Dos alumnos de la Marcial Lalanda practican en una clase de toreo
Dos alumnos de la Marcial Lalanda practican en una clase de toreo - javier arroyo

«Ensayad con toros de plástico»: la estocada de Carmena a la escuela taurina

El Ayuntamiento quita la ayuda al centro de 61.200 euros y buscará otros usos desde junio

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El Gobierno municipal de Manuela Carmena asestó ayer una estocada mortal a la cantera taurina de Madrid, ubicada en la Venta del Batán (Casa de Campo) y que ha sido desde 1978 cuna de grandes figuras como Joselito, El Juli, El Fundi y Uceda Leal. La concejal de Cultura, Celia Mayer, convocó a la dirección de la Escuela de Tauromaquia Marcial Lalanda, la única de titularidad pública, para confirmar que les retiran los 61.200 euros de ayuda directa que reciben porque, según la doctrina de Ahora Madrid, el toreo atenta contra los derechos de los animales. Las clases de salón y talleres de historia y cultura del toreo que allí se imparten «no son compatibles con la defensa de los derechos de los animales», según la nota oficial.

El equipo de Manuela Carmena vistió su rejonazo aludiendo que la asignación no se justifica para el medio centenar de alumnos que aprenden a usar la muleta al año. Pero la retirada de la subvención no fue sino la puntilla, porque el plan antitaurino estaba trazado desde el inicio. Ahora Madrid se comprometió en la campaña electoral de mayo a que eliminaría cualquier ayuda a la Fiesta Nacional si gobernaban la capital. Ayer se lo comunicaron al director del centro, José Luis el Bote. La Escuela de Tauromaquia, que depende exclusivamente de la empresa municipal Madrid Destino, no recibirá dinero de los presupuestos de 2016 y deberá reconvertirse en una nueva entidad jurídica privada.

El Gobierno de Cristina Cifuentes en la Comunidad de Madrid, que salió del Patronato de la Escuela en abril por una reforma legal obligada, busca desde el verano la fórmula en la que acudir al rescate del centro. Lo reiteró ayer la presidenta regional.

En todo caso, la clave del futuro inmediato de la Marcial Lalanda radica en si los alumnos podrán quedarse en los terrenos municipales de la Casa de Campo, donde tienen una plaza de toros y cuadras. Allí se exhibían antes las reses que luego se lidiaban en San Isidro, para deleite de la afición madrileña. El Ayuntamiento dijo ayer que se les respetará hasta junio del próximo año, cuando vence el contrato vigente. A partir de entonces, «se buscarán otros usos del recinto».

En agosto, el equipo de Carmena aprobó una dotación de 800.000 euros para obras de rehabilitación y acondicionamiento del restaurante, prevista por el anterior Gobierno de Ana Botella. Pero la pervivencia de la cantera taurina no está en los planes del Consistorio. «Si quieren quedarse, no podrán entrenar con animales vivos», apuntaron desde el Ayuntamiento. Pero lo cierto es que ese argumento no basta, ya que hace años que en la Escuela de Tauromaquia se adiestra sin reses. «Llevamos bastante tiempo sin entrenar con animales por cuestiones sanitarias como la lengua azul. Nosotros damos clases teóricas, toreo de salón. Las prácticas se hacen en los pueblos», dice José Pedro Prados, El Fundi, director del centro con El Bote y Joselito. «La escuela no se para. No nos van a echar tan fácil. Esto es un centro de enseñanza de un arte milenario. Un respeto a nuestra cultura», defienden los diestros.

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