ciudad hasta un hospital de veteranos. El conductor, sin embargo, nada sabía, por lo que en lugar de ello se adentró hacia el centro de Sarajevo. Los conductores del resto de coches, sin embargo, le hicieron darse cuenta de que algo pasaba, por lo que paró el vehículo y trató de dar marcha atrás. Otro error: el Gräf & Stift solo podía ir hacia adelante. Varios hombres se apearon para empujarlo, una maniobra durante la cual se paró el motor de 4 cilindros, 5,8 litros y 32 cv. Ese fue el momento que aprovechó Princip, apostado en una cafetería cercana, para asestar dos certeros tiros a Francisco Fernando y a su mujer. La primera bala alcanzó al archiduque en la yugular y la segunda dio en el abdomen de la duquesa.

El asesino aprovechó que el motor se paró al intentar dar marcha atrás para disparar al archiduque y a su mujer

El Gräf & Stift, testigo mudo del magnicidio, se conserva en el museo de historia militar de Viena, en perfecto estado salvo por los orificios de bala producidos aquel día en el que un hasta entonces anónimo tirador bosnio cambió el curso de la historia. La marca, que fabricó coches de lujo hasta la Segunda Guerra Mundial e incluso llegó a ser conocida como el Rolls Royce de Austria, continuó fabricando camiones, autobuses y trolebuses hasta 2001.

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