Seat deja a la marca vacía de proyectos para volcarse en potenciar Cupra
La automovilística española ha confirmado esta semana que apuesta todas sus cartas a la marca deportiva
La enseña española lo apuesta todo a su división deportiva, que facturará tanto como la matriz en 2023
Los 48 modelos más icónicos de Seat a lo largo de su historia
«Para ganar lo que ganamos con un Cupra Formentor no nos llega ni vendiendo cuatro Seat Ibiza». Un beneficio de unos 4.000 euros para el primero, de unos 800 en el caso del segundo. La frase es un representante de la plantilla, y es compartida por la dirección como un perfecto resumen de lo que viene por delante. Los números cantan. El futuro de Cupra está escrito. El de Seat también .
La automovilística española ha confirmado esta semana que apuesta todas sus cartas a la marca deportiva que nacía hace cuatro años como complemento al histórico emblema y que en menos de un lustro está a punto de pasarle por delante. No solo en cuanto a rentabilidad, algo ya previsto, sino también en cuanto a ingresos y coches vendidos. «En 2023 prevemos que Cupra ya facture más que Seat », confirmó el presidente de ambas marcas, Wayne Griffiths, en un encuentro con la prensa tras la presentación internacional en Sitges (Barcelona) de la estrategia de Cupra, un evento por todo lo alto con centenares de invitados que, de alguna manera, fue también una declaración de intenciones.
Cupra ofrece mayores márgenes, pero también, es la novedad, más volumen a media plazo. Se confía en que en 2026 –cuando toda la nueva gama esté en el mercado– Cupra pueda estar vendiendo ya 500.000 coches por si sola, volumen casi idéntico al récord histórico de Seat, los 540.000 coches del prepandémico 2019. Las palabras del CEO no corrigieron ninguna tendencia, sí acaso confirmaron que el proceso de sustitución de Seat por Cupra se acelera.
La realidad es incontestable: el último vehículo que presentó Seat fue el Arona (2017) y la última versión del Leon es de 2020. Ningún nuevo modelo en el horizonte, menos aún un eléctrico. Sin nuevos modelos previstos, el futuro de Seat es esperable, un declinar que será más o menos lento en función también de la regulación europea que ponga punto final a los motores de combustión. Entre la representación de los trabajadores se señala en rojo la fecha de 2035.
La histórica Seat, la marca que puso España sobre ruedas, emblema del desarrollismo con su 600, comienza a despedirse. Pero que nadie se confunda, se insiste desde una dirección que, con toda la lógica, mira más los números que el elemento nostálgico: será la marca Cupra la que asegurará el futuro de Seat como empresa y fabricante de vehículos. Englobada en la matriz Volkswagen, la pervivencia de Seat pasa por su rentabilidad, y eso ahora mismo, no una previsión, ya es mérito de Cupra. El futuro de Seat como compañía está garantizado. Como marca comienza a vivir los años de descuento.
Siete modelos
Frente a esta realidad, la ofensiva Cupra desvelada el miércoles es notable. A los cuatro modelos ya en el mercado (Ateca, Leon, el multiventas Formentor y el primer eléctrico Born), se sumarán en 2024 el Tavascan, que podría fabricarse en China, y el Terramar, que se hará en Hungría.
Será el prólogo para que en 2025 se produzca el gran salto de escala para la firma, lo que por otra parte debe asegurar la electrificación y futuro de Martorell, Perte mediante: la fabricación y venta del pequeño eléctrico Urban Rebel , tanto para Cupra como para VW y Skoda. «El modelo con el que se democratizará la electrificación», explicó Griffiths tras mostrar a la prensa una versión ya muy ajustada de lo que entrará en la cadena de montaje barcelonesa.
Desde su nacimiento en 2018, Cupra ha pasado de facturar 430 millones de euros en 2018 a casi 2.200 millones de euros en 2021, una cifra que se prevé más que duplicar ya en el presente ejercicio. La estimación para los próximos ejercicios dibuja la misma evolución. Es lo que garantizará la pervivencia de Seat como compañía. El futuro de la marca es muy distinto. Imposible competir con Cupra.
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